¿Es posible? ¿Sigue andando de un lado para otro? Sí. Pero ahora se ha detenido. En la entrada del Richmond acababa de ver a Klima. Se escondió y luego lo siguió disimuladamente hasta el edificio Marx. Pasó por la portería (el portero dormía) y se quedó junto a la esquina del pasillo en el que estaba la habitación de Ruzena. Vio al trompetista llamar a la puerta de Ruzena. No le abrieron. Klima volvió a llamar varias veces, después dio media vuelta y se marchó.
Frantisek salió del edificio tras él. Le vio alejándose por la calle en dirección al balneario, donde Ruzena empezaba a trabajar dentro de media hora. Entró corriendo en el Edificio Marx, llamó a la puerta de Ruzena y le susurró en voz alta por el ojo de la cerradura:
—¡Soy yo! ¡Frantisek! ¡No tengas miedo! ¡A mí puedes abrirme!
Nadie le respondió.