Cuarta sección de los Anales de Aman

[Esta sección de los Anales presenta una gran cantidad de cambios realizados en el momento de la escritura, además de varias alteraciones y adiciones —a veces sustanciales— que corresponden sin duda alguna casi a la misma época. Los he incorporado al texto aquí transcrito, apuntando detalles de las alteraciones más importantes en las notas que lo siguen. Unas pocas adiciones breves indudablemente posteriores se mencionan en las notas.]

1179

§78Fëanor, hijo mayor de Finwë, nació en Tirion sobre Túna. Su madre era Byrde Míriel.[61]

§79Ahora bien, los Noldor[62] se deleitaban en todas las ciencias y las artes, y Aulë y su pueblo se reunían a menudo con ellos. Pero tanta era la habilidad que les concedió Ilúvatar en muchas cosas, sobre todo en las que exigían destreza y precisión en el trabajo, que pronto superaron a sus maestros. Se dice que sobre este tiempo los albañiles de la Casa de Finwë que excavaban en las montañas en busca de piedra para sus trabajos (pues se deleitaban en la construcción de altas torres), descubrieron por primera vez las gemas de la tierra, que en la Tierra de Aman había en abundancia sin par. Y los artesanos de los Noldor inventaron herramientas para cortar las gemas y darles forma y las tallaron en muchas figuras de brillante belleza; y no las atesoraron, sino que se las entregaron libremente a todo aquel que las deseara, y con su trabajo enriquecieron a toda Valinor.[63]

§80Este año Rúmil, el más renombrado de los sabios en la ciencia del lenguaje, inventó las letras y empezó a poner por escrito las lenguas de los Eldar y sus canciones y sabiduría.[64] [114]

1190

§81 Este año nació Fingolfin hijo de Finwë, que después fue Rey de los Exiliados.

1230

§82Nacimiento de Finrod hijo de Finwë.

1250

§83En este tiempo empezó a florecer la habilidad de Fëanor hijo de Finwë, que de entre todos los Noldor fue el más gran hacedor y artesano. Y concibió e inventó nuevas letras, superando la obra de Rúmil, y desde ese día los Eldar las han utilizado siempre. Pero esto no fue más que el comienzo de los trabajos de Fëanor. Mucho amaba las gemas, y empezó a estudiar la manera de utilizar la habilidad de sus manos y su mente para hacer gemas más grandes y brillantes que las ocultas en la tierra.[65]

§84[En este tiempo además, dicen los Sindar, los Naugrim,[66] a quienes también llamamos los Nornwaith (los Enanos), llegaron por sobre las montañas a Beleriand y fueron conocidos de los Elfos. Ahora bien, los Enanos eran grandes herreros y albañiles, y (según se cree) fueron creados por el mismo Aulë; sin embargo, poca belleza había en sus obras de antaño. Por tanto cada pueblo obtuvo gran beneficio del otro, aunque la amistad entre ellos siempre fue fría. Pero en aquel tiempo ningún pesar se interponía entre los dos pueblos, y el Rey Thingol les dio la bienvenida; y los Barbiluengos de Belegost lo ayudaron a excavar y construir las grandes estancias de Menegroth, donde después Thingol vivió con Melian, la Reina. Así dice Pengoloð.][67]

1280

§85Este año Finrod hijo de Finwë desposó a Eärwen hija del rey Olwë de Alqualondë, y hubo una gran fiesta en la tierra de los Teleri. De este modo los hijos de Finrod, Inglor y Galadriel, fueron del linaje del Rey Thingol Mantogrís de Beleriand. [115]

1350

§86[En este tiempo parte de los Elfos perdidos del pueblo de Dan, tras un largo viaje, llegaron a Beleriand desde el Sur. Denethor hijo de Dan era su caudillo, y los llevó a Ossiriand, adonde siete ríos descendían de las Montañas de Lindon. Estos son los Elfos Verdes. Obtuvieron la amistad de Thingol. Dijo Pengoloð.][68]

1400

§87Ahora bien, sucedió que Melkor había morado solo en la prisión de Mandos durante las tres edades decretadas por los Valar, y acudió ante el concilio para ser juzgado. Y Melkor suplicó el perdón a los pies de Manwë, y se humilló, y juró someterse a las leyes de los Valar y a ayudarlos comoquiera que le fuese posible, por el bien de Arda y en beneficio de los Valar y los Eldar, y pidió libertad y un lugar como el menor de todos los habitantes de Valinor.

