Carta de Semana Santa para Lieneke
Carta de la semana para Lieneke Abril de 1944
1
Querida Lieneke:
Cuánto tiempo ha pasado desde que te dibujé una carta. Me avergüenza un poco y por eso comenzaré en seguida. Seguro que ahora tienes vacaciones de Semana Santa.
¡Espero que haga un magnífico tiempo primaveral!
2
En nuestro huerto está floreciendo el azafrán. (¿Viste cómo dibujé las campanillas de nieve en la carta anterior? En lugar de dibujarlas así… las dibujé así… ¡Qué tontería! ¡Y eso que soy botánico! De nuevo tengo que avergonzarme).
Ayer nos trajeron unos polluelos. A uno le duele una pata. Tendremos que llamar al veterinario. A lo mejor tiene alguna pomada.
3
¿Qué tal tu bancal de fresas silvestres?
Aquí los esquejes se mantienen bien alineados esperando el sol de primavera para que les dé calor. Nuestra oveja es graciosísima. Deja que las gallinas salten sobre su lomo de lana y entonces sale con ellas de paseo.
4
¿Sabes lo que más deseo? Que este año no venga ningún conejo de Pascua, ni tampoco un polluelo de Pascua, sino que en su lugar venga una paloma: una paloma de paz sana y real. Que las flores naranjas[9] se adelanten este año, que vayas con Liesje a recogerlas y que las pongas en mi habitación, en mi mesa.
5
Lieneke, debo volver a decirte que cada vez escribes mejor. Recuerdo cuando escribías así… (entonces tenías tres años), también cuando escribías así… (entonces tenías nueve), y ahora estoy muy contento de que escribas así…
6
Dile al maestro Hiddink que me tiene impresionado y que, si tú te mereces un 9 y un bonito lápiz, él se merece un 10 y un puro.
Y ahora, mi querida niña, tengo que volver a despedirme de ti. Dale saludos afectuosos a la tía, al tío y a su padre, y también a tu conejo.
Un beso en cada mejilla y otro en la nariz de Jack.