Son los residuos que quedan cuando se derriten las grasas del cerdo para formar la manteca del cerdo. Reciben este nombre en la parte occidental de Asturias, en otros sitios se llaman «turrios» o «torrendos» y «chicharrones». Estos griñispos, después de bien exprimidos, (para esto se pone en un trapo blanco y se exprimen con la mano para que apuren bien toda la grasa) se emplean para algunos platos de dulce.