Advertencia

La mayor parte de los documentos de Rommel tratan de la campaña de África. El conjunto de ellos se da a conocer en este volumen. La única parte de la historia que no abarca es la campaña de invierno 1941-42, que hubiera escrito de haber vivido. Un capítulo de la misma ha sido aportado por el General Bayerlein —entonces jefe de Estado Mayor del Afrika Korps—, con ayuda de cartas y anotaciones de Rommel, así como con su conocimiento personal de los puntos de vista de aquél. La propia habilidad y experiencia de Bayerlein como jefe de unidades acorazadas hace su aportación doblemente interesante.

La historia de ]a campaña de 1940, por Rommel, es, en conjunto, de un interés enorme, pero en algunos lugares se entretiene en detalles de menor importancia, relativos a los movimientos de las tropas, mientras que algunas jornadas carecen de peculiaridades sobresalientes. Dichos pasajes han sido eliminados, según se indica en el texto.

Durante los meses que, en 1943, pasó en Italia, Rommel no llevó a cabo operaciones, pero en su diario se encuentran una serie de anotaciones reveladoras, acerca del golpe de estado, y los esfuerzos alemanes para impedir que Italia se pasara al otro bando. Manfred Rommel ha resumido estos pasajes, así como las cartas de su padre, «en un capítulo muy breve».

El Mariscal no vivió lo suficiente como para escribir la historia de la campaña de Normandía, pero dejó muchas notas y documentos, que tratan especialmente de sus ideas y planes, antes de que aquélla se produjera. El General Bayerlein los ha reunido, incorporando las cartas escritas por Rommel en aquel tiempo.

En un capítulo final, Manfred Rommel relata la muerte de su padre, y narra las incidencias de las tensas semanas que precedieron a la llegada de los encargados de cumplir las órdenes de Hitler.

El valor e interés de dichos capítulos, así como de toda la narración del Mariscal, queda incrementado por el contenido de sus cartas, en las que se refleja a cada instante el curso de su pensamiento, así como la situación de las operaciones, precisando el momento histórico en que transcurre el relato.

Por atareado que estuviera, escribió casi diariamente a su esposa, aunque las misivas suelen ser breves. Por regla general las redactaba a primeras horas de la mañana, y a veces en pleno movimiento, dentro de su automóvil blindado o de un tanque. Con frecuencia se observa en ellas cierto temblor en los rasgos, provocado por el traqueteo del vehículo, o por el frío de las horas que preceden al alba.

Como debía mostrarse discreto, por lo que a las operaciones respecta, resulta extraña su franqueza en ciertas ocasiones, teniendo en cuenta el riesgo de que las cartas pudieran ser abiertas por la censura normal o la secreta.

Muchas de ellas son simples notas afectuosas, pero en este volumen hemos incluido, de preferencia, aquellas que contienen algún comentario significativo.

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Debo expresar, ante todo, mi profunda gratitud a Manfred Rommel y al General Bayerlein, por el excelente trabajo realizado al seleccionar y clasificar el material. Quedé gratamente impresionado por la diligencia y habilidad de ambos, durante los meses que cooperamos juntos en la labor. La primera parte recobrada fue la que se refiere a la campaña de África, publicada en Alemania bajo el título de Krieg ohne Hass (Guerra sin odio), con cierto número de notas por Manfred Rommel y el General Bayerlein. Las notas en cuestión han sido conservadas en el presente volumen —en el que, por vez primera, aparece reunido todo el material—, mientras yo añadía párrafos que aclarasen determinados puntos y formaran un fondo histórico en el que se combinaran las reacciones y observaciones de Rommel y las de los aliados.

Por la recuperación de las cartas y su entrega a Frau Rommel debo expresar mi agradecimiento al Mayor General Orlando Ward, Jefe del Servicio Histórico Militar de los Estados Unidos, así como al Brigadier General S. L. A. Marshall, eminente analista e historiador militar, cuya ayuda solicité oportunamente.

Quisiera también citar a Mark Bonham Cárter, Paul Findlay, traductor del original alemán y ayudante inapreciable, y a Ronald Politzer, además de Manfred Rommel y el General Bayerlein, quienes hicieron agradable y llevadera la tarea de editar estas Memorias.

B. H. LIDDELL HART