Las referencias de las siguientes notas corresponden a los versos del poema.
1-3 | Sobre la relación de Sheave con los longobards (lombardos) véase p. 112. |
8-12 | Las «nubes de águila» que preceden la llegada de Sheave en el poema no aparecen en la versión en prosa. |
39 | Angol el antiguo hogar de los ingleses antes de sus migraciones a través del Mar del Norte. Véase I. 34, 134 (entrada Eriol). |
142-3 | Me veo incapaz de decir a qué se refería en estas líneas cuando habla de los «padres de los padres» que fundaron reinos en el Norte, los descendientes de Sheave, «gobernaron la tierra antes del cambio de los Años Antiguos». |
148 | Espadas: es evidente que quería ser el nombre de un pueblo, pero no sé a cuál se refiere. Es posible que mi padre pensara en los brondingas, gobernados por Breca, oponente de Beowulf en la carrera de natación, pues se ha dicho que el nombre condene la palabra brond (inglés moderno brand) «espada». |
Suevos: no parece haber dudas sobre su interpretación (en Los papeles del Notion Club aparece suabianos). La forma en inglés antiguo era Swæfe. así, en Widsith se lee Engle and Swæfe, y Mid Englum ic wæs ond mid Swæfum. Los suevi de los historiadores romanos, un término utilizado ampliamente para abarcar muchas tribus germánicas, se refiere sin embargo aquí, igual que en Widsith, concretamente a los suevos que vivían en el Norte y eran vecinos de los anglos. | |
150 | Myrcwudu (inglés antiguo): «Bosque Negro». Se trata del legendario [110] nombre germánico de un bosque limítrofe grande y oscuro, que aparece en varias y diversas ocasiones. Esta referencia concreta es a los Alpes Orientales (véase nota del verso 151). |
151 | Galeses (inglés Welsh): «extranjeros» (romanos). Mi padre utilizó el término en este punto con el antiguo sentido. La palabra antigua germánica walhoz significaba «extranjero celta o romano»; de ahí el plural en inglés antiguo Walas (inglés moderno Wales, Gales), los celtas de Britania. Así, en Widsith los romanos son llamados Rüm-walas, y César gobernaba las ciudades y riquezas de Wala rice; el reino de los Walas. Un verso de El Rey Sheave sustituido por 150-1 dice Amplios reinos conquistaron más allá de las Montañas Galesas, es decir, los Alpes. El antiguo sentido pervive en la palabra walnut, «nuez de las tierras romanas»; también en Wallace, Walloon. |
152-3 | Véase p. 67. |
Las raíces de El Rey Sheave se remontan a la leyenda muy antigua del norte de la zona germánica. Tiene tres fuentes primarias: el Beowulf y las afirmaciones de dos cronistas posteriores que escribían en latín, Æthelweard (que murió alrededor del año 1000), y William de Malmesbury (que murió en 1143). Doy primero las de los historiadores.
En la Crónica de Æthelweard la genealogía de los reyes ingleses acaba con los nombres Beo — Scyld — Scef (que en inglés moderno son Barley, Shieldy Sheaf, Cebada, Escudo y Haz; inglés antiguo sc= «sh» en inglés moderno); y de Scef dice:
Este Scef llegó en un barco veloz, rodeado de armas, a una isla del océano llamada Scani, y era entonces un muchacho muy joven, desconocido para la gente de aquel país; pero ellos lo adoptaron y lo cubrieron de atenciones como sí fuera de su propio linaje, y después lo eligieron rey.
William de Malmesbury (escritor notable debido a su retrato de las historias y canciones populares) también registra en su genealogía las tres figuras Beowius — Sceldius — Sceaf y esto dice de Sceaf:
Según dicen, llegó de niño en un barco sin remero alguno a Scandza, una isla de Germania . . . Estaba dormido, y junto a la cabeza había un manojo de cereal, por lo que fue llamado «Sheaf». El pueblo de ese país lo consideró una maravilla, y lo crio con esmero; de adulto gobernó la ciudad que entonces se llamaba Slaswic, pero que ahora es Haithebi. Esa región se llama Antigua Anglia, de donde los angli llegaron a Britania.
