[194]
Existen tres versiones de esta obra, todas en manuscritos buenos y claros, I las tres corresponden aproximadamente a la misma época. Llamaré a la primera Lhammas A, y a la segunda, que se basó directamente en la primera, Lhammas B; la tercera es diferente y mucho más breve, y tiene el título de Lammasethen. Lhammas A carece de portada, pero parece muy probable que de hecho la portada desechada que aparece en el reverso de B fuera suya. Dice así:
La Lhammas
O «Historia de las lenguas» que Pengolod de Gondolin escribió después en Tol-eressëa, utilizando parte de la obra de Rúmil, el sabio de Kôr
La portada de Lhammas B dice:
La «Lhammas»
Es decir, la «Historia de las lenguas» que Pengolod de Gondolin escribió en días posteriores en Tol-eressëa, utilizando la obra de Rúmil, el sabio de Tûn. Ælfwine vio esta historia cuando estuvo en el Oeste
En el principio de la página hay escrito: «3. Silmarillion». En esta fase, la Lhammas, junto con los Anales, había de ser una parte de «El Silmarillion» en un sentido más amplio (véase p. 234).
La relación entre las versiones primera y segunda es característica; la última se basa en la primera, pero presenta un gran número de cambios de formulación y algunas reestructuraciones, y diversas alteraciones del contenido de más o menos importancia. De hecho, en gran parte Lhammas B es demasiado similar a A para justificar el espacio que requeriría la publicación de ambas, y en cualquier caso los dar tos esenciales de la historia lingüística apenas se modificaron en la segunda versión; por tanto, doy sólo Lhammas B, pero apunto las divergencias de interés en el comentario. La versión Lammasethen también se da por entero.
Para facilitar las referencias al texto mismo lo he dividido, sin que tal división se justifique en el manuscrito, en secciones numeradas [195] (como hice con el Quenta en vol. IV), y en el comentario se siguen esas divisiones.
Relacionadas con el texto de Lhammas Ay B respectivamente existen dos cuadros «genealógicos», El Árbol de las Lenguas, ambos reproducidos aquí (pp. 196-7). Se verá que la última versión del Árbol coincide en casi todos los detalles con el texto impreso; los rasgos divergentes en la primera versión se tratan en el comentario.
En el texto hay varias referencias al «Quenta». En §5 la referencia (que aparece sólo en Lhammas A, véase el comentario) está relacionada con el nombre Kalakilya (el Paso de la Luz), y el nombre aparece en QS pero no en Q. De igual modo, en §6 «En otro lugar se cuenta que Sindo, hermano de Elwë, se separó de su linaje»: la historia de la desaparición de Thingol y el hechizo de Melian se ha contado por supuesto en otro lugar, pero en Q no se llama Sindo, mientras que en QS sí. Por tanto, parece que las referencias al Quenta son a QS en vez de a Q, aunque eso no demuestra que cuando escribió la Lhammas mi padre hubiera llegado a esos pasajes en la composición de QS; no obstante, no se trata de una cuestión significativa, puesto que los nuevos nombres ya habían surgido antes, y por tanto asocian la Lhammas con la nueva versión de «El Silmarillion».
Sigue ahora el texto de Lhammas B. Las correcciones que el manuscrito sufrió después son notablemente escasas. Los pocos cambios realizados se han introducido en el corpus del texto, pero están indicados como tales.
1
Los Valar tuvieron habla desde el principio, y después de llegar al mundo crearon una lengua para nombrar y glorificar todas las cosas que allí había. En edades posteriores, en el momento señalado, los Qendi (que son los Elfos) despertaron bajo las estrellas junto a Kuiviénen, las Aguas del Despertar, en el medio de la Tierra Media.
