II
LA CAÍDA DE NÚMENOR

(i)
El bosquejo original

[17]

El texto del «esquema» original de la leyenda, mencionado en el capítulo anterior, fue escrito con tanta rapidez que en algunas ocasiones resulta imposible interpretar las palabras con certeza. Cerca del comienzo se interrumpe con un esbozo muy tosco y apresurado, en el que se muestra un globo central, con el nombre de Ambar, y dos círculos alrededor; el área interior tiene el nombre de Ilmen, y la exterior de Vaiya. Junto a la parte de arriba de Ambar y atravesando las zonas de Ilmen y Vaiya hay una línea recta que llega al círculo exterior en ambas direcciones. Este debe de ser el predecesor del esquema del Mundo Redondeado que acompaña al Ambarkanta, IV. 289. La primera oración del texto, acerca de Agaldor (sobre éste véase p. 95) está escrita aparte del resto, como si fuera un comienzo desechado o el principio de un bosquejo distinto.

Agaldor, caudillo de un pueblo que vive en el margen NO del Mar Occidental.

La última batalla de los Dioses. Un gran número de hombres luchan del lado de Morgoth. Tras la victoria los Dioses celebran concilio. Los Elfos son convocados a Valinor. [Tachado: Los hombres fíeles moran en las Tierras]

Muchos hombres no habían aparecido en las viejas Historias. Todavía viven libremente en la tierra. A los Padres de los Hombres se les concede una tierra para que habiten allí, levantada por Ossë y Aulë en el gran Mar Occidental. Nace el Reino Occidental. Atalantë. [Añadido en el margen: Así se lo llama en las leyendas posteriores (el nombre antiguo era Númar o Númenos) Atalantë = La Caída.] Su gente son grandes marineros, y hombres de gran habilidad y sabiduría. Recorren desde Tol-eressëa a las costas de la Tierra Media. Ocasionalmente aparecen entre [18] los Hombres Salvajes, donde los Hombres Infieles también [? alcanzan a corromperlos]. Algunos se convierten en señores del Este. Pero los Dioses no les permiten desembarcar en Valinor —y aunque sus vidas se alargan por haberse sumergido en el resplandor de Valinor procedente de Tol-eressëa— son mortales y de vida breve. Murmuran en contra de ese decreto. Thû llega a Atalantë, anunció [léase anunciando] el acercamiento de Morgoth. Pero Morgoth no puede acudir excepto como espíritu, pues está condenado a morar fuera de los Muros del Mundo. Los Atalanteanos caen y se rebelan. Le construyen un templo a Thû-Morgoth. Hacen armamento y atacan con trueno las costas de los Dioses.

Por tanto los Dioses separaron Valinor de la tierra y apareció una grieta horrible que engulló el agua y el armamento de Atalantë. Englobaron la tierra entera para que por lejos que navegara un hombre no pudiera llegar jamás al Oeste, sino que regresara a su punto de partida. De este modo, nuevas tierras cobraron ser debajo del Mundo Antiguo; y el Este y el Oeste se curvaron hacia atrás y [? el agua fluyó por sobre toda la redonda] superficie de la tierra y hubo un tiempo de inundaciones. Pero Atalantë, al estar cerca de la grieta, fue derribada y quedó sumergida. Los supervivientes de [tachado en el momento de la escritura: Numen los Lie-numen] los Númenóreanos huyeron en los barcos hacia el Este y desembarcaron en la Tierra Media.

[Tachado: Morgoth hizo creer a algunos que había sido un cataclismo natural.]

El [? anhelo] de los Númenóreanos. El anhelo de la vida en la tierra. Barcas funerarias y grandes tumbas. Algunos malos y algunos buenos. Muchos de los buenos se asientan en la costa occidental. También buscan a los Elfos Menguantes. Cómo [tachado en el momento de la escritura: Agaldor] Amroth luchó con Thû y lo expulsó hacia el medio de la Tierra y el Bosque de Hierro.

La antigua línea de las tierras quedó como una planicie de aire en la que sólo los Dioses podían caminar, y los Eldar que menguaron cuando los Hombres usurparon el Sol. Pero muchos de los Númenórië la podían ver o vislumbrar, e intentaron hacer barcos para navegar allí. Pero sólo consiguieron barcos para navegar por Wilwa o aire inferior, mientras que la Planicie [19] de los Dioses atravesaba Ilmen [por] donde ni siquiera los pájaros pueden volar, salvo las águilas y los halcones de Manwë, Pero las flotas de los Númenórië navegaron alrededor del mundo, y los Hombres los tomaron por dioses. Algunos se sentían satisfechos por eso.

Como he dicho antes, este notable texto documenta los inicios de la leyenda de Númenor, y la ampliación de «El Silmarillion» a la Segunda Edad del Mundo. Aquí se plasmó por primera vez la idea del Mundo Redondeado y el Sendero Recto, y aquí aparece el primer germen de la historia de la Ultima Alianza, en las palabras «También buscan a los Elfos Menguantes. Cómo [Agaldor >] Amroth luchó con Thû y lo expulsó hacia el medio de la Tierra y el Bosque de Hierro» (en el principio del texto, Agaldor es nombrado como caudillo de un pueblo que vive en las costas noroccidentales de la Tierra Media). La longevidad de los Númenóreanos ya está presente, pero (aun teniendo en cuenta la compresión y distorsión inherentes a estos «bosquejos» de mi padre, en los que intentaba aprehender y plasmar rápidamente en papel las nuevas ideas) no parece tener la significación que adquiriría después; además, ésta es atribuida al «resplandor de Valinor» en que los marinos de Númenor se «sumergían» durante sus visitas a Tol-eressëa, adonde tenían permitido navegar. Cf. el Quenta, IV. 118: «Por ello todavía la luz de Valinor es mayor y más hermosa que las de otras tierras, porque allí el Sol y la Luna descansan juntos un rato antes de emprender su oscuro viaje bajo el mundo»; no obstante, esto no constituye una explicación suficiente o satisfactoria de la idea (para más comentarios véase p. 28). El culto mortuorio de los Númenóreanos está presente, pero surgió entre los supervivientes de Númenor en la Tierra Media, tras la Caída; esto se conservó en versiones más desarrolladas de la leyenda, al igual que la idea de los barcos voladores construidos por los exiliados que intentaban navegar por el Sendero Recto a través de Ilmen, pero que sólo consiguieron volar por el aire inferior, Wilwa.[4]

La oración «Thû llega a Atalantë, anunci[ando] el acercamiento de Morgoth» significa sin duda que Thû profetizó el regreso de Morgoth, como en los textos posteriores. El significado de «Pero Morgoth no puede acudir excepto como espíritu» queda algo más claro en la versión siguiente, §5.