§88Y Niënna apoyó su súplica (debido al parentesco que los unía), y Manwë se la concedió, pues al estar él Ubre de mal no veía las profundidades del corazón de Melkor, y creyó sus promesas. Pero Mandos guardó silencio, y el corazón de Ulmo desconfió de Melkor.

1410

§89Entonces Melkor vivió durante un tiempo en una humilde casa de Valmar bajo vigilancia, y aún no se le permitía alejarse solo. Pero como en aquel tiempo todas sus palabras y obras eran hermosas, y adoptó una forma exterior y una apariencia semejante a las de los Valar, sus hermanos, Manwë le concedió la libertad dentro de Valinor. No obstante, Tulkas apretaba los puños siempre que veía pasar a Melkor, y tanto se contenía que las uñas de los dedos se le clavaban en la palma de la mano.

§90Y en verdad Melkor fue falso y traicionó la clemencia de Manwë, y utilizó la libertad para propagar mentiras y envenenar la paz de Valinor. De este modo una sombra cayó sobre la Tierra Bendecida y el dorado Mediodía pasó; no obstante, [116] mucho faltaba para que las mentiras de Melkor dieran fruto, y los Valar vivieron aún largo tiempo en beatitud.

§91Ahora bien, en su corazón Melkor odiaba a los Eldar por encima de todo, porque eran hermosos y felices y porque en ellos veía la causa de la elevación de los Valar y la de su propia caída y sometimiento. Por ese motivo, tanto más fingía amarlos y buscaba su amistad, y les ofrecía el servicio de su ciencia y de su trabajo en cualquier gran obra que emprendieran. Y muchos de los Noldor, debido al deseo de todo conocimiento, lo escucharon y se deleitaron en sus enseñanzas. Pero los Vanyar nada quisieron de él.

1449

§92Este Año Fëanor empezó un nuevo trabajo, renombrado entre todas las obras de los Eldalië; pues su corazón concibió los Silmarils, y estudió y ensayó mucho antes de poder empezar a hacerlos. Y aunque Melkor dijo después que había instruido a Fëanor en este trabajo, mentía por envidia y codicia; pues sólo el fuego de su propio corazón impulsaba a Fëanor, y era impaciente y orgulloso, y trabajaba siempre de prisa y solo, sin pedir ayuda ni buscar el consejo de nadie.

1450

Fëanor hace los Silmarilli

§93Este año se completaron los Silmarils, la maravilla de Arda. Tenían la forma de tres grandes joyas. Pero no hasta el Fin, cuando regrese Fëanor, que pereció cuando el Sol era joven y se sienta ahora en las Estancias de la Espera y no vuelve entre los suyos; no hasta que el Sol transcurra y caiga la Luna, se conocerá la sustancia de que fueron hechos. Tenía la apariencia del cristal de diamante, y sin embargo era más inquebrantable todavía, de modo que ninguna violencia podía dañarla o romperla dentro de los muros del mundo. No obstante, ese cristal era a los Silmarils lo que es el cuerpo a los Hijos de Ilúvatar, la casa del fuego interior, que está dentro de él y sin embargo también en todas sus partes, y que le da vida. Y el fuego interior [117] de los Silmarils lo hizo Fëanor con la luz mezclada de los Árboles de Valinor, que vive todavía en ellos, aunque los Árboles hace ya mucho se han marchitado y no brillan. Por tanto, aun en la oscuridad más profunda los Silmarils resplandecían con luz propia, como las estrellas de Varda; y sin embargo, como si fueran en verdad criaturas vivientes, se regocijaban en la luz y la recibían y la devolvían con matices más maravillosos que antes.