Allí los encontró Oromë, el Señor de los Bosques, y de él aprendieron según sus capacidades el idioma de los Valar; y todas las lenguas que de él han derivado desde entonces pueden llamarse oromianas o quendianas. El idioma de los Valar cambia poco, pues los Valar no mueren; y antes del Sol y la Luna no evolucionaba con el paso de las edades en Valinor. Pero cuando [196] los Elfos lo aprendieron, lo cambiaron desde el principio al aprenderlo, y suavizaron los sonidos, y le añadieron muchas palabras según su gusto e ingenio, ya desde el primer momento. Porque los Elfos aman la hechura de las palabras, y ésta ha sido siempre la razón principal del cambio y la variedad de sus lenguas.
2
[197]
Ahora bien, ya en su primera morada los Elfos se dividieron en tres linajes, cuyos nombres se dan ahora en forma valinoreana: los Lindar (los hermosos), los Noldor (los sabios), y los Teleri (los últimos, pues fueron los últimos en despertar). Los Lindar eran quienes vivían más al oeste; los Noldor eran los más numerosos; [198] y los Teleri, los que vivían más al este, estaban dispersos en los bosques, porque desde el despertar fueron nómadas y amantes de la libertad. Cuando Oromë guio a las huestes de los Elfos en la marcha hacia el oeste, algunos se quedaron atrás y no quisieron partir, o no escucharon el llamamiento a Valinor. Estos son llamados los Lembi, los que no se fueron, y la mayoría eran de raza teleriana. Pero aquellos que siguieron a Oromë son llamados los Eldar; los que partieron. [Esta oración fue tachada cuidadosamente y corregida para que se leyera: Pero Oromë llamó a los Elfos Eldar o «pueblo de las estrellas», y éste fue el nombre que se dio a todos aquellos que lo siguieron, tanto a los Avari (o «los que partieron») que abandonaron la Tierra Media, como a aquellos que al final se quedaron atrás (en sustitución de: que al final se quedaron en Beleriand, los Ilkorindi de Doriath y las Falas).] Pero no todos los Eldar llegaron a Valinor o a la ciudad de los Elfos en la tierra de los Dioses, sobre la colina de Kôr. Porque además de los Lembi, que no llegaron al Oeste de las Tierras de Aquende hasta edades después, estaba la gente de los Teleri que se quedaron en Beleriand, tal como se cuenta más adelante, y la gente de los Noldor que se perdieron en la marcha y también llegó más tarde al este de Beleriand. Estos son los Ilkorindi que se cuentan entre los Eldar, pero que no llegaron más allá de los Grandes Mares a Kôr cuando los Dos Arboles florecían aún. Así tuvo lugar la primera división de las lenguas de los Elfos, en Eldarin y Lemberin; porque los Eldar y los Lembi no volvieron a encontrarse hasta al cabo de muchas edades, cuando sus lenguas eran por completo distintas.
3
En la marcha hacia el Oeste los Lindar iban primeros, y la principal de sus casas era la casa de Ingwë, rey supremo de los Eldalië, y el mayor de todos los Elfos, pues fue el primero en despertar. Su casa y su pueblo son llamados los Ingwelindar o Ingwi. La marcha empezó cuando los Elfos habían vivido unos treinta años valianos en las Tierras de Aquende, y pasaron diez años valianos más antes de que las primeras compañías de los Lindar llegaran a Falassë, es decir, las costas occidentales de las [199] Tierras de Aquende, donde antaño se encontraba Beleriand. Ahora bien, en los días de los Arboles cada año valiano era como diez años de ahora, pero antes de la hechura del Sol y la Luna el cambio y crecimiento de las criaturas vivientes era lento, aun en las Tierras de Aquende. Poca diferencia, por tanto, había aún entre las lenguas de los tres linces de los Eldalië. En el año 1950 de los Valar despertaron los Quendi, y en el año 1980 emprendieron la marcha, y en el año 1990 los Lindar llegaron por sobre las montañas a Beleriand; y en el año 2000 de los Dioses los Lindar y los Noldor llegaron a Valinor por sobre los mares, en el oeste del mundo, y moraron en la luz de los Arboles. Pero los Teleri se demoraron en la marcha, y llegaron después, y se quedaron en Beleriand diez años valianos, y vivieron en las Falassë y llegaron a amar el mar por sobre todas las cosas. Y después, tal como se dice en el Quenta, moraron, por causa de las acciones de Ossë, en Tol-eressëa, la Isla Solitaria, en la Bahía de las Hadas, antes de que navegaran al fin en sus barcos-cisne hasta las orillas de Valinor. Por tanto, la lengua de los Teleri se apartó en cierto grado de la de los Noldor y los Lindar, y a partir de entonces siempre fue distinta, aunque similar.
