XXXVIII

En la celda del hermano Eustachius, sobre la cama de éste, yacía Nikolaus Tarabas. Esperaba. En el pavimento de piedra, junto a la cama, ardía un fuego para que el enfermo se calentase. Un hermano estaba sentado al otro lado de la cama.

Eustachius entró, y Tarabas se incorporó y se sentó en la cama.

—¡Te perdona! —dijo Eustachius.

—¿Le ha hablado usted mismo?

—Yo mismo —contestó Eustachius.

—¿Cómo es? ¿Puede aún razonar, hablar con sensatez?

—Razona perfectamente —dijo Eustachius—. Lo ha entendido todo con exactitud. ¡Es más inteligente de lo que pudiera creerse!

—Bien, bien. ¿Y su hijo?

—¡No ha dicho nada de su hijo!

—¡Lástima! —dijo Tarabas, y volvió a tenderse en la almohada—. Desearía —dijo luego— ser enterrado en Koropta. Y que avisen a mi padre, mi madre y mi hermana, y también al general Lakubeit.

Fueron las últimas palabras de Tarabas. Murió por la noche, mientras se ponía el sol, que proyectaba aún ocho cuadrados de un rojo dorado a través de la ventana enrejada de la celda, sobre el cobertor, el cual fue recorrido aún por un leve temblor en el último segundo.

Enterraron al coronel Nikolaus Tarabas en Koropta, con todos los honores militares que corresponden a un coronel. Hubo música y disparos. Los judíos de Koropta fueron también al cementerio.

El padre, que anduvo cojeando hasta la fosa sobre sus dos bastones de ébano, iba acompañado por la señora Tarabas, que se cubría con un velo, y por el mozo Andrei.

Después del sepelio, los padres subieron a la calesa negra. Andrei la condujo. Ninguno de los presentes había visto lágrimas en los ojos del viejo Tarabas.

Por el camino la calesa alcanzó a la compañía que volvía al cuartel al compás de la banda de música.

El hermano Eustachius encargó una lápida para el difunto, una bonita lápida de mármol negro. Eustachius no conocía de Tarabas más que las fechas: nacido, muerto. De haber sido posible, habría hecho grabar: Un loco que mereció el cielo. Pero tal inscripción no era correcta. Así que el hermano Eustachius se puso a pensar en otra inscripción adecuada.