INGREDIENTES
Kilo y medio de cebolla picada (aproximadamente).—Medio kilo de grasa de cerdo picada (aproximadamente).—Cien gramos de pimentón (dulce y picante).—Sal gorda.—Hilo de bramante para atar.—Un vaso de los de vino pequeño, de sangre.
PREPARACIÓN
Se mezcla bien la grasa con la cebolla, a continuación se agrega la sal, poca cantidad pues la cebolla admite poca sal, y el pimentón mezclado dulce y picante a partes iguales; cuando está todo bien mezclado se echa la sangre, se mueve sin darle muchas vueltas, para que la cebolla no suelte demasiada agua, y se mete en la tripa (que estará remojada en agua templada) por medio de un embudo, y se atan con el bramante; a medida que se van atando se pinchan para que suelten el aire. Cuando están terminadas se les da un hervor en un puchero con agua hirviendo, pinchándolas de vez en cuando para que no revienten.
El hervor de las morcillas antes de curarlas se les da con el objeto de que no suelten la grasa al tiempo de curarlas (esta operación puede suprimirse).