4
Durante nueve edades, que equivalen a novecientos años valianos, los Lindar y los Noldor moraron en Valinor, antes del oscurecimiento; y durante ocho de ellas los Teleri vivieron junto a ellos, pero separados, en las orillas y en tomo a los puertos de la tierra de los Dioses, mientras Morgoth se sometía a cautiverio y vasallaje. Sus lenguas, por tanto, cambiaron con el lento transcurso de los años, aun en Valinor, porque los Elfos no son como los Dioses, sino hijos de la Tierra. No obstante, no cambiaron tanto como podría pensarse en tan gran lapso de tiempo; porque los Elfos en Valinor no morían, y en aquellos días los Árboles florecían aún, y la Luna cambiante no se había hecho, y había paz y beatitud.
Sin embargo, los Elfos modificaron considerablemente el idioma de los Valar, y cada uno de los linajes lo hizo a su manera. [200] La más hermosa y estable era la lengua de los Lindar, sobre todo el habla de la casa y la gente de Ingwë.[129]
Por tanto, se instauró la costumbre en Valinor, en los primeros días de la estancia allí de los Elfos, de que los Dioses utilizaran la lengua de los Lindar para conversar con los Elfos, y los Elfos de diferentes linajes para hablar entre ellos; y durante mucho tiempo fue la más utilizada en las inscripciones o escritos poéticos o de sabiduría. Así pues, pronto quedó fijada una forma antigua del Lindarin, salvo por algunas adopciones posteriores de palabras y nombres procedentes de otros dialectos, como lengua elevada en el habla y la escritura, y como habla común entre todos los Elfos; y el pueblo de Valinor la aprendía y conocía. Los Dioses y los Elfos la llamaron «la lengua élfica», es decir, Qenya, y así se la nombra habitualmente, aunque los Elfos la llaman también Ingwiqenya, sobre todo en su forma más pura y elevada, y también tarquesta, habla alta, y parmalambë, lengua de los libros. Este es el latín élfico, y lo sigue siendo, y todos los Elfos lo conocen, aun los que todavía permanecen en las Tierras de Aquende. Pero la lengua que los Lindar utilizan habitualmente no es el Qenya, sino que ha derivado de él, aunque mucho menos que el Noldorin o el Telerin de las lenguas originales en los antiguos días de los Arboles.
En los días del exilio, los Noldor llevaron el conocimiento del latín élfico a Beleriand, y, aunque no se lo enseñaron a los Hombres, llegó a ser utilizado por todos los Ilkorindi. Los Eldar conservaron los nombres de los Dioses en Qenya, y apenas si los utilizaron en otra forma; no obstante, la mayoría de los Valar tenían títulos y sobrenombres que diferían en las distintas lenguas, y que suplantaban a sus nombres altos en el uso diario, y las formas en Qenya rara vez se oían, excepto en juramentos solemnes o himnos. Fueron los Noldor quienes, en los primeros días de su [201] estancia en Valinor, inventaron las letras y el arte de grabarlas en piedra o madera, y de escribirlas con pluma o pincel; porque aunque las mentes de los Elfos son ricas en memoria, ellos no son como los Valar, que no escribieron y no olvidan. Pero mucho tiempo transcurrió antes de que los Noldor mismos redactaran libros en su propia lengua, y aunque en aquellos días escribieron y tallaron muchas cosas en monumentos y pliegos, la lengua utilizada fue el Qenya, hasta los días del orgullo de Fëanor.
