Pequeña conversación con Lieneke
Conversaciones con dibujos
1
Octubre de 1943
Querida Lieneke:
Estoy sentado junto a la mesa con la pluma en la mano, y enfrente de mí está Jeanne. Por supuesto está tejiendo un chaleco para Lieneke.
¿Reconoces los dibujos que están colgados en la pared? Los dos los hiciste tú: el calendario con setas y el dibujo de la torre de la catedral de Utrecht.
Ahora quiero escribirte una carta.
2
¿Pero cómo debo empezar?
Querida Lieneke:
¿Qué tal estás? Yo estoy bien…
No, no voy a escribir eso, porque así empiezan todas las cartas, y una carta para Lieneke no es una carta normal. Quiero un comienzo especial, ¡algo extraordinario! Bien, que sea sin comienzo:…
¿También allí hace un tiempo tan agradable? Pensaba que mandarías una carta el día del cumpleaños de Liesje. ¿Se te olvidó?, ¿o no sabías la dirección? Podrías escribirle para San Nicolás; es la fiesta en la que todos los niños buenos tienen una especie de cumpleaños.
Bueno, Lien, un beso de Jack.
3
Estupendo, he terminado la carta. La he escrito bien, sin faltas ni manchas. Eso me quita un peso de encima.
Como ya no tenemos que escribir nada más, simplemente charlaremos. ¿De qué?
Me gustaría que me contases algo sobre el colegio, pero ¿cómo podría oírte? ¿Sabes qué? Coge una hoja de papel grande, un tintero lleno y una pluma nueva y…
4
… pide que te dejen faltar un día al colegio, ¡y escríbeme una larga carta con un montón de dibujos!
Y así te mandaré una carta de vuelta… y así todo el rato, ida y vuelta, hasta que el cartero se maree… ¿De acuerdo?
Ya estoy esperando tu primera carta ilustrada.
Saluda afectuosamente a la tía, al tío y a la perra Vera.
Un beso para ti de Jack.