Agradecimientos

Me gustaría dar las gracias a Mary por revisar el primer borrador, plagado de horrores tipográficos, y a Marlin por proporcionarme un techo mientras lo iba adecentando. Gracias también a Anne Sowards, magnífica correctora (si ha sobrevivido alguna errata más, la culpa es enteramente mía), y a Louisa Edwards por pensar el título perfecto.