5
Ahora bien, de esta manera el habla cotidiana de los Lindar se separó de la de los Noldor. Al principio, aunque la luz y la bendición de Valinor los maravillaban, los Elfos no olvidaron la Tierra Media y la luz estelar de donde venían, y a veces anhelaban contemplar las estrellas y caminar un tiempo en la sombra. Por tanto, los Dioses abrieron en la pared montañosa la grieta llamada Kalakilya, el Paso de la Luz. Allí levantaron los Elfos la colina verde de Kôr, y en ella edificaron la ciudad de Tûn [> Túna],[130] y en el punto más elevado de la ciudad de Tûn [> Túna] se alzaba la torre blanca de Ingwë. Y el recuerdo de las tierras de la tierra anidaba en el fondo del corazón de los Noldor, que más tarde regresaron, y vivieron allí desde donde podían verse las sombras exteriores, y habitaron entre los valles y las montañas en tomo a Kalakilya. Pero los Lindar no tardaron en preferir los jardines de los Dioses, iluminados por los Arboles, y las llanuras amplias y fértiles, y abandonaron Tûn [> Túna] y moraron lejos de allí, y rara vez regresaban; y aunque Ingwë siempre fue considerado el rey supremo de todos los Eldar, y nadie utilizó su torre blanca, salvo quienes cuidaban la lámpara eterna que ardía allí, Finwë gobernó a los Noldor, y se convirtieron en un pueblo aparte, ocupado en la hechura de muchas cosas, y sólo se reunían con sus parientes cuando visitaban Valinor para celebrar fiesta o consejo. Más que con los Lindar trataban con los Teleri de las costas vecinas, y en aquellos días las lenguas de los Teleri y de los Noldor volvieron a acercarse un tanto. [202]
Ahora bien, con el transcurso de las edades los Noldor se hicieron más numerosos, hábiles y orgullosos, y empezaron también a escribir y emplear en los libros su propia lengua, además del Qenya; y la forma más temprana que se escribió y conservó es el Noldorin antiguo o Kornoldorin, que se remonta a los días en que Fëanor, hijo de Finwë, hizo las gemas. Pero este Noldorin nunca quedó fijado, como el Qenya, y sólo lo utilizaron los Noldor, y con el paso de los años su escritura evolucionó a medida que evolucionaron el habla y el modo de escritura entre los Gnomos. Porque el Noldorin antiguo, el Korolambë (lengua de Kôr) o Kornoldorin, además de evolucionar con el paso del tiempo, adquirió muchas palabras y recursos nuevos que no eran de origen valiano, ni comunes para todos los Eldar, sino de invención de los Noldor. Lo mismo puede decirse de todas las lenguas de los Qendi, pero en invención destacaban los Noldor, y eran de espíritu inquieto, aun antes de que Morgoth caminara entre ellos, aunque entonces lo fueron mucho más, y constantemente estaban inventando cosas.
Y fruto de su espíritu fueron muchas obras de gran belleza, y también mucho dolor y grandes pesares.
Así pues, en Valinor, antes del fin de los días de la Bendición, se hablaba el latín élfico, se escribía y hablaba Qenya, que crearon los Lindar, aunque no es lo mismo que su habla cotidiana; y se hablaba Lindarin, la lengua de los Lindar; y los Noldor utilizaban la lengua Noldorin, tanto hablada como escrita (cuya forma antigua se llama Korolambë o Kornoldorin); y la lengua de los Teleri. Y además se hablaba el Valya o Valarin, el antiguo idioma de los Dioses, que no evolucionaba con el paso de las edades. Pero la utilizaban poco, salvo entre ellos en sus altos consejos, y no la escribían ni grababan, y no es conocida por los Hombres mortales.
