[1] La cita procede de The Writings of Abraham Lincoln, N. Y. 1906, VII, p. 121. Cfr. la queja similar de MONTESQUIEU en su Espíritu de las Leyes, XI, 2, vol. I, p. 149: «… no hay palabra que admita más variadas significaciones ni que haya producido más diversas impresiones en la mente humana que la de libertad. Algunos la toman como medio de desplazar a una persona a la que han conferido una autoridad despótica; otros, como poder de elegir un superior a quien están obligados a obedecer; otros, como derecho a llevar armas, del que se deduce el de hacer uso de la violencia; otros, para terminar, como privilegio de ser gobernados por una persona nacida en su propio país o por sus propias leyes». <<

[2] No parece que exista gran diferencia entre el significado de las palabras freedom y liberty, y las emplearé indistintamente. Aun cuando prefiero la primera, parece ser que liberty se presta menos a equivocadas interpretaciones. F. D. ROOSEVELT no hubiera podido emplear esta última para aquel «noble equívoco» (JOAN ROBINSON, Private Enterprise or Public Control, I, 1943) de incluir freedom from want en su concepto de la libertad. <<

[3] El valor limitado de incluso un análisis semántico muy agudo del término freedom queda bien ilustrado por M. CRANSTON, Freedom: A New Analysis, 1953. Los lectores que deseen comprobar de qué manera se atan los filósofos a causa de sus curiosas definiciones del concepto encontrarán muy luminosa la aportación de M. Cranston. Para un examen más ambicioso de los distintos significados de la palabra, véase MORTIMER ADLER, The Idea of Freedom: A Dialectical Examination of the Idea of Freedom, N. Y. 1958, cuyo borrador he tenido el privilegio de examinar, e incluso un trabajo más amplio de H. OFSTAD, cuya publicación ha anunciado la Oslo University Press. <<

[4] Cfr. J. BENTHAM, The Limits of Jurisprudente Defined, editado por C. W, Everett, Colombia University Press, 1945, p. 59; «La libertad, por tanto, es de dos o más clases, de acuerdo con los sectores de los que puede proceder la coacción que constituye precisamente la ausencia de libertad»; véase también M. SCHUCK, Problems of Ethics, N. Y. 1939, p. 149; F. H. KNIGHT, «The Meaning of Freedom», en The Philosophy of American Democracy, ed. C. M. Perry, University of Chicago Press, 1934, p. 75: «El significado primario de libertad en la sociedad… es siempre un concepto negativo, mientras que la coacción constituye el término que realmente debe definirse»; véase asimismo la discusión más completa del mismo autor en «The Meaning of Freedom», Ethics, LII, 1940, y «Conflicts of Values: Freedom and Justice», en Goals of Economic Life, edición A. Dudley Ward, N. Y. 1953; asimismo, F. NEUMANN, The Democratic and the Authoritarian State, Glencoe, III, 1957, p. 202: «La fórmula libertad igual a ausencia de coacción es todavía correcta… De esta fórmula se deduce fundamentalmente todo el sistema legal racional del mundo civilizado… Nunca debemos renunciar a este elemento del concepto de libertad», y C. BAY, l. c., p. 94: «Entre todos los objetivos de la libertad, aquel que busca la máxima oposición a la coacción debe tener prioridad». <<

[5] La expresión «libertad civil» parece utilizarse a menudo con respecto a esos ejercicios de la libertad individual particularmente significativos para el funcionamiento de la democracia, tales como la libertad de palabra, de asamblea y de prensa, y en los Estados Unidos especialmente con referencia a las oportunidades garantizadas por la Declaración de Derechos (Bill of Rights). Incluso el término «libertad política» se utiliza en ocasiones, especialmente en contraste con el de «libertad interior», no para describir la libertad colectiva, como debiéramos emplearlo, sino para describir la libertad personal. Sin embargo, aunque este uso cuenta con la sanción de Montesquieu, hoy en día no puede originar otra cosa que confusión. <<

[6] Cfr. BARKER, Reflections on Government, Oxford University Press, 1942, p. 1: «Originalmente libertad significó la cualidad o el status del hombre libre o del trabajador libre en contraposición al del esclavo». Parece ser que, etimológicamente, la raíz teutónica de free (libre) describía la posición de un miembro protegido de la comunidad (cfr. G. NECKEL, «Adel und Gefolgschaft», Beiträge zur Geschichte der deutschen Sprache und Literatur, XLI, 1916, especialmente p, 403: «En su origen se decía que era libre el hombre que tenía protección y amparo jurídico». Véase también O. SCHRADER, Sprachvergleichung und Urgeschichte, II, 2, Die Urzeit, 3.ª ed., Jena 1907, p. 294, y A. WAAS, Die alte deutsche Freiheit, Munich y Berlín 1939, pp. 10-15). Similarmente, el vocablo latino líber y el griego eleutheros parecen derivar de palabras que denotan pertenencia a la tribu. La significación de esto aparecerá más tarde cuando examinemos la relación entre libertad y ley. <<

