4. LA GRAFÍA DE LOS NOMBRES NÓRDICOS

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Me ha parecido aconsejable seguir de cerca la forma en que mi padre escribe los nombres nórdicos en un contexto inglés. Los rasgos más importantes, que aparecen con gran consistencia en su manuscrito de los poemas, son:

El sonido ð de la «th» inglesa se sustituye por d: así Guðrún se convierte en Gudrún, Hreiðmarr se convierte en Hreidmar, Buðli es Budli, Ásgarðr es Ásgard.

Como muestran dos de estos ejemplos, la terminación del nominativo -r se omite: así vemos Frey, Völsung, Brynhild, Gunnar en vez de Freyr, Völsungr, Brynhildr, Gunnarr.

La letra j se conserva en Sinfjötli, Gjúki se pronuncia como la «y» inglesa en «you» (en nórdico Jórk es «York»).

El único caso donde he impuesto consistencia es en el del nombre del dios que en nórdico es Óðinn. En sus notas mi padre usaba la forma nórdica (que he conservado en el texto de su conferencia sobre la Edda Mayor, p. 26). En el manuscrito cuidadosamente redactado de Las nuevas baladas, por otro lado, cambió la ð por d, pero (como suele pasar en todos estos casos) conservando el acento agudo que indica una vocal larga. Pero usó dos formas, favoreciendo una u otra en distintas parres de La balada de los völsungos: Odín y Odínn. Pero en la parte VI, «Brynhildr», donde el nombre aparece frecuentemente como Odínn, escribió (estrofa 8): «Odínn me ató, elegida de Odín.» Esto es debido a que el genitivo nórdico nn cambia a ns: Óðins sonr, «hijo de Odín». [45]

Al ver que en la parte VIII, estrofa 5, donde se repite el nombre, «¡Odín lo destina; a Odínn escuchad!», mi padre eliminó la segunda n de Odínn, y como me parece que la inconsistencia en la forma del nombre no tiene ningún sentido, me he decantado por Odín. En el caso del nombre que en nórdico es Reginn, mi padre escribió siempre Regin, y así lo he mantenido.

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