6
En otro lugar se cuenta cómo Sindo, hermano de Elwë, señor de los Teleri, se separó de su linaje y Melian lo hechizó en Beleriand, y nunca llegó a Valinor, y desde entonces se lo llamó Thingol, y reinó en Beleriand a los muchos Teleri que no quisieron [203] ir a Valinor con Ulmo y se quedaron en las Falassë, y a otros que no se fueron porque se demoraron buscando a Thingol en los bosques. Y éstos se multiplicaron, y sin embargo aún estaban dispersos en todas las tierras situadas entre Eredlindon y el mar; porque Beleriand es muy grande, y el mundo entonces aún estaba oscuro. Con el transcurso de las edades las lenguas y los dialectos de Beleriand se separaron por completo de los de los Eldar de Valinor, aunque los instruidos en estas materias pueden advertir que antiguamente derivaron del Teleriano. Éstas eran las lenguas ilkorin de Beleriand, y también diferían de las de los Lembi, que nunca llegaron allí.
En días posteriores el principal de los idiomas de Beleriand fue la lengua de Doriath y de la gente de Thingol. Estrechamente relacionada con ella estaba el habla de los puertos occidentales, Brithombar y Eglorest, el Falassiano, y la de otras compañías dispersas que vagaban por la tierra, pero todas han desaparecido; porque en los días de Morgoth sólo sobrevivían los Ilkorindi que moraban bajo la protección de Melian, en Doriath. En días posteriores el habla de Doriath fue empleada por los Noldor y los Ilkorindi, / porque Thingol era un gran rey, y divina su reina, Melian [corregido por. entre los supervivientes de la desembocadura del Sirion, pues Elwing, su reina, y muchos de su pueblo, provenían de Doriath].
7
Alrededor del año de los Valar 2700, casi 300 años de los Valar antes del regreso de los Gnomos, cuando el mundo todavía estaba sumido en la oscuridad, los Elfos Verdes, que son llamados / en su propia lengua Danas [escrito encima y tachado con fuerza: Danyar (… Qenya Nanyar)], los seguidores de Dan, llegaron también a Beleriand oriental y moraron en la región llamada Ossiriand, la Tierra de los Siete Ríos, bajo las laderas occidentales de Eredlindon. En un principio era un pueblo de raza noldorin, pero no se lo cuenta entre los Eldar, ni entre los Lembi. Porque siguieron a Oromë al principio, pero abandonaron la hueste de Finwë antes de que la gran marcha hubiera llegado muy lejos, y se volvieron al sur. Pero al encontrar las tierras [204] oscuras y desnudas, porque en los primeros días ninguno de los Valar visitó las tierras meridionales y el cielo apenas tenía estrellas, el pueblo regresó al norte. Su primer caudillo fue Dan, cuyo hijo fue Denethor; y por último Denethor condujo a muchos de ellos por sobre las Montañas Azules en los días de Thingol. Porque aunque habían vuelto atrás, los Elfos Verdes habían oído la llamada del Oeste, y en ocasiones de inquietud y desasosiego se sentían arrastrados hacia allí; y por esta razón no se cuentan entre los Lembi. También su lengua difería de las lenguas de los Lembi, pues tenía características propias y era distinta de las de las lenguas de Valinor, Doriath y los Lembi [corregido por: distinta de las lenguas de Valinor y de los Lembi, parecida sobre todo a la de Doriath, aunque diferente].
