PREPARACIÓN
Se echa aceite abundante en una sartén pequeña, cuando está caliente (sin exceso) se casca el huevo en un plato, se le pone un poco de sal, y con cuidado se echa en la sartén. Con la espumadera se le echa aceite por encima y cuando el huevo queda envuelto y flota en la grasa se saca con la espumadera. Lo mismo se hace con los demás huevos. Una vez fritos se coloca cada uno en una cazuela de barro (individual). En una sartén se ponen cuatro cucharadas de aceite (la cantidad de aceite depende del número de huevos) y se fríen dos dientes de ajo, picados menudos, hasta que estén muy dorados, entonces se añade media cucharadita de pimentón y dos cucharadas de vinagre, se mezcla todo, se le da un hervor y se vierte por encima de los huevos. Se sirven inmediatamente.