[7] Cfr. T. H. GREEN, Lectures on the Principles of Political Obligation, nueva impresión, Londres 1911, p. «En lo que respecta al sentido dado a la libertad, desde luego debe admitirse que todo uso del término que exprese algo que no sea una relación social y política de un hombre con otro entraña una metáfora. Incluso en su aplicación original, su sentido no está en absoluto fijado. Ciertamente siempre implica alguna exención de k coacción que proviene de otros; sin embargo, la extensión y condiciones de tal exención disfrutada por el hombre libre en los diferentes estados de la sociedad son muy numerosas. Tan pronto como el término libertad se aplica a cualquier cosa que no sea una relación establecida entre el hombre y los restantes hombres, su sentido fluctúa todavía más». También L. VON MISES, Socialism, nueva edición, Yale University Press, 1951, p. 191, dice que «la libertad es un concepto sociológico. Carece de sentido aplicarlo fuera de la sociedad». Y en la p. 194: «Entonces, esto es la libertad en la vida externa del hombre: la independencia del poder arbitrario de sus semejantes». <<

[8] Cfr. F. H. KNIGHT, «Discussion: The Meaning of Freedom», Ethics LII, 1940, p. 93: «Si Crusoe hubiera caído en un foso o se hubiera perdido en la jungla, ciertamente habría sido correcto hablar de que se liberaba o de que volvía a ganar su libertad, y lo mismo podría aplicarse a un animal». Esto puede muy bien constituir un uso establecido, pero, sin embargo, se refiere a otro concepto de la libertad distinto del de la ausencia de coacción que el profesor Knight defiende. <<

[9] Una razón puramente lingüística de la transferencia de «libre» y de sus correspondientes sustantivos a varios usos parece haber sido la carencia en el inglés (y aparentemente en todas las lenguas germánicas y románicas) de un adjetivo que pueda utilizarse generalmente para indicar la ausencia de algo. Devoid (libre, exento) o lacking (carente, necesitado, falto) son usados generalmente tan sólo para expresar la ausencia de algo deseable o normalmente presente. No existe el correspondiente adjetivo (distinto de free of —libre de—) para describir la ausencia de algo indeseable o ajeno a un objeto. Por tanto, en ingles, generalmente, se dice que algo está free of (libre de) impurezas, vicios o corrupción y, por tanto, libertad viene a significar la ausencia de algo indeseable. Similarmente, siempre que queremos expresar algo que actúa por sí mismo, indeterminado o carente de influencias producidas por factores externos, hablamos de algo que está free of (libre de) influencias, anormalmente relacionadas con ello. En términos científicos hablamos incluso de «grados de libertad» cuando hay varias posibilidades entre las cuales los determinantes conocidos o presumidos no deciden. Confróntese CRANSTON, l. c., p. 5. <<

[10] Todos estos tendrían que ser descritos como faltos de libertad por H. J. Laski, quien argumentó (Liberty in the Modem State, nueva edición, 1948, p. 61) que «los derechos políticos son esenciales para la libertad, y un ciudadano excluido de los mismos carece de libertad». Al definir similarmente la libertad, H. Kelsen («Foundations of Democracy», Ethics, LXVI, 1955, p. 94) llegó triunfalmente a la conclusión de que «los intentos de demostrar una relación esencial entre libertad y propiedad… han fracasado», aunque todos los que han argumentado en favor de tal relación hayan hablado de libertad individual y no de libertad política. <<

[11] E. MIMS JR., The Majority of the people, N. Y. 1941, p. 170. <<

[12] Cfr. MONTESQUIEU, El espíritu de las leyes, XI, 2, vol. I, p. 150: «Como en las democracias el pueblo parece actuar casi como le place, esta clase de gobierno se ha confundido con la libertad de aquel». También en J. L. DE LOLME, en The Constitution of England, nueva edición, L. 1800, p. 240: «Concurrir con el propio sufragio a la promulgación de leyes es disfrutar de una parte del poder, de la clase que sea; vivir en un estado donde las leyes son iguales para todos y donde se cuenta con la seguridad de que serán ejecutadas… es ser libre». Cfr. también los pasajes citados en las notas 2 y 5 del cap. VII. <<