Doy el prólogo, o como mi padre lo llamaba, el exordium, del Beowulf a partir de la traducción en prosa que realizó del poema. [111]
¡Escuchad! Hemos oído hablar de la gloria de los reyes del pueblo de los daneses de la lanza en los días de antaño, de cómo aquellos príncipes realizaron hazañas valerosas. Muchas veces Scyld Scefing atacó las huestes de enemigos, a muchas gentes donde bebían la hidromiel, atemorizó a los hombres, quien fue encontrado en la pobreza; consolaos porque él vivió para saber, se hizo poderoso bajo el cielo, creció en honor, hasta que todos los que moraban cerca sobre el mar donde cabalga la ballena debieron escucharlo y rendirle tributo: ¡fue un buen rey!
Posteriormente le nació un heredero, un joven a quien Dios envió a su corte para el bien de su pueblo, advirtiendo la terrible necesidad que habían sufrido antaño al estar sin príncipe. Por tanto el Señor de la Vida que gobierna en la gloría le concedió honor entre los hombres: Beowulf fue afamado, su gloria se extendió lejos, el heredero de Scyld en Scedeland. Así sucede que si un joven realiza buenas acciones y espléndidos regalos mientras vive en el regazo de su padre, cuando llega a la edad se unen a él caballeros leales de su mesa, y el pueblo lo apoya en la hora de la guerra. En todo pueblo los actos valiosos ennoblecen al hombre.
En la hora destinada Scyld el valiente pasó al cuidado del Señor, y al mar ondeante lo levaron sus queridos compañeros, tal como él les había pedido cuando aún como príncipe los gobernaba con las palabras: fue amado señor de la tierra, largo tiempo fue amo. En el puerto los hombres rodeaban la proa, colgado del hielo, ansioso por partir, el barco del príncipe; depositaron al amado rey, dador de anillos, en el interior del barco, en gloria junto al mástil. Allí habían llevado numerosas cosas preciosas y tesoros de regiones distantes; no he oído que jamás los hombres dispusieran con tanto decoro un barco con armas de guerra y arreos de batalla; en su seno tenía gran cantidad de tesoros que ahora lo acompañarían a los lejanos dominios del mar. No estaban dispuestos a dotarlo, con tesoros de ese pueblo, con presentes menores que aquellos con los que al principio había sido enviado solo sobre las olas, cuando era un niño pequeño. Además, muy por encima de su cabeza pusieron un estandarte dorado y lo entregaron al Océano, para que el mar se lo llevara. Tristes estaban sus corazones y en duelo las almas. Nadie puede decir con verdad, ni señores en sus palacios, ni hombres poderosos bajo el cielo, quién recibió la carga.
Hay también una referencia al rey llamado Sheaf (Sceafa) en Widsith, en que en una lista de gobernantes y pueblos aparece Sceafa [weold] Longbeardum, «Sheaf gobernó a los lombardos»; al principio del poema El Rey Sheave el barco con el niño llega a los lombardos. [113]
Obviamente, éste no es lugar para comentar detalladamente un tema tan complicado como el de Scyld Scefing «un problema insoluble» lo llamó mi padre. Las conferencias que dio en Oxford durante aquellos años dedicaron muchas páginas al análisis minucioso de las evidencias, y al contraste de las teorías acerca de ellas. El argumento, negado durante mucho tiempo, concerniente al significado de «Shield Sheafing» en Beowulf —¿significa «Sheafing» «con un haz» o «hijo de Sheaf», y es «Shield» o «Sheaf» el rey ancestro original?— podía afirmarse, en opinión de mi padre, con relativa seguridad. En un resumen de sus opiniones que hizo en otra conferencia (aquí editada en una parte muy pequeña) dijo:
Scyld es el ancestro epónimo de los Scyldingas, la casa real danesa a la que pertenece Hrothgar Rey de los Daneses en este poema. Su nombre es simplemente «Shield»: y él es una «ficción», es decir, el nombre deriva del apellido «heráldico» Scyldingas después de que se hicieran famosos. En este proceso colaboró el hecho de que la terminación del inglés antiguo (y germánico) -ing, que podía significar «relacionado con, provisto de», etc., era también la terminación patronímica habitual. La invención del epónimo «Shield» fue probablemente danesa, fruto de hecho de los historiadores dinásticos daneses (þylas) y de los poetas aliterativos (scopas) en época de los reyes de quienes se habla en Beowulf, los históricos, fuera de duda, Healfdene y Hrothgar.
