Existen dos versiones de la primera página de AAm, ambas en cuidados manuscritos, con el mismo texto pero diferentes en el título y en el breve preámbulo. La primera se titula Los Anales de Valinor, y se inicia del siguiente modo: «Aquí empiezan los Anales de Valinor, que hablan de la llegada de los Valar a Arda»; junto al título se añadió: «Fueron escritos por Quennar i Onótimo, quien aprendió mucho, y además tomó mucho, de Rúmil; pero fueron ampliados por Pengolod». Esto último se tachó, y el título y el preámbulo se sustituyeron por la versión de la segunda copia, transcrita abajo, con Valinor > Aman y la adición de las palabras «escritos (hechos) por Rúmil». Supongo que mi padre volvió a copiar la página porque quería que tuviera una buena presentación, y la había estropeado con estos cambios. El título Anales de Aman surgió en este punto, por tanto, y es muy posible que también lo hiciera el significado final de Aman: aparece una vez en la Ainulindalë D, pero como adición al texto (p. 46, §32).
[65]
LOS ANALES DE AMAN
Aquí empiezan los Anales de Aman, hechos por Rúmil, que hablan de la llegada de los Valar a Arda:
§1Al Principio Eru Ilúvatar hizo Ëa, el Mundo que es,[30] y los Valar entraron en él, y son los Poderes de Ëa. Estos son los nueve principales de los Valar que moran en Arda: Manwë, Ulmo, Aulë, Oromë, Tulkas, Ossë, Mandos, Lorien[31] y Melkor.
§2De éstos Manwë y Melkor eran los más poderosos, y eran hermanos. Manwë es el señor de los Valar, y sagrado; pero Melkor se desvió al deseo de poder y el orgullo, y se hizo malvado y violento, y su nombre está maldito, y no se pronuncia; Morgoth lo llaman. Oromë y Tulkas eran más jóvenes en el pensamiento de Eru antes de la creación del Mundo, y Tulkas fue el último en llegar al Reino de Arda. Las reinas de los Valar son siete: Varda, Yavanna, Niënna, Vairë, Vana, Nessa y Uinen. Su poder y majestad no son menores que los de los principales, y siempre están presentes en los concilios de los Valar.
§3Varda fue la esposa de Manwë desde el principio, pero Aulë desposó a Yavanna, su hermana, en Ëa.[32] Vana la hermosa, su hermana menor, es la mujer de Oromë; y Nessa, la hermana de Oromë, es la mujer de Tulkas; y Uinen, señora de los mares, es la esposa de Ossë. Vairë la Tejedora vive con Mandos. No tiene esposa Ulmo, ni tampoco Melkor. No tiene señor Niënna la desconsolada, reina de la sombra, hermana de Manwë y Melkor. La mujer de Lorien es Estë la pálida, pero ella no va a los concilios de los Valar y no se cuenta entre los gobernantes de Arda, sino que es la mayor de los Maiar.
§4Con estos grandes poderes llegaron muchos otros espíritus de semejante linaje pero menores en fuerza y autoridad; son los Maiar, los Hermosos,[33] el pueblo de los Valar. Y con ellos se cuentan también los Valarindi, los vástagos de los Valar, los hijos engendrados en Arda, y que sin embargo son de la raza de los Ainur, que eran antes del Mundo; son muchos y hermosos.
En este punto mi padre apuntó: Esto está extraído de la obra de Quennar Onótimo. Estas palabras no se refieren a lo anterior, sino al pasaje siguiente, titulado Del principio y el Cómputo del Tiempo (aunque en el preámbulo [66] —tachado— de la primera página desechada de AAm se dice que Quennar i Onótimo fue el autor de los Anales en su totalidad, p. 64).
