Campanillas de nieve para Lieneke
Conversación de febrero con Lieneke
1
Querida Lieneke:
Nos has enviado una carta maravillosa.
Nos ha alegrado mucho. ¡Cuánto tiempo sin saber de ti!
Creíamos que aún estarías tumbada bajo las mantas con dolor de cabeza y mucha fiebre…, pero ya has jugado con tus compañeras del colegio.
¡Qué buena noticia!
¿Nos volverás a escribir pronto? Siempre que llega una carta tuya es una fiesta para nosotros.
2
Qué bien que el tío Hein se encuentre también mejor. Eres tan inteligente que saltas de curso. ¿Saltas así?
Imagino que ahora estarás todo el día estudiando matemáticas.
3
Has acertado en lo de las campanillas de nieve. Son tan modestas.
Cuando se las observa bien, se ve que son preciosas, y en lo más profundo de su flor se oculta un corazón de oro.
¡Las personas podrían aprender de ellas!
¿De verdad te van a regalar un conejo? ¿Cómo lo vas a llamar? Tengo curiosidad por saber cómo será.
¿Blanco, negro o gris? Pero seguro que no así.
4
¿Qué has pensado hacer para el cumpleaños de la tía Vonnet? Seguramente adornarás su silla, te sentarás en ella con tres cintas en el pelo: una roja, una blanca y una azul[8], y recitarás un bonito poema.
Si es así, ¿me dejarás ver el poema?
Creo que es muy hermoso por tu parte que te esfuerces por alegrar al padre del tío Hein. Espero que lo consigas.
5
Ahora, preciosa niña, termino mi carta.
Dale muchos recuerdos a la tía, al tío y a su padre, y también al maestro que te ha hecho tan inteligente que saltas de 4.º a 6.º curso. Recibe un beso en cada mejilla y otro en la punta de la nariz.
Tuyo,
JACK