§94Y todos los que vivían en Valinor se sorprendieron ante la obra de Fëanor, y sintieron asombro y deleite, y Varda consagró los Silmarils, de modo que en adelante ninguna carne mortal, ni nada maligno o sucio podría tocarlos sin quemarse y abrasarse con un dolor insoportable. Y Melkor codició los Silmarils y le bastaba recordar cómo brillaban para que un fuego le corroyese el corazón.[69]

1450-1490

§95Por tanto, aunque todavía ocultaba sus propósitos con gran astucia, Melkor buscó entonces aún más ansiosamente la manera de destruir a Fëanor y de poner fin a la amistad entre los Valar y los Eldar. Mucho tiempo trabajó; y lentos al principio y baldíos fueron sus afanes. Pero al que siembra mentiras le llega a la larga el tiempo de la cosecha, y pronto puede echarse a descansar mientras otros recogen y siembran en vez de él. Siempre encontró Melkor oídos que lo escucharan, y lenguas que agrandaran lo que habían oído. Pues las mentiras de Melkor arraigan por la verdad que hay en ellas.

§96De este modo sucedió que surgió el rumor en Eldamar de que los Valar habían llevado a los Eldar a Valinor por celos de su belleza y habilidad, temiendo que se volvieran demasiado grandes para gobernarlos en las tierras libres del Este. Y entonces Melkor predijo la llegada de los Hombres, de la cual los Valar aún no habían hablado a los Elfos, y de nuevo cundió el rumor de que los dioses pretendían reservar los reinos de la Tierra Media para la raza más joven y débil, a la que ellos podrían dominar con más facilidad, arrebatando a los Elfos el legado de Ilúvatar.

§97Entonces los príncipes de los Noldor empezaron a murmurar contra los Valar, y muchos se volvieron orgullosos, [118] olvidando todos los conocimientos y dones que debían a los Valar. Y en ese entonces (tras haber despertado el orgullo y la cólera) Melkor habló a los Eldar de las armas, que hasta entonces no poseían ni conocían; pues las armerías de los Valar se habían cerrado tras el encadenamiento de Melkor. Pero ahora los Noldor empezaron a forjar espadas y hachas y lanzas; e hicieron escudos con los emblemas de muchas casas y clanes que rivalizaban entre sí.

§98Gran herrero era Fëanor en aquellos días, y un príncipe orgulloso y autoritario, celoso de todo cuanto tenía; y Melkor lo vigilaba. Pues todavía codiciaba los Silmarils; pero Fëanor ahora pocas veces los sacaba a la luz, y los guardaba sobre todo en la oscuridad del tesoro de Túna; y empezó a ocultarlos a todos excepto a su padre y a sus siete hijos. Por tanto Melkor propagó la mentira de que Fingolfin planeaba suplantar a Fëanor y su padre con el apoyo de los Valar, y era probable que sucediera, pues disgustaba a los Valar que los Silmarils no hubieran sido confiados a su custodia. De estas mentiras surgieron disputas entre los orgullosos hijos de Finwë y Melkor se sintió complacido; pues ahora todo iba según su propósito. Y de pronto, antes de que los Valar se dieran cuenta, la paz de Valinor se quebrantó y las espadas fueron desenvainadas en Eldamar.

1490

§99Entonces los Dioses se sintieron furiosos, y llamaron a Fëanor para que compareciera ante ellos. Y pusieron al desnudo todas las mentiras de Melkor; pero porque Fëanor había sido el primero que quebrantara la paz y trajera la violencia a Aman lo condenaron a abandonar Tirion durante veinte[70] años. Y Fëanor partió y moró al norte de Valinor cerca de las estancias de Mandos, y construyó una nueva cámara del tesoro y una fortaleza en Formenos; y allí atesoró un gran número de gemas, pero los Silmarils fueron guardados en una cámara de hierro. Y allí fue Finwë, por causa del amor que profesaba a Fëanor; y Fingolfin gobernó a los Noldor de Túna. Así, las mentiras de Melkor se hicieron verdad en apariencia, y la amargura que había sembrado sobrevivió mucho tiempo entre los hijos de Fingolfin y Fëanor. [119]

§100Del mismo Anillo del Juicio salió Tulkas rápidamente para ponerle las manos encima a Melkor, pero al saber que sus maquinaciones habían sido descubiertas Melkor se había ocultado de la vista de los ojos, y una nube lo rodeaba; y le pareció al pueblo de Valinor que la luz de los Árboles había menguado, y que las sombras eran más largas y oscuras.