Posteriormente marcó a lápiz la sección entera que trata el tema del Cómputo del Tiempo con la indicación: «Trasladar a la Cuenta de los Años». De La Cuenta de los Años, una lista cronológica del mismo tipo que la del Apéndice B de El Señor de los Anillos, hay diferentes versiones, relacionadas con los Anales anteriores y posteriores; la versión posterior, que está estrechamente relacionada con AAm y acompaña a los Anales Grises (Anales de Beleriand), es quizás el texto más complejo y difícil que mi padre dejó tras de sí. No hay razón para comentarlo aquí, pero relacionados con él existen dos manuscritos muy cuidados (uno de ellos, el último de los dos, se cuenta entre los más hermosos que realizó nunca: véase el frontispicio) que tienen casi el mismo texto de Del principio y el cómputo del Tiempo de AAm, pero situado al principio de La Cuenta de los Años, como preludio de la lista cronológica de los acontecimientos. Estos dos manuscritos son, por supuesto, posteriores al texto de AAm, y difieren de él en algunos pasees que he indicado en las notas. AAm prosigue:
Esto está extraído de la obra de Quennar Onótimo.[34]
Del principio y el cómputo del Tiempo
§5El Tiempo empezó en verdad con el principio de Ëa, y en ese principio los Valar llegaron al Mundo. Pero la medida que hicieron los Valar de las edades de sus trabajos no es conocida por ninguno de los Hijos de Ilúvatar, hasta la primera floración de Telperion en Valinor. A partir de entonces los Valar contaron el tiempo según las edades de Valinor, cada una de las cuales tenía cien Años de los Valar; pero cada año de ellos era más largo que nueve años bajo el Sol.[35]
§6Ahora bien, según la medida de la floración de los Árboles cada Día de los Valar tenía doce horas, y los Valar tomaron mil de esos días como un año en su reino. En verdad los Maestros de Tradición suponen que los Valar concibieron las horas de los Árboles de modo que cien de los años de ese cómputo tuvieran la misma duración que una edad de los Valar[36] (como eran las edades en los días de sus trabajos antes de la fundación de Valinor).[37] No obstante, esto no se sabe con certeza.
§7Pero en cuanto a los Años de los Árboles y los que vinieron después,[38] un Año de los Árboles era más largo que nueve [67] años de los de ahora. Porque en cada uno de esos Años había doce mil horas. Y cada una de las horas de los Árboles era siete veces más larga que una hora de un día en la Tierra Media, de amanecer a amanecer, cuando luz y oscuridad están repartidas a partes iguales.[39] Por tanto, cada Día de los Valar duraba ochenta y cuatro de nuestras horas, y cada Año ochenta y cuatro mil: lo que equivale a tres mil quinientos de nuestros días, y es algo más que nueve y medio de nuestros años (nueve y medio, ocho centésimas partes y un poco más).[40]
§8Afirman los Maestros de Tradición que éste no era exactamente el proyecto de los Valar cuando hicieron y conciliaron[41] la Luna y el Sol. Pues era su propósito que diez años del Sol, ni más ni menos, tuvieran la longitud de un Año de los Árboles; y lo primero que dispusieron fue que en cada año del Sol lucieran setecientas veces el Sol y la Luna, y que cada una de esas veces tuviera doce horas, que durarían cada una séptima parte de una hora de los Árboles. Según este cómputo cada año solar tendría trescientos cincuenta días en los que la luz se dividiría entre luz solar y luz lunar, es decir, ocho mil cuatrocientas horas, que equivaldrían a mil doscientas horas de los Árboles, o una décima parte de un Año Valiano. Pero la Luna y el Sol resultaron más variables y lentos en su camino que el propósito de los Valar, como se cuenta después,[42] y un año del Sol es algo más largo que la décima parte de un Día en los Días de los Árboles.