Pero el idioma de los Elfos Verdes de Ossiriand se apartó del de sus parientes que se quedaron al este de Eredlindon, influido por la lengua del pueblo de Thingol. No obstante, se mantenían aparte de los Ilkorins telerianos y recordaban a sus parientes más allá de las montañas, con quienes todavía tenían algún trato, y junto con ellos se daban el nombre de Danas. Pero otros los llamaban Elfos Verdes, Laiqendi, porque amaban los bosques verdes, y las tierras verdes de hermosas aguas; y la casa de Denethor amaba el verde por sobre todos los colores, y el haya por sobre todos los árboles. Eran aliados de Thingol, pero no súbditos, hasta que Morgoth regresó al Norte, cuando después de la muerte de Denethor muchos buscaron la protección de Thingol. Pero muchos siguieron viviendo en Ossiriand, hasta la ruina final, y conservaron su propia lengua; y no tenían rey, hasta que llegó Beren y lo tomaron como señor. Pero su lengua está ahora desaparecida de la Tierra, como Beren y Lúthien.[131] De los parientes que moraban en el este pocos entraron en la historia de Beleriand, y permanecieron en las Tierras de Aquende tras la ruina de Beleriand en la gran guerra, y desde entonces han menguado o se han mezclado con los Lembi. No obstante, participaron en la derrota de Morgoth, porque enviaron muchos de sus guerreros en respuesta al llamamiento de Fionwë. [205]
De las lenguas de los Lembi nada se sabe desde los primeros días, puesto que estos Elfos Oscuros no escribían y conservaron pocas cosas; y ahora han declinado y disminuido. Y las lenguas de aquellos que siguen todavía en las Tierras de Aquende están ahora muy apartadas unas de otras, salvo en que todas difieren de las lenguas eldarin, sean de Valinor y Kôr o de la perdida Beleriand. Pero de las lenguas lembianas han derivado, en diversas formas, las múltiples lenguas de los Hombres, salvo sólo las de los primeros Hombres del Oeste.
8
Volvemos ahora con los Noldor, porque regresaron de Valinor y moraron en Beleriand durante cuatrocientos años del Sol. En total transcurrieron unos 500 años de nuestro tiempo desde el oscurecimiento de Valinor y el rapto de los Silmarils hasta el rescate de los Gnomos exiliados supervivientes, y la derrota de Morgoth por los hijos de los Dioses. Porque casi 10 años valianos (que equivalen a 100 de nuestro tiempo) pasaron durante la huida de los Noldor, cinco antes de la quema de los navíos y el desembarco de Fëanor, y cinco más hasta la reunión de Fingolfin y los hijos de Fëanor; y luego siguieron casi 400 años de guerra con Morgoth. Y después de que saliera el Sol y la Luna y llegara la medición del tiempo a las Tierras de Aquende, que hasta entonces habían estado sumidas bajo las estrellas inmóviles sin noche o día, todas las criaturas vivientes cambiaron y crecieron con rapidez, sobre todo fuera de Valinor, y sobre todo en los primeros cincuenta años del Sol. Por tanto la lengua cotidiana de los Noldor evolucionó considerablemente en Beleriand, pues había muerte y destrucción, dolor y confusión, y los pueblos se mezclaron; y el habla de los Gnomos también fue muy influida por la de los Ilkorins de Beleriand, y algo por las lenguas de los primeros Hombres, y un poco incluso por el habla de Angband y de los Orcos.
Así pues, aunque nunca estuvieron muy alejados, llegó a haber diferencias entre los mismos Noldor, y se contaron cinco lenguas distintas: el habla de Mithrim y de la gente de Fingolfin; y el habla de Gondolin y el pueblo de Turgon; el habla de [206] Nargothrond y de la casa y la gente de Felagund y sus hermanos; y el habla de Himring y los hijos de Fëanor, y las hablas corruptas de los Gnomos esclavos, utilizada por los Noldor cautivos en Angband, o sometidos al servicio de Morgoth y los Orcos. La mayoría perecieron en las guerras del Norte, y antes del fin quedaban sólo el múlanoldorin [> mólanoldorin], o lengua de los esclavos, y la lengua de Gondolin, donde se conservó la forma más pura del antiguo idioma. Pero el pueblo de Maidros, hijo de Fëanor, sobrevivió casi hasta el fin; y su lengua se mezcló con la de todos los otros, y las de Ossiriand, y las de los Hombres.
