Se calcula que en 2010 la red mundial de ordenadores, que incluye Internet y cualquier base de datos pública o privada, almacenaba unos 900 exabytes. Si consultamos la tabla, veremos que Internet todavía está muy lejos de alcanzar la capacidad de almacenamiento de la Biblioteca Universal de Lasswitz o de la Bibliotea de Babel de Borges, pero los 900 exabytes de la red mundial actual sirven para almacenar tres millones de veces los libros escritos en la historia de la humanidad, todas las imágenes de los cuadros, las estatuas, los edificios y las calles de todo el planeta, tal como se pueden ver en Google Earth o Google Maps y las películas, los programas de televisión y todas las grabaciones audiovisuales que existen. Es un universo casi duplicado, lo que Ted Nelson llamaba el Docuverso.

Supongo que, después de estos datos, el lector estará de acuerdo en que conviene conocer, aunque sea a grandes rasgos, la historia del que con toda probabilidad es el fenómeno cultural más importante del siglo XXI y la mayor influencia en los cambios y el desarrollo de la narrativa audiovisual.