Comentario sobre el Ambarkanta

Este elegante universo, al tiempo que en muchos aspectos constituye una evolución de la vieja cosmología de Los Cuentos Perdidos, también muestra cambios radicales y avances en la estructura esencial.

Para empezar desde el Exterior: más allá de los Muros del Mundo se extiende «el Vacío, la Noche sin forma o tiempo», Kúma (Ava-kúma); se trata, por supuesto, de una idea primitiva, «la oscuridad exterior», «la oscuridad ilimitada», «la inmensidad sin estrellas» del cuento de [283] El Ocultamiento de Valinor (I. 266). Los Muros del Mundo, Ilurambar[340] son la cubierta intacta, ininterrumpida de un vasto globo; son fríos, invisibles e infranqueables salvo por Ando Lomen, la Puerta de la Noche. Esta Puerta la hicieron los Valar «cuando vencieron y arrojaron a Melko a la Oscuridad Exterior»; y Eärendel la vigila. Ya en E (§ 19) se decía que «Morgoth es arrojado por la Puerta de la Noche hacia la oscuridad exterior que hay detrás de los Muros del Mundo, y se pone una guardia para que siempre vigile esa Puerta»; esto se repite en el pasaje correlativo en Q, donde se usan las mismas expresiones que en el Ambarkanta, «la Puerta de la Noche Eterna», «el Vacío», y donde Eärendel, que navega en el Vacío, es nombrado guardián (véanse pp. 193-194, 239). Sin embargo, no se dice en estos textos que la Puerta de la Noche fuera hecha cuando vencieron a Melko, al final de la Gran Batalla.

He comentado antes (p. 62), el gran cambio del mito astronómico introducido en E por el paso del Sol bajo la Tierra, que sustituye a la partida a través de la Puerta de la Noche seguido del viaje por la Oscuridad Exterior y el regreso por las Puertas de la Mañana, como se describe en El Ocultamiento de Valinor, en esa narración los Dioses hicieron la Puerta de la Noche con el fin de que el Barco del Sol no tuviera que pasar bajo la Tierra. De esta manera la Puerta de la Noche ha sobrevivido, pero su propósito y el momento de su construcción se han modificado totalmente.

La idea de un gran Muro que rodea el «Mundo» y lo separa del Vacío y Oscuridad exteriores se remonta al principio; en El Ocultamiento de Valinor se lo llama «el Muro de las Cosas», y Ulmo informa a los Valar de que «Vai se extiende desde el Muro de las Cosas hasta el Muro de las Cosas, no importa dónde vayáis» (I. 264). Antes he comentado (I. 109) la posibilidad de que ya en la primera cosmología Vaitya (el más exterior de los «aires») y Vai (el Océano Exterior) constituyeran «una sustancia envolvente continua», y que el Ambarkanta «sólo vuelve explícito lo que estaba presente aunque inexpresado en Los Cuentos Perdidos»; y señalé las dificultades que había en esta idea. Evidentemente en el primer borrador de El Ocultamiento de Valinor (véase I. 272, nota 16) el Muro de las Cosas ya había sido concebido, según dije (I. 279), «como los de las ciudades o jardines terrenos: muros con un tope, un “cerco circular”»; los Muros eran más bajos en el Este, de modo que allí no había una Puerta correlativa a la Puerta de la Noche en el Oeste, y el Sol navega por encima del Muro Oriental.