Ejercicio físico

Pesas libres y trabajo con el Nautilus me quitan la tensión. Mi cuerpo responde adecuadamente al ejercicio físico. Sin camisa, estudio atentamente mi reflejo en el espejo de encima de los lavabos del vestuario de Xclusive. Los músculos del brazo me arden; tengo el estómago lo más tenso posible; mi pecho es de acero; los pectorales, de duro granito; los ojos, blancos como el hielo. En mi taquilla del vestuario de Xclusive guardo tres vaginas que recientemente les rebané a varias mujeres a las que ataqué la semana pasada. Dos están lavadas y una no. Hay una horquilla sujeta a una de ellas; una cinta azul de Hermès atada alrededor de mi favorita.