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Ya echan tierra sobre el ataúd de Wolker. Ya regresa la señora Wolker del cementerio. Ya está la piedra sobre el féretro de Rimbaud, pero su mamá, como se sabe, hizo que volvieran a abrir el panteón familiar de Charleville. Ahí tenéis a esa señora austera vestida de negro, examina el espacio oscuro y húmedo y comprueba si el ataúd está en su sitio y cerrado. Sí, todo está en orden. Arthur descansa y no huye. Arthur ya no huirá nunca. Todo está en orden.