[13] La completa descripción del verdadero estado mental de un jesuita citado por William James, según una de las cartas de Ignacio de Loyola (Varieties of Religious Experience, N. Y. y L. 1902, p. 314), es como sigue: «En las manos de mi superior debo ser cera blanda, algo de donde este obtenga lo que le plazca, sea ello escribir o recibir cartas, hablar o no hablar a tal persona o algo por el estilo. Debo poner todo mi fervor en la celosa y exacta ejecución de lo que se me ordene. Debo considerarme como un cadáver, sin inteligencia ni voluntad; igual que una masa de materia que sin ninguna resistencia se coloca donde le place a cualquiera; como un bastón en las manos de un ciego que lo usa de acuerdo con sus necesidades y lo pone donde le conviene. Así debo ser en manos de la Orden para servirla en la forma que esta juzgue más útil». <<

[14] La diferencia entre este concepto de «libertad interior» y libertad en el sentido de ausencia de coacción fue claramente percibida por los escolásticos medievales, quienes agudamente distinguían entre libertas a necessitate y libertas a coactione. <<

[15] BÁRBARA WOOTTON, Freedom under Planning, L. 1945, p. 10. El más temprano uso explícito de libertad en el sentido de poder que conozco está en VOLTAIRE, Le Philosophe ignorant, XIII, citado por B. DE JOUVENEL, De la Souverainité, París 1955, p. 315; dice así: «Étre véritablemente libre, c’est pouvoir. Quand je peux faire ce que je veux, voüá ma liberté». Parece que desde entonces ha estado siempre íntimamente asociado con lo que más tarde (capítulo IV) distinguiremos como «racionalismo» de la tradición francesa de libertad. <<

[16] Cfr. P. DRUCKER, The End of Economic Man, L. 1939, p. 74: «Cuanta menos libertad existe, más se habla de la nueva libertad; sin embargo, esta nueva libertad es una mera palabra que cubre la exacta contradicción de todo lo que Europa entendió siempre por libertad. La nueva libertad que se predica en Europa es el derecho de la mayoría contra el individuo». WOODROW WILSON, en The New Freedom, N. Y. 1913, especialmente en la p. 26, demuestra que esta nueva libertad no se predica sólo en Europa, sino que es igualmente familiar en los Estados Unidos. Una ilustración más reciente la constituye el artículo de A. G. GRUCHY, «The Economics of the National Resources Committee», A. E. R., XXLX, 1939, p. 70, donde el autor observa complacido que «para los economistas de la Comisión de Recursos Nacionales, la libertad económica no es una cuestión de ausencia de limitación de actividades individuales, sino que se trata de un problema de limitación y dirección colectiva impuesta a los individuos y grupos con el fin de lograr la seguridad individual». <<

[17] He aquí una definición en términos de ausencia de limitación donde se carga el acento sobre dicho significado, que podría ser aceptable, dada por E. S. CORWIN, Liberty against Government, Louisiana State Univ. Press, 1948, p. 7: «Libertad significa esa ausencia de limitaciones impuestas por otras personas sobre nuestra libertad de elección y acción». <<

[18] The Shorter Oxford English Dictionary, Oxford 1933, da como primera definición de coerce (coacción): «To constrain, or restrain by forcé, or by authority resting on force». <<

[19] B. RUSSELL, «Freedom in Government», en Freedom, Its Meaning, ed. R. N. Anshen, N. Y. 1940, p. 251. <<

[20] T. HOBBES, Leviathan, parte I, cap. XIV, ed. N. Oakeshott, Oxford 1945, p. 84. <<

[21] J. R. COMMONS, The Legal Foundations of Capitalism, N. Y. 1924, especialmente capítulos II al IV. <<

[22] DEWEY, «Liberty and Social Control», Social Frontier, noviembre 1935, p. 41. Cfr. también su artículo «Force and Coercion», Ethics, XXVI, 1916, p. 362: «El que el uso de la fuerza esté o no justificado, en sustancia, es una cuestión de eficiencia (incluso de economía), de medios para el cumplimiento de fines»; e ibíd., p. 364: «El criterio de valor se apoya en la relativa eficiencia y economía del gasto de fuerza como medio para conseguir un fin». El hábil escamoteo que Dewey hace del concepto de libertad es, sin duda, tan espantoso que casi no resulta demasiado duro el juicio de D. FOSDICK en What is Freedom?, N. Y. 1939, p. 91, cuando dice: «El escenario, sin embargo, está totalmente preparado para esto (identificación de libertad con algún principio, tal como el de igualdad) únicamente cuando las definiciones de libertad e igualdad son objeto de tal prestidigitación que ambas se refieren aproximadamente a la misma clase de actividad. Un ejemplo extremo de tal juego de manos lo da John Dewey cuando dice: “Si la libertad se combina con una razonable proporción de igualdad y la seguridad se interpreta como significando seguridad cultural y moral e incluso también material, yo no creo que dicha seguridad sea compatible con ninguna otra cosa que no sea libertad”. Tras definir dos conceptos de forma tal que entrañan aproximadamente las mismas condiciones de actividad, nos asegura que ambos son compatibles. Tal prestidigitación no tiene fin». <<