§9El año del Sol se acortó[43] debido al aumento de la velocidad de todo desarrollo, así como de todo cambio y marchitamiento, que los Valar sabían que tendrían lugar tras la muerte de los Árboles. Y después de que acaeciera este mal los Valar computaron el tiempo en Arda según los años del Sol, y así lo hacen todavía, incluso después del Cambio del Mundo y el ocultamiento de Aman; pero ahora cuentan diez años del Sol como un año,[44] y mil como un siglo. Esto está extraído del Yénonótië de Quennar: dijo Pengoloð.[45]
§10Cuentan los maestros de tradición que los Valar llegaron al reino de Arda, que es la Tierra, cinco mil Años Valianos antes de la primera subida de la Lima, que equivale a decir cuarenta y siete mil novecientos uno de nuestros años. De éstos, tres mil quinientos (o treinta y tres mil quinientos treinta de nuestro cómputo) pasaron antes de que la primera medición [68] del tiempo conocida por los Eldar empezara con la floración de los Árboles. Esos fueron los Días anteriores a los días. Después siguieron mil cuatrocientos noventa y cinco Años Valianos (o cuatro mil trescientos veintidós de nuestros años), durante los cuales la Luz de los Árboles brilló en Valinor. Esos fueron los Días de Bendición. En aquellos días, en el Año mil cincuenta de los Valar, los Elfos despertaron en Kuiviénen y empezó la Primera Edad de los Hijos de Ilúvatar.[46]
1El primer año de los Valar en Arda
§11Después de trabajar durante edades más allá de todo cómputo o conocimiento en las vastas estancias de Ëa, los Valar descendieron a Varda en el principio de su existencia, y allí empezaron sus trabajos predeterminados para la formación de las tierras y las aguas, aun desde los cimientos y hasta las más altas torres del Aire.
§12Pero los trabaos se vieron frustrados y se apartaron del propósito de los Valar, pues Melkor codiciaba el dominio de Arda, y reclamó su gobierno y luchó contra Manwë. Y Melkor causó grandes destrozos con fuego y frío mortal y estropeó todo lo que hacían los otros Valar.
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§13Sucedió que al oír desde lejos de la guerra en Arda Tulkas el Fuerte acudió de regiones distantes de Ëa en ayuda de Manwë. Entonces Arda se llenó del sonido de su risa, pero volvió el rostro furioso a Melkor; y Melkor huyó ante su cólera y su alegría, y abandonó Arda, y hubo una larga paz.
§14Reanudaron entonces los Valar sus trabajos; y cuando hubo orden en las tierras y en las aguas los Valar tuvieron necesidad de luz, para que las semillas que Yavanna había concebido pudieran crecer y tener vida. Por tanto Aulë construyó dos grandes lámparas, como si fueran de plata y oro y sin embargo translúcidas, y Varda las llenó de fuego sagrado, para dar luz a la Tierra, Illuin y Ormal las llamaron. 1900 Y las colocaron sobre grandes pilares como montañas en el medio de Arda, hacia el norte y hacia el sur. [69]
§15Entonces los Valar prosiguieron sus trabajos hasta que todo el reino de Arda estuvo ordenado y listo, y hubo un gran crecimiento de árboles y hierbas, y acudieron bestias y pájaros y moraron en las llanuras y en las aguas, y las montañas eran verdes y hermosas de ver. Y los Valar tuvieron su morada en una isla verde en medio de un lago; y ese lago estaba entre Illuin y Ormal, en la parte central de Arda; y allí, en la Isla de Almaren, debido a la mezcla de las luces, era donde todas las cosas crecían con mayor abundancia y colores más hermosos. Pero pocas veces se reunían allí los Valar, pues siempre estaban viajando por Arda, cada uno en sus propios asuntos.
§16Y sucedió que al fin los Valar se sintieron satisfechos, y quisieron descansar un tiempo del trabajo y contemplar el crecimiento y despliegue de las cosas que habían imaginado y creado. Por tanto Manwë ordenó que hubiese una gran fiesta, y convocó a todos los Valar y a las reinas de los Valar a Almaren, junto con todo su pueblo. Y acudieron a su llamada; pero Aulë, se dice, y Tulkas estaban cansados; pues la habilidad de uno y la fuerza del otro habían estado sin cesar al servicio de todos en los días de sus trabajos.
§17Ahora bien, Melkor conocía todo lo que se había hecho; pues aún entonces tenía amigos y espías entre los Maiar a quienes había convertido a su propia causa, y de ellos el principal, como se lo conoció después, era Sauron, un gran artesano de la casa de Aulë. Y lejos, en los lugares oscuros, Melkor se consumía de odio, pues sentía celos de la obra de sus pares, a quienes deseaba someter a su propia voluntad. Por tanto convocó espíritus de los vacíos de Ëa que él había pervertido para que le sirvieran, y se creyó fuerte. Y viendo entonces que le llegaba la hora volvió a acercarse a Arda, y la contempló, y ante la belleza de la Tierra en Primavera sintió todavía más odio.