1492

§101Y se dice que por un tiempo Melkor no volvió a ser visto; pero de repente apareció ante las puertas de la casa de Finwë y Fëanor en Formenos, y quiso hablar con ellos. Y les dijo: «Considerad la verdad de todo cuanto he dicho y cómo de hecho habéis sido desterrados injustamente. Y no creáis que los Silmarils están seguros en cualquier cámara que se encuentre en el reino de los dioses. Pero si el corazón de Fëanor es todavía libre y audaz como lo fueron sus palabras en Túna, os ayudaré entonces y os llevaré lejos de la estrechez de esta tierra. Pues ¿acaso no soy un Vala como ellos? Sí, y más todavía, y he sido siempre amigo de los Noldor, el más valiente y capaz de todo el pueblo de Arda».

§102Entonces la amargura del corazón de Fëanor aumentó y temió por los Silmarils, y así se quedó. Pero las palabras de Melkor llegaron demasiado hondo, y alentaron un fuego más fiero del que se proponía; y Fëanor lo miró con ojos que ardían, y he aquí que atravesaron el semblante de Melkor y horadaron las tinieblas de su mente, advirtiendo en ella la codicia por los Silmarils. Entonces el odio pudo más que todo el miedo y maldijo a Melkor y lo arrojó de su lado. «Vete de mi puerta, vagabundo,[71] carne del presidio de Mandos», dijo, y cerró las puertas de su casa en la cara del más poderoso de todos los moradores de Ëa.

§103Y en ese tiempo, al estar él mismo en peligro, Melkor partió consumiéndose de ira y planeó una amarga venganza para su vergüenza. Pero Finwë tuvo mucho miedo y envió de prisa mensajeros a Manwë, en Valmar.

§104Entonces Oromë y Tulkas partieron en persecución de Melkor, pero antes de que hubieran cabalgado lejos llegaron mensajeros de Eldamar, diciendo que Melkor había huido [120] a través del Kalakiryan,[72] y que había pasado por la colina de Tuna furioso como una nube de tormenta. Y con la huida de Melkor la sombra desapareció de Valinor, y durante un tiempo la tierra volvió a ser hermosa. Pero los dioses buscaron en vano noticias de su enemigo, y en sus corazones pesaba la pregunta de qué nuevo mal podía intentar Melkor.

§105Se dice que Melkor llegó a la región oscura de Arvalin. Ahora bien, esa tierra angosta se encontraba al sur de la Bahía de Eldamar, pero al este de las montañas de las Pelóri, y sus prolongadas y lúgubres costas se extendían hacia el Sur del mundo, sombrías e inexploradas. Allí, entre los muros escarpados de las montañas y el frío y oscuro Mar, las sombras eran más profundas que en ningún otro sitio del mundo. Y allí, en secreto, Ungoliantë había construido su morada. Los Eldar no saben de dónde venía ella, pero es posible que llegara al Sur procedente de la oscuridad de Ëa, cuando Melkor destruyó las luces de Illuin y Ormal, y porque él moraba en el Norte la atención de los Valar se concentró sobre todo allí y el Sur fue olvidado durante mucho tiempo. Desde allí se arrastró hacia el reino de la luz de los Valar. Pues tenía hambre de luz y a la vez la odiaba. En una profunda grieta de las montañas vivía, y tomó la forma de una araña monstruosa, absorbiendo toda la luz que podía encontrar, o la que se perdía por sobre los muros de Valinor, y la devolvía en negras redes de asfixiantes tinieblas, hasta que ya ninguna luz llegaba a su morada; y estaba hambrienta.