[23] J. DEWEY, Experience and Education, N. Y. 1938, p. 74. Cfr. también W. SOMBART, Der moderne Kapitalismus, II, Leipzig 1902, p. 43, donde se explica que Técnica es el progreso hacia la libertad. La idea se perfila totalmente en E. ZSCHIMMER, Philosophie der Technik, Jena. <<

[24] Cfr. R. B. Perry en Freedom: Its Meaning, ed. R. Anshen, N. Y. 1940, p. 269: «La distinción entre bienestar y libertad cae por completo, puesto que la libertad efectiva de un hombre es proporcional a sus recursos». Esto ha llevado a otros a argumentar que «cuantos más individuos compren automóviles y disfruten de vacaciones, más libertad existe». (Otras referencias en cap. XVI, nota 72). <<

[25] En «An Essay on the Mathematical Theory of Freedom» D. GABOR y A. GABOR, Journal of the Royal Statistical Society, serie A, CXVII, 1945, proporcionan un divertido ejemplo de esto al comenzar declarando que la libertad «significa la ausencia de indeseables limitaciones, y como el concepto es casi coextensivo a todo lo demás», de ahí se deduce que, en vez de desecharlo por evidentemente inútil, no sólo lo adoptan, sino que se consagran a «medir la libertad» en dicho sentido. <<

[26] Cfr. LORD ACTON, Lectures on Modern History, L., 1906, p. 10: «No hay más correspondencia entre libertad y poder que entre eternidad y tiempo». MALINOWSKI, Freedom and Civilization, L. 1944, p. 47: «Si cometiéramos el descuido de identificar la libertad con el poder, obviamente amamantaríamos a la tiranía, de la misma forma que incurrimos en la anarquía cuando equiparamos la libertad con la falta de limitaciones». Véase también F. H. KNIGHT, «Freedom as a Fact and Criterion», en Freedom and Reform, N. Y. 1947, pp. 4 y ss.; J. Cropsey, Polity and Economy, La Haya 1957, p. XI; y M. BRONFENBRENNER, «Two Concepts of Economic Freedom», Ethics, LXV, 1955. <<

[27] La distinción entre libertad «positiva» y «negativa» ha sido popularizada por T. H. GREEN, a través del cual deriva últimamente de Hegel. Véase especialmente la conferencia «Liberal Legislation and Freedom of Contract», The Works of T. H. Green, ed. R. L. Nettelship, vol. III, Miscellanies and Memoir, pp. 365–86. [N. del editor digital: A partir de aquí falta la traducción de la nota.] The idea which is there connected mainly with «inner freedom» has since been put to many uses. Cf. Sir Isaiah Berlin, Two Concepts of Liberty: An Inaugural Lecture Delivered Before the University of Oxford on 31 October 1958 (Oxford: Clarendon Press, 1958), and, for a characteristic taking-over of the socialist arguments by the conservatives, Clinton Rossiter, «Toward an American Conservatism», Yale Review, 44 (1955): 361, who argues that «the conservative should give us a defi nition of liberty that is positive and all-embracing… In the new conservative dictionary, liberty will be defi ned with the help of words like opportunity, creativity, productivity, and security». <<

[28] W. L. Westermann, «Between Slavery and Freedom», American Historical Review, L, 1945, pp. 213-227. <<

[29] Cfr. J. W. JONES, The Law and Legal Theory of the Greeks, Oxford 1956, p. 282. Este fue el caso en la práctica, aunque quizá no lo fuese en el derecho estricto. <<

[30] Cfr. F. H. KNIGHT, Freedom and Reform, N. Y. 1947, p. 193: «La función primaria del gobierno es impedir la coacción y, por lo tanto, garantizar a cada hombre el derecho a vivir su propia vida libremente asociado con sus semejantes». Véase también su discusión sobre el tema en el artículo citado en la nota 3 anteriormente. <<

[31] Cfr. R. VON IHERING, Law as a Means to an End, traducido por I. Husik, Boston 1913, p. 242; MAX WEBER, Essays in Sociology, N. Y. 1949, p. 78: «El Estado es una comunidad humana que, con éxito, pretende el monopolio del uso legítimo de la fuerza física»; B. MALINOWSKI, Freedom and Civilization, L. 1947, p. 265: «El Estado es la única institución histórica que tiene el monopolio de la fuerza»; asimismo, J. M. CLARK, Social Control of Business, 2.a ed., N Y. 1939, p. 115: «Se admite que la coacción apoyada por la fuerza es monopolio del Estado», y E. A. HOEBEL, The Law of Primitive Man, Harvard Univ. Press, 1954, cap. II. <<