CAPÍTULO 3

WHIT

Sigo respirando, pero no es porque le tenga el menor aprecio a la vida.

La última persona de la familia Allgood que estaba viva con certeza, la persona que me conocía mejor que ninguna otra en el mundo, la persona que se preocupaba por mí en todo, se ha ido. Qué increíble pérdida de una vida increíble.

Wisty murió mientras yo estaba mirando, y no pude hacer nada para salvarla.

El Único acaba de vaporizar a mi hermana… y ese monstruo carente de cualquier vestigio de conciencia no parece tener el menor remordimiento. Levanta los brazos como si acabara de marcar un gol, mofándose de la ausencia de sentido de la existencia humana. Me tiemblan las rodillas. Siento que estoy a punto de vomitar. Entonces oigo cómo un ensordecedor rugido de aprobación se abre paso por el enorme cañón de hormigón de esta ciudad, un lugar que ahora me parece malvado hasta el punto de no existir solución posible para él.

El Único ha conseguido su mayor triunfo social. Se regodea en la adoración, pero su impaciencia y rabia habituales emergen enseguida.

—¡Silencio!

Su mandato se expande por la ciudad, fulminando todo sonido.

Pero no me afecta. Sigo petrificado. Tengo todo el cuerpo rígido.

—Mis buenos ciudadanos —proclama sin necesidad de micrófono—, esta es una ocasión realmente magnífica. Habéis sido testigos de la supresión de la última amenaza significativa a nuestro dominio del Overworld. Wisteria Allgood, líder de la Resistencia, acaba de ser arrancada de esta dimensión. Para siempre.

Vuelve a elevar sus brazos y un nuevo golpe de viento arrastra hacia la multitud una fina estela de ceniza y un horrible olor a cabello quemado. Los «buenos ciudadanos» empiezan a vitorearle de nuevo.

Me derrumbo sobre las rodillas, pero estoy rodeado por todas partes. Entonces, de repente, tengo espacio para moverme. Los vítores se convierten en chillidos de pánico y la multitud retrocede. Veo una tremenda explosión a menos de cincuenta metros de mí.

Conozco ese fuego.

—¡Sí! —grito. Solo de pensar en ello, mi corazón parece estallar de alegría—. ¡Sí, sí, sí!

¡Es mi hermana! ¡Wisty está viva! Acaba de prenderse a sí misma en llamas, y eso, lo creáis o no, es algo muy bueno.