Rommel había notificado a su la, el Teniente Coronel Westphal, su decisión de descargar un golpe en Sidi Omar a primeras horas de la mañana del 24 de noviembre. Westphal hubiera deseado oponer objeciones, atrayendo especialmente la atención de su jefe sobre el hecho de que los ingleses estaban concentrando fuerzas al sur de Bir el Gobi. Pero Rommel no permitió la discusión del plan, y haciendo subir al coche a su jefe de Estado Mayor, General Gause, se puso en camino hacia la localidad.
Apenas hubieron recorrido un corto trecho, el vehículo de transmisiones se atascó en la arena. Rommel prosiguió sin él, y a partir de aquel momento cesaron las comunicaciones por radio con su puesto de mando. Cuando los ingleses, reorganizados por Auchinleck, avanzaron por la zona, ahora prácticamente desierta, de Sidi Rezegh, Westphal trató desesperadamente de establecer contacto con Rommel. Fueron mandados en su busca algunos aviones, que no regresaron. La situación se fue agravando al sur de Tobruk, hasta que finalmente Westphal decidió asumir la responsabilidad de sus propias decisiones, procediendo a llamar a Sidi Rezegh a la 21.ª División Panzer.
Cuando Rommel se enteró de esta orden la consideró al principio como un engaño del enemigo, pero pronto pudo comprobar que era auténtica. Uno de sus ayudantes, el Teniente Voss, relata de este modo el regreso de Rommel al Cuartel General:
«Al principio sintióse furioso contra el Teniente Coronel Westphal, por haber llamado éste a la 21.ª División sin su permiso. Una vez de regreso al Cuartel General, subió al vehículo de mando, sin haber saludado a nadie, y, en completo silencio, examinó la situación sobre los mapas. Tras él se hallaba Gause. Tratamos de hacer señas a este último para que hablara a Rommel, explicándole los motivos de la decisión de Westphal. Pero no fue necesario, porque Rommel abandonó de improviso el vehículo, manifestando que iba a descansar. Nadie se atrevió, a partir de entonces, a interrumpir su sueño. Sin embargo, a la mañana siguiente, y ante el alivio de todos, no hizo referencia alguna a lo ocurrido. Mostróse tan amistoso como de costumbre, y el trabajo prosiguió con toda normalidad».
Aunque la 7.ª División Acorazada inglesa y los sudafricanos habían sufrido duras pérdidas, los neozelandeses, los indios, la brigada de la Guardia y la guarnición de Tobruk se hallaban intactos y demostraban mucha actividad. En vista de las circunstancias, Rommel se vio precisado a abandonar sus planes de ataque a los centros de aprovisionamiento de Maddalena y Habata (situados en el desierto, a 40 Km. al sur de Bug-Bug), ya que aquellas prolongadas incursiones no podían coger al enemigo por sorpresa, a la vez que significaban una inútil dispersión. Procedió, pues, a concentrar sus fuerzas móviles contra los neozelandeses. El 25 de noviembre se iniciaron duros combates en Tobruk, donde nuestras unidades se hallaban ahora en el centro de un ataque en pinza del enemigo. Uno de los extremos procedía del sudeste, mientras el otro tenía su base en la fortaleza. Haciendo acopio de todas sus fuerzas, el Grupo Boettcher logró rechazar la mayoría de los avances, y la única penetración conseguida por el adversario quedó contenida mediante un contraataque de los italianos.
En vista de lo crítico de la situación, Rommel interrumpió inmediatamente las operaciones en el frente de Sollum, y trasladó con la máxima rapidez a todas sus formaciones hacia el centro de gravedad de la batalla de Tobruk.
27 noviembre 1941.
La batalla ruge en el desierto alrededor de Tobruk y frente a Sollum, desde el día 19. Por los partes oficiales habrás podido enterarte de su curso. Creo que hemos sobrepasado lo peor, y que este encuentro será de una importancia decisiva para el curso del conflicto.
Me siento muy bien. Acabo de pasar cuatro días en el desierto, durante un contraataque, sin poderme lavar. Hemos obtenido un gran éxito.
