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El dolor era tan fuerte que no podía estar quieto; pero por nada del mundo hubiera entrado donde estaban quienes se habían reído de él. Pero ¿qué estaban haciendo? ¿Cómo es que no iban ellos mismos a buscarlo? ¿Eran tan malvados? ¿O estaban tan borrachos? ¿Cuánto tiempo hacía ya que estaba fuera?

En la habitación se apagó de repente la lámpara central y quedó encendida sólo una luz muy débil.

Jaromil se acercó a la ventana y vio que junto a la cama estaba encendida una lámpara pequeña con una pantalla rosada; permaneció mirando durante largo rato hasta que vio dos cuerpos desnudos abrazados.

Le castañeteaban los dientes, temblaba y miraba; la cortina entrecerrada le impedía saber con seguridad si el cuerpo de mujer cubierto por el cuerpo del hombre pertenecía a la cineasta, pero todo parecía indicar que sí: el pelo de la mujer era largo y negro.

Pero ¿quién era el hombre? Dios mío, Jaromil sabía quién era. ¡Pero si toda esta escena ya la había visto una vez! El frío, la nieve, la planicie montañosa y en la ventana iluminada Xavier con una mujer. ¡Pero si a partir de hoy Xavier y Jaromil debían ser un solo ser! ¡Cómo era que Xavier lo traicionaba! ¡Dios mío! ¿Cómo era que hacía el amor delante de sus ojos con su chica?