AGRADECIMIENTOS

CASA DE ALONSO DE LANZÓS Y ANA DE ROJAS

Este libro existe porque mis queridas amigas Belén López y Raquel Gisbert, durante una sobremesa, con tenacidad profesional lograron convencerme de que lo escribiera. Ahora estoy muy contenta de haberles hecho caso.

Mi hija, Sara Álvarez, me ayudó a trazar el argumento. Y mi hijo, Pablo Álvarez, estuvo a mi lado durante meses, buscando documentación y revisando lo que escribía. Siguiendo su consejo, corté y cambié pasajes que desviaban la atención o contradecían el carácter de algún personaje.

José María Álvarez, mi marido, se tomó el trabajo de leer cuanto yo le pedía y me alentó en los momentos en que, abrumada por tanta documentación, no sabía cómo continuar.

José Luis Varea y Rosa Sáez, mis grandes amigos, leyeron, corrigieron y capitularon el texto según lo escribía.

Maya Granero hizo una gran labor cuadrando fechas y corrigiendo el estilo en un tiempo récord. Emilio Albi hizo otro tanto con la coordinación para que el libro saliera a tiempo.

A todos ellos les estoy muy agradecida.