El Noldorin que pervive aún proviene en su mayor parte del habla de Gondolin. Allí se conservó la antigua lengua, pues transcurrieron 250 años desde la construcción de la fortaleza hasta su caída en el año del Sol 307, y durante la mayor parte de ese tiempo su pueblo tuvo poco trato con Hombres y Elfos, y vivieron en paz. Aun después de su caída no se perdieron todos sus libros y tradiciones, y han sobrevivido hasta nuestros días, y en su forma más antigua se llama Gondolic (Gondolindeb [> Gondolindren]) o Noldorin Antiguo [> Medio]. Pero esta lengua era el habla de los supervivientes de Gondolin en la desembocadura del Sirion, y se convirtió en el habla de todos los Elfos libres de Beleriand supervivientes, y de quienes se unieron a las huestes vengadoras de Fionwë. Pero tras la caída de Gondolin se mezcló con el Falassiano, y sobre todo con el Doriathrin (pues Elwing se encontraba allí con los fugitivos de Menegroth), y con algo de Ossiriand, pues Dior, padre de Elwing, fue el último señor de los Danas de Ossiriand.
Por tanto, el Noldorin era el habla de los supervivientes de las guerras de Beleriand que regresaron al Oeste con Fionwë, y a quienes se dio Tol-eressëa para que moraran en ella. Pero en las Tierras de Aquende del Oeste se demoran aún los Noldor y los Teleri que se quedaron, y en secreto conservan sus propias lenguas; porque hubo algunos de ese pueblo que no quisieron abandonar la Tierra Media o la compañía de los Hombres, sino que aceptaron el decreto de Mandos de que habrían de marchitarse mientras los Hijos menores de Ilúvatar medraban, y se quedaron en el mundo, y siguen en él, al igual que todos los de la raza quendiana, pero débiles y escasos. [207]
9
De las lenguas que no se cuentan entre las lenguas oromianas, pero que tienen alguna relación con ellas, poco se dirá aquí. El mismo Orquino, u Orquiano, la lengua de los Orcos, los soldados y las criaturas de Morgoth, era en parte de origen valiano, pues derivaba del vala Morgoth. Pero Morgoth pervirtió deliberadamente al mal el habla que les enseñó, como hacía con todas las cosas, y la lengua de los Orcos era desagradable y vil, y completamente distinta de las lenguas de los Qendi. Pero el mismo Morgoth hablaba todas las lenguas con poder y belleza, cuando así lo deseaba.
De la lengua de los Enanos poco sabemos, salvo que su origen es tan oscuro como el origen de la misma raza enana; y sus lenguas no están emparentadas con otras lenguas, sino que son completamente ajenas, y ásperas y complejas, y pocos han intentado aprenderlas. (Así dice Rúmil en sus escritos acerca de las lenguas de las tierras de antaño, pero yo, Pengolod, he oído decir a algunos que Aulë creó a los Enanos, pues anhelaba la llegada de los Elfos y los Hombres, y deseaba tener a quien poder enseñar sus artes y sabiduría. Y creyó en su corazón que podía anticiparse a Ilúvatar. Pero los Enanos carecen de espíritu interior, a diferencia de los Elfos y los Hombres, los Hijos de Ilúvatar, y los Valar no pueden proporcionárselo. Por tanto los Enanos tienen habilidad y ciencia, pero no arte, y no pueden hacer poesía.[132] Aulë creó para ellos una lengua nueva, porque se deleita en la invención, y por tanto no está emparentada con las otras; y ellos la han hecho áspera en el uso. Sus lenguas son, por tanto, aulianas; y todavía sobreviven con los Enanos en unos pocos lugares de la Tierra Media, y además las lenguas de los Hombres derivan en parte de ellas.)