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§18Ahora bien, por tanto los Valar estaban reunidos en Almaren celebrando una fiesta y regocijándose, sin temer mal alguno, y por causa de la luz de Illuin no percibieron la sombra en el Norte que desde lejos arrojaba Melkor; pues se había vuelto oscuro como la Noche del Vacío.[47] Y se canta que en la fiesta [70] de la Primavera de Arda, Tulkas desposó a Nessa, la hermana de Oromë, y Vana [la] vistió de flores, y ella bailó ante los Valar sobre la hierba verde de Almaren.
§19Luego Tulkas se echó a dormir, pues estaba cansado y satisfecho, y Melkor creyó que la ocasión le era propicia. Y, por tanto, pasó con su ejército por sobre los Muros de la Noche,[48] y llegó al Norte de la Tierra Media; y los Valar no lo advirtieron.
§20Entonces Melkor empezó a cavar y a construir una vasta fortaleza muy hondo bajo la Tierra, debajo de oscuras montañas donde la luz de Illuin era débil.[49] Esa ciudadela recibió el nombre de Utumno. Y aunque los Valar aún no sabían nada de ella, la maldad de Melkor y el daño de su odio brotaron desde allí, y marchitaron la Primavera de Arda, y las criaturas vivientes enfermaron y se corrompieron, o tomaron formas monstruosas.
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§21Entonces supieron los Valar, sin ninguna duda, que Melkor estaba actuando otra vez, y buscaron su escondrijo. Pero Melkor, confiado en la fuerza de Utumno y en el poderío de sus sirvientes, acudió de repente a la lucha, y asestó el primer golpe, antes de que los Valar estuvieran preparados. Y atacó las luces de Illuin y Ormal, y derribó los pilares y rompió las lámparas. En el derrumbe de los poderosos pilares, las tierras se abrieron y los mares se levantaron en tumulto; y cuando las lámparas se derramaron unas llamas destructoras avanzaron por la Tierra… Y la forma de Arda y la simetría de las aguas y de las tierras quedaron entonces dañadas, de modo que los primeros proyectos de los Valar nunca después fueron restaurados.
§22En la confusión y la oscuridad Melkor huyó, aunque tuvo miedo; pues por encima del bramido de los mares oyó la voz de Manwë como un viento huracanado, y la tierra temblaba bajo los pies de Tulkas. Pero llegó a Utumno antes de que Tulkas pudiera alcanzarlo; y allí quedó escondido. Y los Valar no pudieron someterlo en aquella ocasión, pues necesitaban de la mayor parte de sus fuerzas para apaciguar los tumultos de la Tierra, y para salvar de la ruina todo lo que pudiera ser salvado de sus trabajos; y después temieron desgarrar otra vez la Tierra [71] en tanto no supieran dónde moraban los Hijos de Ilúvatar, que aún habrían de venir en un tiempo que a los Valar les estaba oculto.
§23 Así llegó a su fin la Primavera de Arda. Y la morada de los Valar en Almaren quedó por completo destruida, y los dioses no tuvieron sitio donde vivir sobre la faz de la tierra. Por tanto abandonaron la Tierra Media y fueron a la Tierra de Aman, que era la más occidental de todas las tierras sobre el filo de mundo; pues las costas occidentales miraban al Mar Exterior, que rodeaba el reino de Arda, y más allá de él se encontraban los Muros de la Noche.[50] Pero las costas orientales de Aman son el extremo del Gran Mar del Oeste; y como Melkor había vuelto a la Tierra Media y aún no podían someterlo, los Valar fortificaron su morada, y en las costas del Mar levantaron las Pelóri, las Montañas de Aman, las más altas de la tierra. Y sobre todas las montañas de Pelóri, se alzaba la altura llamada Taniquetil, en cuya cima puso Manwë su trono. Pero detrás de los muros de las Pelóri, los Valar establecieron sus palacios y su dominio en esa región llamada Valinor. Allí, en el Reino Guardado, acumularon grandes caudales de luz y las cosas más bellas que se salvaron de la ruina; y muchas otras aún más bellas las hicieron de nuevo, y Valinor fue todavía más hermosa que la Tierra Media en la Primavera de Arda; y fue bendecida y sagrada, pues los dioses vivían allí, y allí nada se deterioraba ni marchitaba, ni había mácula en las flores o en las hojas de esa tierra, ni corrupción o enfermedad en nada de lo que allí vivía; porque aun las mismas piedras y aguas estaban consagradas.