En cuanto a Scefing, puede significar, tal como hemos visto, «provisto de un haz, relacionado de algún modo con un haz de cereal», o hijo de una figura llamada Sheaf. En favor de lo último tenemos el hecho de que existen tradiciones inglesas de un ancestro mítico (que no es lo mismo que epónimo y ficticio) llamado Sceaf o Sceafa, perteneciente a los antiguos mitos culturales del Norte, y de su especial relación con los daneses. En favor de lo primero tenemos el hecho de que Scyld es de origen desconocido, un bebé, y el nombre de su padre, si es que tuvo, no podía ser conocido por él o los daneses que lo acogieron. No obstante, estos temas poéticos no son estrictamente lógicos. Sólo en Beowulf hay dos tradiciones divergentes sobre los daneses mezcladas de este modo: la heráldica y la mítica. A mi parecer el poeta entendía (Shield) Sheafing como patronímico. Mezclaba la gloria guerrera, vaga y ficticia, del ancestro epónimo de la casa conquistadora con los mitos más misteriosos, mucho más antiguos y poéticos, de la misteriosa llegada del bebé, el dios del cereal o el héroe cultural que de él desciende, al principio de la historia de un pueblo, y añadiéndole una misteriosa partida artúrica, de regreso a lo desconocido, enriquecida por tradiciones de barcas funerarias en el pasado pagano no muy remoto, para hacer [113] un magnífico y sugerente exordium, y un marco referencial de su historia.
Beowulf hijo de Scyld Scefing, que aparece en el exordium (para la confusión inicial de todo lector, puesto que no guarda relación alguna con el héroe del poema) era en opinión de mi padre una corrupción de Beow («Barley», cebada), el nombre que aparece en las genealogías (p. 110).
Es más que probable [escribió] que el nombre Beowulf corresponda propiamente sólo a la historia del niño-oso (Beowulf el Geata); se trata además de un nombre de cuento de hadas, de hecho es una metáfora de osa «Bee-wolf», lobo-abeja, es decir, «ladrón de miel». Es muy poco probable que el poeta haya transferido un nombre semejante al linaje Scylding, o en cualquier momento en que las historias y leyendas que constituyen el componente principal del poema tenían existencia independiente de él. A mi parecer Beow pasó a ser Beowulf después de la época del poema, en el proceso de la tradición escrita, fuera deliberada (y desgraciadamente), fuera una simple casualidad y un error.
En otro lugar escribió:
Una explicación completa y totalmente satisfactoria de las peculiaridades del exordium no se ha dado nunca, por supuesto. Esta es la que me parece la idea más probable.
El exordium es poesía, no (supuestamente) historia. Fue compuesto para este lugar, y su propósito principal era glorificar a Scyld y su familia, y de ese modo realzar el marco histórico de la lucha de Grendel y Beowulf. La elección de una leyenda maravillosa, y no una simple invención dinástica, era por tanto natural. Que nuestro autor trabajaba principalmente con la forma mezclada: Beow < Scyld < Sceaf que aparece en las genealogías, véase p. 110] se desprende del hecho de que conservara el patronímico Scefing. De hecho este título apenas tiene sentido en esta versión, y no hay duda de que no habría aparecido si realmente hubiera escrito una historia en que fuera Scyld quien llegó en barco; por otro lado, algunos puntos del relato (el niño pequeño y desamparado) pertenecen obviamente a las leyendas Sheaf-Barley.
¿Por qué hizo entonces que el niño del barco fuera Scyld? Evidentemente, se trata de una invención propia. Hay varias razones probables:
(a)Estaba concentrando todo el atractivo en Scyld y en el nombre Scylding.
(b)Una partida por mar —un mar funerario— se asociaba ya con los caudillos modernos en la poesía y el saber de antaño, posiblemente ya con el nombre de Scyld. Gana mucho en poder y sugestión si el héroe llega y parte en barco. Las grandes alturas a las que [114] subió Scyld también se enfatizan (expresamente) gracias al contraste que representa respecto a su llegada desamparada.
(c)Es muy posible que todavía hubiera tradiciones más antiguas e incluso más misteriosas acerca de los orígenes daneses: la leyenda de Ing, que llegó y partió por sobre las olas [véase II. 386]. El Scyld de nuestro poeta ha reemplazado a Ing (como así fue).
