2 DE VALINOR Y LOS DOS ÁRBOLES

La situación textual de este capítulo difiere de la del Capítulo 1 en que después de las alteraciones realizadas a los textos originales anteriores al Señor de los Anillos (el manuscrito de QS y la copia mecanografiada de QS que de él procede) mi padre hizo dos textos a máquina antes de la redacción de QP 1, en el primero de los cuales el inicio del capítulo sufrió muchos cambios respecto a la versión de QS. No obstante, [180] no distinguiré las «capas» de la historia textual anteriores al texto amanuense de QP 1, aunque algunos puntos particulares se dan en el comentario.

De hecho, la evolución posterior de este capítulo de QS se limitó a la revisión de 19 51, puesto que en este caso no se escribieron nuevos textos ni se realizó ninguna ampliación correspondiente al desarrollo del Valaquenta a partir de Capítulo 1 De los Valar. A mi parecer, es posible que (aunque no hay ningún tipo de pruebas que lo confirmen o lo descarten), una vez mi padre rehízo el Capítulo 1 como Valaquenta, pospuso la revisión del Capítulo z porque no tenía una opinión lo suficientemente clara sobre el tratamiento que debían recibir los Dos Árboles a la luz de la cosmología posterior.

Sigue ahora el texto de QP 1, con los (escasos) cambios realizados posteriormente señalados como tales. Los números de párrafo corresponden a los de QS (V. 241-244).

2. De Valinor y los Dos Árboles

§11Ahora bien, en el principio del Reino de Arda Melkor luchó con su hermano Manwë y los Valar por la supremacía, y todo lo que hacían él lo estorbaba o corrompía, cuando le era posible. Pero huyó ante el ataque de Tulkas, y hubo paz. Pero como Melkor había pervertido la luz en llama destructora, cuando partió y sus fuegos fueron sometidos los Valar descubrieron que la Tierra estaba oscura, salvo por el brillo de las estrellas innumerables que Varda había hecho durante las edades olvidadas en que trabajaba en Eä. Por tanto Aulë, por ruego de Yavanna, construyó dos Lámparas poderosas [añadido1 Illuin y Ormal] para iluminar Arda; y los Valar las colocaron sobre altos pilares, al norte y al sur de la Tierra Media, y a la luz de las Lámparas trajeron orden a todo su reino, y el deseo de Yavanna dio fruto, y aparecieron criaturas vivientes y crecieron en abundancia.

En aquellos días los Valar tenían su morada en una isla, en un gran lago, en el centro de la Tierra Media, y Aulë la había construido. Allí se mezclaba la luz de las Lámparas y el crecimiento era más rápido y más hermoso que en ninguna otra parte; y he aquí que en la mezcla de Illuin y Ormal surgió el Verde, y era nuevo; y la Tierra Media se regocijó, y los Valar alabaron el nombre de Yavanna. Pero al oír de esos trabajos, [181] Melkor, colmado de cólera y envidia, dejó la Oscuridad y volvió en secreto a Arda, y reunió a sus tropas en el Norte, y maculó la obra de Yavanna, de modo que el crecimiento de la Tierra se corrompió y nacieron muchas criaturas monstruosas. Entonces Melkor atacó a los Valar de repente y derribó las Lámparas, y volvió la noche, y en la caída de los pilares de Illuin y Ormal los mares se levantaron y muchas tierras quedaron anegadas.

§12En la oscuridad y confusión de los mares los Valar no pudieron en esa ocasión vencer a Melkor, pues sus ejércitos habían crecido junto con la malicia, y ahora había reunido a muchos otros espíritus para que le sirvieran, y también a muchas criaturas malignas que él mismo había creado. De este modo escapó de la cólera de los Valar, y en el lejano Norte se construyó una fortaleza, y cavó grandes cavernas bajo el suelo, y pensó que estaba a salvo de cualquier ataque para siempre. Pero los dioses se retiraron al más apartado Oeste y allí hicieron su hogar y lo fortificaron; y construyeron muchos palacios en la tierra sobre los bordes del Mundo llamada Valinor. Y de este lado Valinor estaba limitada por el Gran Mar del Oeste,[102] y en sus orillas los Valar levantaron las Pelóri en el este, las Montañas de Aman, las más altas de la Tierra. Pero en el lado más alejado se extiende el Mar Exterior, que rodea el Reino de Arda, y que los Elfos llaman Vaiya. Sólo los dioses saben cuán ancho es ese mar, y más allá están los Muros del Mundo para contener el Vado y la Oscuridad Primigenia.