§24Por tanto los Valar y todo su pueblo estuvieron alegres de nuevo, y durante largo tiempo se sintieron satisfechos, y pocas veces venían por encima de las montañas a las Tierras Exteriores; y la Tierra Media yacía en una luz crepuscular bajo las estrellas que Varda había forjado en edades olvidadas cuando trabajaba en Ëa.
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§25Y sucedió que, después de que Valinor estuviera acabada y establecidas las mansiones de los Valar y ordenados sus jardines [72] y bosques, los Valar edificaron su ciudad en medio de la llanura más allá de las Pelóri. Llamaron a esa ciudad Valmar la Bendita. Yante el portal occidental había un montículo verde, y estaba desnudo excepto por una capa de hierba imperecedera.
§26Entonces Yavanna y Nienna vinieron a ese Montículo Verde; y Yavanna lo consagró, y se sentó allí largo tiempo sobre la hierba verde y entonó un canto de gran poder en el que puso todo lo que pensaba de las cosas que crecen en la tierra. Pero Nienna reflexionó en silencio y regó el montículo con lágrimas. En esa ocasión los Valar estaban reunidos para escuchar el canto de Yavanna; y el montículo estaba en medio del Anillo del Juicio ante los portones de Valmar, y los Valar estaban sentados alrededor en los tronos del consejo, en silencio, y a sus pies se sentaba su pueblo. Y mientras los dioses observaban, he aquí que en el montículo nacieron dos árboles, y crecieron y se hicieron hermosos y altos, y florecieron.
§27De este modo despertaron en el mundo los Dos Árboles de Valinor, las más hermosas y renombradas de las cosas que crecen, cuyo destino está entretejido con el destino de Arda. El mayor de los Árboles se llamaba Telperion, y sus flores eran de un blanco brillante, y un rocío de luz plateada caía de ellas. Laurelin se llamaba el Árbol más joven; tenía hojas de color verde con bordes de oro, y flores como racimos de llama amarilla, y de ellas se derramaba una lluvia dorada hasta el suelo. De esos Árboles emanaba una gran luz, y toda Valinor estaba llena de ella. Entonces aumentó la beatitud de los Valar; pues la luz de los Árboles era sagrada y de gran poder, de modo que, si algo era bueno, bello o valioso, en esa luz su belleza y valor se revelaban por completo; y a todos los que andaban en esa luz se les regocijaba el corazón.
§28Pero la luz que los Árboles esparcían duraba un tiempo antes de que fuera arrebatada en el aire o se hundiera en la tierra para su enriquecimiento. Debido a su abundancia quisieron que Varda reuniera una gran cantidad, y la atesoraron en grandes tinas cerca del Montículo Verde. De allí la sacaban los Maiar y la llevaban a los estuarios y los campos, incluso a los que estaban muy lejos de Valmar, de modo que todas las regiones de Valinor se alimentaban y eran cada vez más bellas.
§29Así empezaron los Días de la Bendición de Valinor, [73] y así empezó también la cuenta del Tiempo. Pues los Árboles crecían hasta la máxima floración y luz, y volvían a menguar, incesantemente, sin variar la velocidad o plenitud. Telperion floreció primero, y poco antes de que dejara de brillar empezó a brotar Laurelin; y, de nuevo, poco antes de que Laurelin se hubiera apagado volvió a despertar Telperion. Por tanto los Valar tomaron el tiempo de floración, primero de Telperion y luego de Laurelin, como el Día de Valinor; y dividieron el tiempo en que cada Árbol florecía solo en cinco horas, cada una equivalente al tiempo de la mezcla de las luces, dos veces al Día. De este modo había doce de esas horas en cada Día de los Valar; y mil de aquellos Días se consideraron un Año, pues entonces los Árboles echaban una nueva rama y aumentaban de estatura.
La sección inicial de Los Anales de Aman acaba aquí; está seguida por el título Aquí empieza un nuevo Cómputo con la Luz de los Árboles, con fechas que empiezan en A. A. I, el Primer Año de los Árboles.