Originalmente Sheaf y Barley no fueron al fin y al cabo más que leyendas rústicas carentes de gran esplendor. Sin embargo, su leyenda atrapa los ecos de tradiciones heroicas del Norte que se remontan a un pasado lejano, a lo que los filólogos llamarían los tiempos del germánico primitivo, y al mismo tiempo tienen un toque de las glorias marciales de la Casa de los Shield. De esta manera el poeta logra envolver a los señores del palacio dorado de Hart de una gloria y un misterio más arcaicos y simples pero poco menos magníficos que los que adornan al rey de Camelot, Arturo hijo de Uter. Así procede nuestro poeta a lo largo de toda la obra, algo que se ve sobre todo en la exaltación entre los grandes héroes que ha conseguido para el niño-oso del antiguo cuento de hadas, que en este poema se convierte en Beowulf, último rey de los geatas.
Doy una última cita de las conferencias de mi padre sobre el tema, cuando al comentar los versos finales del exordium escribió de
la sugestión —apenas es nada más; el poeta no es explícito, y probablemente no tenía la idea formada por completo en la mente— de que Scyld regresó a la misteriosa tierra de donde había venido. Surgió de lo Desconocido más allá del Gran Mar, y volvió Allí: una intrusión milagrosa en la historia, que sin embargo tuvo efectos históricos reales: una nueva Dinamarca, y los herederos de Scyld en Scedeland. Eso es lo que debió de sentir.
En los últimos versos, «Los hombres no pueden dar relato cierto de los puertos en que tomaron la carga de ese barco», tenemos un atisbo del «temperamento»» de los tiempos paganos en que existían las barcas funerarias. Un temperamento en que el simbolismo (que nosotros llamaríamos ritual) de una partida por sobre el mar cuya última orilla era desconocida y la creencia real en una tierra mágica u otro mundo situado «sobre el mar», se distinguen con dificultad: en ninguno de estos elementos o motivos hay simbolismo consciente, o creencia real, una verdadera descripción. Era sólo un murnende möd, colmado de duda y oscuridad.
Queda por apuntar un elemento de la leyenda de mi padre de Sheaf que no procedía de las tradiciones inglesas. Se encuentra sólo en la versión en prosa (p. 104), donde en la descripción de la gran paz de las islas del norte en la época de «los señores de Sheaf» (una paz tan profunda [115] que nadie tocaría un anillo de oro tirado en la calzada) escribió de «el gran molino de Sheaf», que «se conservaba en la isla santuario del Norte». Con esto tomaba como base (y transformaba) las tradiciones escandinavas acerca de Freyr, el dios de la fertilidad, y el Rey Fróthi el Danés.
Cito aquí la historia que narra el islandés Snorri Sturluson (c. 1179-1241) en su obra conocida como la Edda en Prosa, que se da para explicar el significado de la metáfora mjöl Fróða (la harina de Fróthi) por «oro». Según Snorri, Fróthi era nieto de Skjóldr (que corresponde al inglés antiguo Scyld).
Fróthi fue rey después de su padre, en la época en que César Augusto impuso la paz en el mundo entero; en esa época nació Cristo. Pero como Fróthi era el más poderoso de todos los reyes de las Tierras del Norte, la paz recibió su nombre dondequiera que se hablara la lengua danesa, y los hombres la llamaron la Paz de Fróthi. Ningún hombre hería a otro, aunque se encontrara frente a frente con el asesino de su padre o de su hermano, libre o atado; y no había ladrones ni bandidos en aquellos días, de modo que un anillo de oro permanecía largo tiempo en el suelo de Ialangrsheiði [Jutlandia]. El rey Fróthi fue a Suecia a una fiesta en la corte de un rey llamado Fjölnir. Llevó dos esclavas llamadas Fenia y Menia; eran grandes y fuertes. En ese entonces había en Dinamarca dos piedras de molino tan enormes que no había hombre lo bastante fuerte para hacerlas girar, y la naturaleza de las piedras era tal que el molino pulverizaba lo que pidiera quien las hiciera girar. El molino se llamaba Grótti. El rey Fróthi llevó a las dos esclavas al molino, y les pidió que molieran oro; y eso hicieron, y al principio molieron oro, paz y felicidad para Fróthi. Entonces las dejó descansar o dormir no más que el silencio de un cuclillo o la duración de una canción. Se dice que ellas entonaron la canción llamada la Balada de Gròtti, que empieza así:
Han llegado ahora a la casa del rey |
las dos profetisas, Fenia y Menia; |
a ellas Fróthi, hijo de Frithleif, |
poderosas doncellas, retiene como esclavas. |
Y antes de acabar la canción molieron una hueste contra Fróthi, de modo que esa misma noche vino el rey del mar llamado Mýsing y mató a Fróthi, y tomó un gran botín; y así acabó la Paz de Fróthi.