Hoy es el día de nuestro 25 aniversario de boda. Quizás el parte de guerra resulte extraordinario. No necesito insistir sobre la compenetración que siempre ha presidido nuestra vida, pero sí deseo darte las gracias por tu amor y tu bondad durante estos años que acaban de transcurrir con tanta rapidez. Junto con mi gratitud hacia ti, pienso en el orgullo que nos confiere nuestro hijo, el cual no dudo triunfará en la vida, teniendo en cuenta sus grandes cualidades.
Por hoy, nada más. Nuestro siguiente movimiento ha empezado ya.
El 28 de noviembre, mientras la 21.ª División Panzer corría a ambos lados de la ruta costera, hacia Gambut, alcanzando el territorio que se extiende al sur de Zafraan, la 15.ª División Panzer bajaba hacia Trigh Capuzzo, con su flanco constantemente amenazado por unidades móviles. Tras haberse abierto camino por la escarpadura y el Jebel, la división se encontró por la tarde otra vez en el antiguo campo de batalla de Sidi Rezegh. Un mensaje por radio, de Rommel, llamó al jefe del África Korps al puesto de mando avanzado del Grupo Panzer, que al parecer se encontraba en las inmediaciones de Gambut.
El repliegue alemán.
Tras haber buscado largamente en la obscuridad, descubrieron finalmente un camión inglés, al que el coche de mando de Creuwell se acercó con precauciones. En su interior se encontraban, no soldados ingleses, sino Rommel y su jefe de Estado Mayor, ambos sin afeitar, agotados por la falta de sueño y cubiertos de polvo. Tenían como cama un montón de paja, había un poco de agua en una lata y veíanse unas cuantas conservas. En las cercanías se encontraban dos vehículos de transmisiones y unos cuantos enlaces motoristas. Rommel dio instrucciones para la acción del día siguiente.
Su plan consistía en rodear a la División Neozelandesa, que entretanto había establecido contacto con la guarnición de Tobruk, volviendo a cerrar el cerco de la plaza. Para ello procedió a concentrar todas las unidades disponibles, situando el punto principal del ataque en el flanco occidental, con el fin de impedir que los neozelandeses pudieran retirarse hacia Tobruk.
29 noviembre 1941.
Queridísima Lu:
La batalla parece desenvolverse bien. Hoy llegaremos, sin duda, a una decisión. Tengo completa confianza en el triunfo. No dispongo de más tiempo.
La 21.ª División Panzer —cuyo jefe, el General von Ravenstein, había sido hecho prisionero por los neozelandeses— cerró el cerco por el este, a la vez que se defendía contra fuertes ataques del sur. Al atardecer, la 15.ª División Panzer, que iba hacia el norte, tomó la importante elevación de El Duda, que fue perdida otra vez durante la noche.
30 noviembre 1941.
Queridísima Lu:
La batalla continúa, y si queremos ganarla habremos de aportar todos nuestros esfuerzos.
La perspectiva es buena, pero las tropas están muy fatigadas, después de doce días de lucha. Me siento perfectamente, activo y dispuesto a todo. Los ingleses han capturado a von Ravenstein. Nada más por hoy.
La mañana del 30 de noviembre poderosas formaciones acorazadas enemigas y una gran masa de infantería avanzaron contra nuestras defensas del sur; pero sus ataques carecieron de coordinación, y pudimos rechazarlos en todo el frente. Por otra parte, y a pesar de numerosas tentativas, la 15.ª División Panzer no pudo tomar Belhammed ni establecer contacto con la 90.ª Ligera, lo que habría cerrado la bolsa de Tobruk.
Ello se consiguió al día siguiente, cuando, tras haber sido rechazados todos los intentos de ayuda enemigos, desde el sur y el este, fue lanzado un ataque concéntrico que destruyó a gran parte de la división neozelandesa.
La guarnición inglesa quedaba de nuevo cerrada en la fortaleza. Además, y según supimos por un mensaje interceptado, el enemigo había sufrido tales pérdidas, que estaba intentando despegarse temporalmente de nuestras unidades.
