Escena segunda

MARI-GAILA y LA TATULA conversan secretamente a espaldas de la casa, bajo la pompa de la higuera donde abre los brazos el espantapájaros: Una sotana hecha jirones, vestida en la cruz de dos escobas.

LA TATULA:

Ya podemos hablar sin misterio.

MARI-GAILA:

Pues comienza.

LA TATULA:

¿Recuerdas la suerte que una cierta ocasión te pronosticaron las cartas?

MARI-GAILA:

¡Cartas veletas!

LA TATULA:

Prendas de amor te salieron por tres veces.

MARI-GAILA:

¡Fallidos pronósticos!

LA TATULA:

Tú misma pudiste leerlas.

MARI-GAILA:

Mi suerte no muda.

LA TATULA:

Será porque tú no quieras… He de darte cierto aviso.

MARI-GAILA:

¿Qué es ello?

LA TATULA:

Palabras de uno que espera las tuyas.

MARI-GAILA:

¿Vienes mandada de Séptimo Miau?

LA TATULA:

Diste pronto en el sujeto. ¿Sabrás igualmente cuál es su tocata?

MARI-GAILA:

La tocata es buena.

LA TATULA:

Quiere entrevistarse contigo.

MARI-GAILA:

¡Ay, qué trueno! ¿Qué ceño puso al conocer el fin del carretón?

LA TATULA:

Interrogó a los presentes, y sacó el hilo como un juez. Te conviene saberlo. El baldadiño espichó de tanta aguardiente como le hizo embarcar el Maricuela.

MARI-GAILA:

¡Había de ser ese ladrón! Y Séptimo, ¿qué dijo al enterarse?

LA TATULA:

Al pronto quedó suspenso picando un cigarro.

MARI-GAILA:

Disimulaba.

LA TATULA:

¡Le conoces! Luego se puso a beber con todos, y con el Maricuela el primero. Cuando lo tuvo a barlovento saltóle encima, le afeitó el lunar y sin calzones lo echó al camino. ¡Lo que allí pudimos reír!

MARI-GAILA:

¿Y Ludovina?

LA TATULA:

¡Se escachaba!

MARI-GAILA:

¿Tú no sospechas que tenga trato con Séptimo?

LA TATULA:

Lo habrá tenido.

MARI-GAILA:

Si lo tuvo, lo tiene.

LA TATULA:

¡Ya te encelas!

MARI-GAILA:

¡Libres son!

LA TATULA:

¡Séptimo está por ti que ciega!

MARI-GAILA:

De un ojo.

LA TATULA:

Bien te lo declara su deseo de hablar contigo.

MARI-GAILA:

¡Acaso no le bastará con una!…

LA TATULA:

¿Es ésa tu respuesta?

MARI-GAILA:

Mi respuesta aún no te la di.

LA TATULA:

Pues otra cosa no espero.

MARI-GAILA:

La tengo de pensar.

LA TATULA:

Los dictados del corazón son repentinos.

MARI-GAILA:

Eso dicen…

LA TATULA:

¿Qué le respondes?

MARI-GAILA:

¡Ay, no estoy por sus conciertos!

LA TATULA:

¡Buena vida pierdes!

MARI-GAILA:

Andar errante.

LA TATULA:

¡Contar pesetas!

MARI-GAILA:

¡Soles y lluvias!

LA TATULA:

¡Comer de mesones!

MARI-GAILA:

¡Sobresaltos!

LA TATULA:

¡Una reina! Para ti son estas medias listadas y estos pendientes de brillos. Las medias, si las pruebas, llevaré razón de cómo te aprisionan la pantorra.

MARI-GAILA:

¿Son altas las medias?

LA TATULA:

¡Clase superior! A éstas llama el señorío conejeras.

MARI-GAILA:

¡Pues está ocurrente el señorío!

LA TATULA:

¿Qué me respondes para Séptimo?

MARI-GAILA:

Le das las gracias.

LA TATULA:

¿Sin otra palabra, Mari-Gaila?

MARI-GAILA:

Si otra te pide, dile que venga por ella.

MARI-GAILA sonríe pensativa, mirando el río, cubierto de reflejos dorados. Por la orilla va una caravana de húngaros con osos y calderos. MARI-GAILA canta.

Cantar de MARI-GAILA:

: Si mensaje me mandas,
no lo celebro.
Suspiros en el aire
son mensajeros.

LA TATULA:

Séptimo pide hablarte en lugar retirado.

MARI-GAILA:

Para darnos la despedida.

LA TATULA:

La despedida, si otra cosa con él no conciertas. ¿Qué respondes?

MARI-GAILA:

¿Y qué puede responder la mujer enamorada?

LA TATULA:

¿Irás adonde él te cite?

MARI-GAILA:

¡Iré!

LA TATULA:

¿Lo confirmas?

MARI-GAILA:

Confirmado.

LA TATULA:

Pues dame una copa, y me camino con tu acuerdo.

MARI-GAILA:

Entremos a tomarla.

LA TATULA:

Espera.

La vieja retenía del brazo a MARI-GAILA. La Guardia Civil cruzaba el camino con un hombre maniatado. Asombradas bajo la higuera, las dos mujeres reconocieron al peregrino de las barbas venerables y el cabezal de piedra.

MARI-GAILA:

¡Siempre pegan en el más infeliz!

LA TATULA:

¡Qué engañada! ¡Ése es el Conde Polaco!

MARI-GAILA:

¡Ése!… Por tal tuve a Séptimo.

LA TATULA:

El Condado de Séptimo es sacar dinero con sus títeres.

MARI-GAILA:

¡Muy tunante!

LA TATULA:

¡Y muy divertido!

MARI-GAILA:

¡Por algo yo le aborrezco!