§106Es muy posible que Melkor, si no otro, supiera de su existencia y morada, y que ella fuera en el principio uno de aquellos que él había corrompido para que le sirvieran. Y cuando al fin llegó a Arvalin la buscó y le pidió que lo ayudara a vengarse. Pero ella temía desafiar los peligros de Valinor y la gran ira de los dioses, y no quiso moverse de su escondrijo hasta que Melkor no le hubo prometido una recompensa que sanaría el tormento de su apetito y de su odio.

1495

§107Al fin, tras hacer bien sus planes, Melkor y Ungoliantë emprendieron la marcha. Una gran oscuridad tejió Ungoliantë alrededor de los dos, y también tendió cuerdas que ató a [121] las rocas, y así, después de mucho trabajo, de tela en tela, subió al fin a la cumbre de Hyarantar, que es el más alto pico de las montañas al sur de Taniquetil. Allí (salvo por la atalaya del Sur) las Pelóri eran menos elevadas, y menor era la vigilancia de los Valar, pues siempre se habían prevenido sobre todo contra el Norte.

§108Ahora bien, Ungoliantë hizo una escala de cuerda y la dejó caer, y Melkor trepó por ella y así llegó a aquel elevado sitio, desde donde podía contemplar el Reino Guardado. Y por debajo se extendía el bosque verde y salvaje de Oromë, y hada el oeste brillaban los campos y los pastizales de Yavanna, de un dorado pálido bajo el alto trigo de los dioses. Pero Melkor miraba hacia el norte, y vio a lo lejos la llanura resplandeciente y las cúpulas plateadas de Valmar que refulgían a la luz mezclada de Telperion y Laurelin. Entonces Melkor rio muy alto y echó a correr saltando por las largas pendientes occidentales; y Ungoliantë iba con él y la oscuridad los cubría.

§109Ahora bien, era entonces tiempo de festividad, como Melkor bien sabía. Pues aunque todas las mareas y las estaciones seguían la voluntad de los Valar, y no había en Valinor invierno de muerte, ellos moraban en el Reino de Arda, que no era más que un reino minúsculo en las estancias de Ëa, cuya vida es el Tiempo, que fluye siempre desde la primera nota hasta el último acorde de Eru. Y entonces el deleite de los Valar (como se cuenta en la Ainulindalë) era vestirse con las formas de los Hijos de Ilúvatar; y comían y bebían, y recogían los frutos de Yavanna, y sacaban fuerza de la Tierra, que habían hecho por voluntad de Eru.

§110Por tanto Yavanna ordenó las épocas de floración y madurez de todo lo que crecía: nacimiento, floración y siembra. Y con cada primera cosecha de frutos Manwë convocaba una gran fiesta en alabanza de Eru, y todo el pueblo de Valinor vertía su alegría en música y canto. Esta era la hora; pero Manwë, esperando que la sombra de Melkor hubiera desaparecido en verdad de la Tierra, y sin temer nada peor que tal vez una nueva guerra contra Utumno y una victoria definitiva, había decretado la fiesta más gloriosa entre las celebradas desde la llegada de los Eldar. Además, decidió poner remedio al mal surgido entre los Noldor, y por tanto todos fueron invitados a ir [122] y mezclarse con los Maiar en los palacios de Taniquetil, y allí dejar de lado las querellas que separaban a los príncipes y olvidar por completo las mentiras del Enemigo.

§111Asistieron los Vanyar, y asistieron los Noldor de Tirion, y acudieron juntos los Maiar, y los Valar lucían toda su belleza y majestad; y cantaron ante Manwë en las altas estancias o danzaron en las verdes pendientes de Taniquetil que miraban al oeste hacia los Árboles. Ese día las calles de Valmar quedaron desiertas y las escaleras de Túna estuvieron en silencio; sólo los Teleri, más allá de las montañas, cantaban todavía a orillas del Mar, porque poco caso hacían del tiempo o las estaciones, y de los cuidados de los Regentes de Arda, o de la sombra que había caído sobre Valinor, pues no los había afectado hasta entonces.