Pero Rommel no se hallaba en condiciones de conceder a sus fuerzas el descanso que tanto necesitaban. En el frente de Sollum debía combatirse duramente para rechazar los ataques de los indios, la línea de aprovisionamientos estaba siendo hostigada de continuo, y Bardia veíase muy seriamente amenazada. En vista de ello, despachó a dos grupos de combate mixtos, a lo largo de la pista Trigh Capuzzo y la ruta costera, con el fin de dejar expeditas nuestras líneas de comunicación. Colocó el grueso de las fuerzas móviles germanoitalianas al sudeste de Tobruk, donde, a la vez que se las aprovisionaba y reorganizaba, estaban en condiciones de poder ser mandadas al frente de Sollum o contra las formaciones inglesas, al sur.
El enemigo también procedía a reorganizarse y reagruparse a ambos lados del Trigh el Abd, a cubierto de una extensa pantalla de carros, situados a lo largo de la pista Sidi Muftah - Capuzzo.
Con el enemigo mejor aprovisionado que nosotros, no podíamos esperar sino que muy pronto continuara su ofensiva. Sin embargo, la batalla había llegado a una conclusión temporal, y el Ejército mandó el siguiente parte al Alto Mando:
«En la continua lucha sostenida desde el 18 de noviembre al 1.° de diciembre, han sido destruidos 814 tanques y vehículos blindados enemigos, abatiéndose 127 aparatos. Aun no pueden darse cifras respecto al botín en armas, municiones y vehículos. Los prisioneros pasan de 9,000, incluyendo a tres generales».
No fue hasta más tarde cuando supimos que el enemigo había realizado un cambio en el mando del 8.° Ejército, reemplazando al General Cunnigham por Ritchie.
2 diciembre 1941.
Ayer conseguimos destruir al resto de una o quizá dos divisiones inglesas, frente a Tobruk, lo cual ha aliviado bastante la situación.
Pero los ingleses no cederán, estoy seguro. Sin embargo, la lucha se desenvuelve ahora en mejores condiciones y todo acabará bien.
El ataque de nuestros dos grupos de combate mixtos, en Bardia-Sollum no obtuvo éxito. El 4 de diciembre el Ejército tuvo una clara visión de los proyectos enemigos. Nuevas fuerzas se estaban concentrando alrededor de Bir el Gobi, con la evidente intención de rodear nuestro flanco y penetrar en retaguardia, liberando a Tobruk de su cerco. Rommel decidió atacar inmediatamente a dichas fuerzas, con todas sus formaciones móviles, antes de que hubieran terminado su preparación.
Nuestros efectivos eran demasiado débiles para seguir manteniendo el sitio de Tobruk, y Rommel ordenó realizar preparativos para abandonar la parte oriental de dicho frente. Durante la noche del 4 al 5 de diciembre el Áfrika Korps partió hacia el oeste por el corredor existente entre El Duda y Sidi Rezegh —con sólo 4 Km. de anchura—, con el fin de concentrarse en El Adem. El ataque a Gobi se emprendería en combinación con el Cuerpo Motorizado italiano, que venía desde el nordeste; pero este último no llegó a reunirse por completo, ni estaba en condiciones de atacar, y el Áfrika Korps hubo de descargar su golpe solo, lo que se hizo a mediodía del 5 de diciembre. Las fuerzas tropezaron primero con la Brigada inglesa de la Guardia —recién llegada al campo de batalla— y luego con las reorganizadas brigadas de la 7.ª División Acorazada. A pesar de ello, a última hora de la tarde habían alcanzado un punto situado al noroeste de Gobi. Entretanto, los ingleses habían iniciado un ataque desde Tobruk, tomando la línea de alturas DudaBelhammed. Ello nos obligó finalmente a ceder en el este del frente.
A mediodía del 5 de diciembre, un oficial del Estado Mayor del «Comando Supremo», mandado por el Duce, llegó al Cuartel General, informándonos de que no debíamos esperar refuerzos para el grupo Panzer antes de principios de enero. Nada podía hacerse hasta dicha fecha, excepto cubrir las necesidades más apremiantes en víveres y munición. Semejante noticia no contribuyó ni mucho menos a alegrarnos.
Auchinleck se las compuso para mandar al campo de batalla dos brigadas más de infantería y dos regimientos de carros blindados. Además, la 3.ª División Acorazada acababa de llegar de Inglaterra, y estaba siendo transportada a las cercanías de la frontera, para ser sometida a un intenso adiestramiento, constituyendo un refuerzo adicional contra cualquier nuevo intento de las fuerzas acorazadas alemanas.