Pero en el Oeste y en Beleriand los Enanos emplearon, hasta el grado en que pudieron aprenderla, una lengua élfica en sus tratos con los Elfos, sobre todo los de Ossiriand, los más próximos a sus hogares de las montañas; porque los Elfos no estaban dispuestos a aprender el idioma enano. [208]
10
Las lenguas de los Hombres fueron desde el principio diversas y variadas; no obstante, en su mayor parte derivaban remotamente de la lengua de los Valar. Porque los Elfos Oscuros, varios pueblos de los Lembi, ofrecieron su amistad a los Hombres errantes en varias ocasiones y varios lugares en los primeros días, y les enseñaron las cosas que conocían. Pero otros Hombres aprendieron completamente o en parte de los Orcos y de los Enanos; mientras que en el Oeste, antes de llegar a Beleriand, las hermosas casas de los primeros Hombres aprendieron de los Danas o Elfos Verdes. Pero nada se conserva de las primeras lenguas de los Hombres, salvo de la lengua de la gente de Bëor, Haleth y Hádor. Ahora bien, la lengua de ellos estaba muy influida por los Elfos Verdes, y antaño se llamaba Taliska, y todavía la conocía Tuor, hijo de Huor, hijo de Gumlin, hijo de Hádor, y fue registrada en parte por los sabios de Gondolin, donde Tuor vivió un tiempo. Pero Tuor mismo dejó de utilizarla, pues ya en los días de Gumlin los Hombres de Beleriand habían abandonado el uso diario de su propia lengua y hablaban e incluso daban nombres a sus hijos en la lengua de los Gnomos. No obstante, al parecer había otros Hombres que se quedaron al este de Eredlindon y conservaron su lengua, y de ella, muy emparentada con el Taliska, han derivado, al cabo de muchas edades de evolución, las lenguas que todavía perviven en el Norte de la tierra. Pero la gente cetrina de Bor y de Uldor el maldecido no pertenecían a esa raza, y tenían un habla diferente, que se ha perdido sin que queden otros registros que los nombres de estos hombres.
11
Desde la gran guerra y la derrota de Morgoth a manos de Fionwë y la ruina de Beleriand, que se dicen tuvieron lugar en tomo al año 397 del Sol, han pasado ahora muchas edades; y las lenguas de los Elfos menguantes en las diferentes tierras han cambiado hasta tal punto que el parentesco entre ellas ha dejado de ser reconocible, o con las lenguas de Valinor, salvo hasta el grado en que los sabios de entre ellos siguen utilizando el [209] Qenya, el latín élfico, que todavía recuerdan, y con el que en ocasiones tratan con los emisarios del Oeste. Porque muchos miles de años han transcurrido desde la caída de Gondolin. No obstante, en Tol-eressëa, por el poder y la piedad de los Valar, lo viejo no se marchita, y todavía se habla Noldorin, y se recuerdan la lengua de Doriath y de Ossiriand; y en Valinor florecen aún las hermosas lenguas de los Lindar y los Teleri; pero los Noldor que regresaron y no fueron a la guerra y al sufrimiento del mundo dejaron de estar separados y ahora hablan como los Lindar. Y en Kôr y en Tol-eressëa todavía pueden oírse los relatos e historias de cosas que acaecieron en los días de los Árboles, y de los Silmarils, antes de que se perdieran.
[El siguiente pasaje se añadió en el manuscrito:]
Los nombres de los Gnomos que aparecen en el Quenta se dan en la forma del Noldorin que se hablaba en Beleriand, para todos aquellos después de Finwë, padre de los Noldor, cuyo nombre se encuentra en la forma antigua. De igual modo, todos los nombres de Beleriand y las regiones adyacentes (muchos de los cuales fueron inventados por los Gnomos) que aparecen en las historias se dan en forma noldorin. No obstante, muchos no son de origen noldorin, sino sólo adaptaciones a esa lengua, y provienen del Beleriándico, o del Ossiriándico o las lenguas de los Hombres. Así, del Beleriándico proviene el nombre Balar, y Beleriand, y los nombres Brithombar, Eglorest, Doriath, y la mayoría de los nombres de los lagos y ríos.