§112Sólo una cosa estropeaba el propósito de Manwë. Fëanor había venido por cierto, porque sólo a él Manwë le había ordenado asistencia; pero Finwë no se presentó, ni ningún otro de los Noldor de Formenos. Porque, dijo Finwë: «En tanto dure el destierro impuesto a Fëanor, mi hijo, y no pueda presentarse en Túna, me privo a mí mismo de la corona y no he de reunirme con mi pueblo, ni con los que gobiernan en mi lugar». Y Fëanor no llegó vestido de fiesta, y no llevaba ornamento alguno, ni plata, ni oro, ni gemas; y se negó a que los Valar y los Eldar contemplaran los Silmarils, y los dejó guardados en Formenos en la cámara de hierro. No obstante, se encontró con Fingolfin ante el trono de Manwë, y se reconcilió con él, de palabra; y Fingolfin no intentó desenvainar la espada.

§113Se dice que cuando Fëanor y Fingolfin estaban ante Manwë, y en la Mezcla de las Luces ambos Árboles brillaban y la ciudad silenciosa de Valmar estaba llena de un fulgor de plata y oro, en ese momento Melkor y Ungoliantë llegaron por la llanura ante el Montículo Verde. Entonces Melkor dio un salto, y con su lanza negra hirió a cada Árbol hasta la médula, un poco por encima de las raíces, y la savia manaba como si fuese sangre, y se derramó por el suelo. Pero Ungoliantë la absorbía, y yendo de Árbol a Árbol aplicaba el pico negro a las heridas hasta que quedaron desecadas; y el veneno que había en ella penetró en los tejidos y los marchitó; y murieron. Y Ungoliantë aún tenía sed, y yendo a las Cubas de Varda bebió de ellas hasta dejarlas secas; pero Ungoliantë eructaba vapores negros mientras bebía, [123] y se hinchó hasta tener una forma tan grande y espantosa que incluso Melkor sintió pavor.

§114Entonces la Oscuridad cayó sobre Valinor. De los hechos de ese día mucho se dice en el Aldudénië (el Lamento por los Árboles), que compuso Elemírë de los Vanyar y es conocido de todos los Eldar. Pero no existe canto ni historia que pueda contener toda la aflicción y el terror que hubo entonces. La Luz menguó; pero la Oscuridad que sobrevino no fue tan sólo pérdida de luz. En esa hora se hizo una Oscuridad que no parecía una ausencia, sino una cosa con sustancia propia: pues en verdad había sido hecha maliciosamente con la materia de la Luz, y tenía el poder de herir el ojo y de penetrar el corazón y la mente y estrangular la voluntad misma.

§115Varda miró hacia abajo desde la Montaña Sagrada y vio la Sombra que se elevaba en súbitas torres de lobreguez; Valmar había naufragado en un profundo mar nocturno. Pronto Taniquetil se irguió sola, una última isla de luz en un mundo anegado. Todo canto cesó. Había silencio en Valinor, y no se oía ningún ruido, sólo el viento traía a través del paso de las montañas el lejano lamento de los Teleri, como el grito frío de las grullas. Pues soplaba helado desde el Este a esa hora, y las vastas sombras del Mar rompían contra los muros de la costa.

§116Pero Manwë miraba desde el alto trono, y sólo sus ojos alcanzaron a horadar las tinieblas hasta ver a lo lejos una Oscuridad más allá de lo oscuro que se movía hacia el norte por sobre la tierra, y supo que Melkor estaba allí. Entonces empezó la persecución, y la tierra tembló bajo los caballos del ejército de Oromë, y el fuego que relumbró bajo los cascos de Nahar fue la primera luz que volvió a Valinor. Pero no bien llegaron a la Nube de Ungoliantë, los jinetes de los Valar quedaron enceguecidos y desanimados, y se dispersaron, y no sabían adónde iban; y el sonido del Valaróma vaciló y se perdió. Y Tulkas quedó atrapado en una red negra por la noche, y nada podía hacer y batía el aire en vano. Y cuando la Oscuridad hubo pasado, ya era tarde: Melkor se había ido a donde quiso, y la venganza estaba consumada.