La noche del 5 de diciembre Rommel debía tener en cuenta la siguiente consideración: «El ataque del Áfrika Korps no ha infligido una derrota decisiva al enemigo en Gobi, principalmente a causa de no haberse presentado el Cuerpo motorizado italiano. Es de suponer que las fuerzas enemigas en la zona de Gobi se verán reforzadas por formaciones de refresco, pudiendo pasar al ataque dentro de poco con superioridad de fuerzas. Los acontecimientos de Tobruk han demostrado que también allí el enemigo dispone de efectivos eficaces. Sin embargo, existe todavía la posibilidad de llegar a una decisión favorable lanzando a las divisiones motorizadas y Panzer que aun nos quedan, tanto alemanas como italianas, en un ataque de conjunto contra los ingleses en Gobi. Si, a pesar de todo, fracasáramos en destruir una parte substancial de las fuerzas enemigas, entonces, en vista de nuestras grandes pérdidas en hombres y material, deberíamos considerar la posibilidad de no aceptar batalla y retirarnos a la posición de Gazala, evacuando a continuación el territorio de la Cirenaica».
El África Korps inició su ataque el 6 de diciembre, avanzando otra vez solo. Los italianos informaron de que sus tropas estaban exhaustas y no utilizables para las operaciones. El enemigo retrocedió lentamente sobre Bir el Gobi, pero no era posible ya destruirlo ni siquiera atacar de flanco ni envolver parte de sus fuerzas. Por el contrario, existía el grave peligro de que nuestras tropas se vieran rebasadas por ambos lados, debido a la superioridad del adversario[39].A pesar de todo, el ataque se reanudó el 7 de diciembre, aunque sin éxito. Nuestras bajas eran muy elevadas.
En vista de la gran superioridad numérica del enemigo y de las condiciones de nuestras tropas, Rommel decidió abandonar Tobruk por completo, y retirarse luchando hacia la posición de Gazala. Era una decisión muy penosa, ya que los soldados alemanes habían combatido con éxito, infligiendo pérdidas muy graves al adversario. Pero el permanecer más tiempo en Tobruk hubiera conducido a la destrucción de nuestras ya débiles fuerzas y a la pérdida ulterior de Libia.
Carta escrita por el Cabo Günther, asistente de Rommel.
6 diciembre 1941.
Apreciada Frau Rommel:
El General partió de nuevo esta mañana, muy temprano, hacia su puesto de mando. Le envío sus más cariñosos saludos, y al propio tiempo la informo de que el General sigue bien de salud y de que todo marcha perfectamente.
La nueva batalla exige mucho del General. No tiene tiempo que perder.
Abandonamos nuestra vivienda hace quince días, y desde entonces nos hemos trasladado varias veces. Hoy nos hemos aposentado otra vez en un pequeño vado, donde la aviación no podrá distinguirnos fácilmente. Nuestros vehículos están bien camuflados y tienen ya un aspecto muy a tono con el desierto. Todavía tenemos los dos pollos, de los que el General le habrá hablado ya sin duda. Se las componen incluso para encontrar algo de grano. (Le habían sido regalados a Rommel cierto número de pollos que, a ruegos de Günther, no fueron matados, conservándose como mascotas).
Hoy todo está muy tranquilo, en comparación con las últimas semanas. Ya no nos encontramos al alcance de la artillería enemiga que solía disparar con frecuencia a nuestro alrededor y retaguardia. Resulta muy agradable no percibir el silbido de las granadas. Debo terminar. Con mis mejores deseos le envío cariñosos saludos del General para usted y su hijo.
Cabo HERBERT GÜNTHER
9 diciembre 1941.
Queridísima Lu:
Por los partes de guerra te habrás enterado de lo que estamos haciendo. He debido abandonar toda operación en Tobruk, a causa de las formaciones italianas, así como también por el estado de fatiga de nuestros soldados. Espero conseguiremos escapar al posible cerco enemigo y mantenernos en Cirenaica. Sigo bien. Puedes imaginar lo que estamos pasando y las preocupaciones que tengo. Parece ser que este año no podremos celebrar las Navidades, que se encuentran ya a muy poca distancia.