En otro lugar se dice que mientras los daneses atribuyeron la paz a Fróthi, los suecos lo hicieron a Freyr; existen grandes paralelismos [116] entre ellos. Freyr (que significa «el Señor») era llamado inn Fróði, que es prácticamente seguro significa «el Fértil». La leyenda de la larga paz, que en la obra de mi padre se atribuye a Sheaf y a sus hijos, tiene orígenes muy antiguos en la adoración de una divinidad de la fertilidad en los grandes santuarios del Norte: la de Freyr el Señor Fértil en el gran templo de Uppsala, y (según una teoría muy verosímil) la de la isla de Sjaelland. Comentar todo esto nos llevaría demasiado lejos y a evidencias demasiado complejas para el propósito de este libro, pero podría decirse al menos que parece seguro que Heorot, palacio de los reyes daneses en Beowulf, se encontraba donde ahora está el pueblo de Leire, a unas tres millas del mar en la costa septentrional de Sjaelland. En Leire hay grandes montículos por todas partes; y según un cronista del siglo once, Thietmar de Merseburg, en Leire (y también en Uppsala) se celebraba cada nueve años una gran reunión, en que se sacrificaba una gran cantidad de hombres y animales. Un caso fuerte sería suponer que el famoso santuario descrito por Tácito en Germania (escrito cerca del final del siglo uno D. de C.) donde la diosa Nerthus, o Mater Terra, era adorada «en una isla del océano», era en verdad en Sjaelland. Cuando Nerthus estaba presente en su santuario era una estación de alegría y paz, en que «toda arma se deja de lado».[44]
En la leyenda de mi padre acerca de Sheaf estos antiguos ecos se utilizan de formas nuevas y con nuevas implicaciones; y cuando Sheaf partió en su último viaje, su barco (según han dicho algunos) encontró el Camino Recto hacia el Oeste desaparecido.
Un informe breve pero perspicaz sobre El Camino Perdido, fechado el 17 de diciembre de 1937, fue entregado por una persona desconocida a quien Alien and Unwin invitó a leer el texto. Debe recordarse que la copia mecanografiada que se había realizado llegaba sólo hasta el principio del cuarto capítulo (p. 88 nota 26), y que, por supuesto, en ese entonces no se había publicado nada acerca de la historia de la Tierra Media, de los Valar y de Valinor. El lector lo describió como «muy interesante como revelación de los entusiasmos personales de una mente muy poco habitual», con «pasajes de hermosa prosa descriptiva»; no obstante, opinaba que era «difícil imaginar que la novela terminada obtuviera algún reconocimiento fuera de los círculos académicos». Stanley Unwin, que escribió a mi padre el 20 de diciembre de 1937, dijo amablemente que no tenía duda alguna de que sería un succès d’estime, pero que aunque «la publicaría sin duda alguna» una [117] vez acabada, no podía «albergar esperanzas de éxito comercial para animarle a hacer de su conclusión una prioridad en el tiempo de que disponía». Escribió esto el día en que mi padre había escrito para decir que había terminado el primer capítulo de «una nueva historia acerca de los Hobbits» (véase III. 419-20).
En relación a la introducción en esta época de las ideas fundamentales de la Caída de Númenor, el Mundo Redondeado y el Camino Recto, en la concepción de la «Tierra Media», y la idea de una historia de un «viaje temporal» en que la significativa figura del anglosajón Ælfwine se «extendería» tanto al futuro, en el siglo veinte, como a un pasado en muchas capas, mi padre proyectaba enlazar masiva y explícitamente sus propias leyendas con las de muchos otros lugares y épocas: todo lo referente a las historias y los sueños de las gentes que moraron junto a las costas del Mar Occidental. Todo esto se dejó de lado durante el período de escritura de El Señor de los Anillos, pero no fue abandonado: en 1945, antes incluso de la conclusión de El Señor de los Anillos, retomó estos temas en los inconclusos Papeles del Notion Club. Los bosquejos que realizó de las partes de El Camino Perdido se encuentran, a mi entender, entre sus obras inconclusas más interesantes e instructivas.