§13Ahora bien, en aquella tierra guardada reunieron los Valar toda la luz y todas las cosas hermosas; y allí se encuentran sus casas, jardines y torres. En el centro de la llanura más allá de las Montañas estaba la Ciudad de los Dioses [> su ciudad], Valmar la hermosa de las muchas campanas. Pero Manwë y Varda tenían palacios en la más alta de las Montañas de Aman, desde donde podían ver a través de la Tierra hasta los confines más extremos del Este. Taniquetil llaman los Elfos a la montaña sagrada, y Oiolossë Blancura Sempiterna, y Elerína [> Elerrína] Coronada de Estrellas, y muchos otros nombres. Pero los [182] Gnomos [> Sindar] la mencionaban en su lengua posterior como Amon Uilos.[103]

§14En Valinor, Yavanna consagró la tierra con cantos poderosos, y Niënna la regó con lágrimas. En esa ocasión los dioses [> Valar] estaban todos reunidos, sentados en silencio en los tronos del consejo en el Anillo del Juicio, cerca de los portones dorados de Valmar la Bendita; y Yavanna Palúrien cantó delante de ellos, que la observaban.

§15Del suelo nacieron dos esbeltos brotes; y el silencio cubría el mundo entero a esa hora y no se oía ningún otro sonido que el canto bajo de Palúrien. Bajo su canto se alzaron y crecieron dos hermosos árboles. De todas las obras de los dioses [> Yavanna] fueron la de más renombre, y en tomo a su destino se entretejen todos los relatos del Mundo Antiguo. Uno tenía hojas de color verde oscuro que por debajo eran como plata resplandeciente; y tenía capullos blancos como los de los cerezos, de una grandeza y hermosura sin par; y de cada una de las innumerables flores caía un rocío continuo de luz plateada, y la tierra de abajo se moteaba con la sombra de las hojas temblorosas. El otro tenía hojas de color verde tierno, como el haya recién brotada, con bordes de oro refulgente. Las flores se mecían en las ramas en racimos de fuegos amarillos, y cada una era como un cuerno encendido que derramaba una lluvia dorada sobre el suelo; y de los capullos de ese árbol brotaba calor, y una gran luz.

§16Telperion se llamó el uno en Valinor, y Silpion y Ninquelótë, y muchos otros nombres en los cantos; pero los Gnomos lo llaman [> pero en la lengua sindarin se llamó] Galathilion. Laurelin se llamó el otro [> El otro se llamó Laurelin], y Malinalda, y Kulúrien, y muchos otros nombres; pero los Gnomos la llaman [pero los Sindar la llamaron] Galadlóriel.

§17En siete horas la gloria de cada árbol alcanzaba su plenitud y menguaba otra vez en nada; y cada cual despertaba [183] una vez más a la vida una hora antes de que el otro dejara de brillar. Así en Valinor dos veces al día había una hora dulce de luz más suave, cuando los dos Árboles eran más débiles y los rayos de oro y de plata se mezclaban. Telperion era el mayor de los Árboles y fue el primero en desarrollarse y florecer; y esa primera hora en que resplandeció solo, el fulgor blanco de un amanecer de plata, los dioses no la incluyeron en el cómputo de las horas, sino que le dieron el nombre de Hora de Apertura, y a partir de ella contaron las edades del reino de Valinor. Por tanto a la sexta hora de ese Primer Día, y en todos los días gozosos que siguieron hasta el Oscurecimiento, concluía el tiempo de floración de Telperion; y a la hora duodécima dejaba de florecer Laurelin. Y cada día de los dioses en Valinor [> Aman] tenía doce horas, y terminaba con la segunda mezcla de las luces, en la que Laurelin menguaba, pero Telperion crecía.[104] Y Varda atesoraba los rocíos de Telperion y la lluvia que caía de Laurelin en grandes tinas como lagos resplandecientes, que eran para toda la tierra de los Valar como fuentes de agua y luz.