COMENTARIO
SOBRE

GUÐRÚNARKVIÐA EN NÝJA

[473]

En este comentario nos referimos a Guðrúnarkviða en nýja como La balada de Gudrún, o donde no hay confusión posible como La balada; mientras que Völsungakviða en nýja se menciona como La balada de los völsungos. Como no hay partes en este poema, las referencias se hacen simplemente por el número de las estrofas.

El subtítulo «Dráþ Niflunga» significa «la muerte de los niflungos»: sobre este nombre ver La balada de los völsungos, VII. 8 y nota.

La relación de La balada de Gudrún con sus fuentes antiguas no es esencialmente distinta de la de La balada de los völsungos, pero en este caso las fuentes son abundantes en los poemas de la Edda, y la Völsunga Saga es bastante menos importante. En este contexto La balada de Gudrún es esencialmente una compleja mezcla de los poemas eddaicos Atlakviða y Atlamál, junto con algunas otras elaboraciones completamente independientes.

Mi padre dedicó mucho tiempo y reflexiones a Atlakviða, y preparó un comentario muy detallado (la base de conferencias y seminarios) sobre este texto extraordinariamente difícil. Es un poema que admiraba mucho. A pesar de su estado, «estamos en presencia», escribió, «de gran poesía que aún puede conmovernos como tal. Su estilo es universal y justamente alabado: conciso, terso, vigoroso, capaz de mantener, dentro de sus estrechos límites, caracterización. El poeta que lo escribió sabía cómo reproducir la atmósfera sombría y letal que exigía su [474] temática. Vive en la memoria como una de las partes de la Edda más cargadas de esa energía y fuerza demoníaca que se encuentra en la poesía en nórdico antiguo».

Pero el texto, tal como aparece en el Codex Regius, con sus líneas claramente corrompidas, defectuosas o ininteligibles, sus añadidos incompatibles, sus extrañas variaciones en métrica, ha provocado inevitablemente a lo largo de los años gran cantidad de análisis críticos discordantes. No obstante, en este aspecto no tengo que añadir más que el hecho de que mi padre interpretó el estado de Atlakviða como la reelaboración de un poema anterior, una reelaboración que a su vez ha experimentado «mejoras», añadidos, pérdidas, y desórdenes.

Tras Atlakviða en el Codex Regius aparece Atlamál, el más largo de todos los poemas heroicos de la Edda. Conociera o no el autor de este poema el Atlakviða (mi padre lo consideraba improbable) es decididamente posterior, y si cuenta la misma historia y conserva los mismos nombres, sin embargo ha sufrido una extraordinaria transposición imaginativa: podría decirse que la historia ha sido extraída de la Edad Heroica y restablecida de un modo completamente diferente. Respecto a esto, mi padre escribió: «Atlakviða parece conservar una versión de los hechos más primitiva, sin elaborar ni alterar. Sigue estando presente el gran reino de Atli, y los amplios conflictos de los antiguos días heroicos; las cortes son cortes de reyes poderosos: en Atlamál se han reducido a granjas. La geografía, vaga cómo no, es consistente: los niflungos cabalgan por pantanos, bosques y llanos para llegar hasta Atli (en Atlamál sólo parecen navegar por un único fiordo). Podemos apreciar también el antiguo y tradicional vin Borgunda de Gunnar, y el Myrkviðr (“Mirkwood”) especialmente asociado con antiguas historias de hunos» (ver las notas de La balada de los völsungos VII. 14 y 15). Pero en Atlamál, mientras que el antiguo «argumento» sobrevive, la sensación de un mundo arcaico y lejano, transmitido durante muchas generaciones, ya ha desaparecido. Y con ella el tesoro de los niflungos y la codicia de Atli.

3-4, 6Estas estrofas se hacen eco en su lenguaje de los versos que cantó Gunnar cuando llegó por primera vez a las estancias [475] de Gjúki, y usan varias de las mismas frases: ver La balada de los völsungos, VII. 14-15 y notas. Gunnar recordaba las anteriores guerras de godos y hunos (14), y las batallas donde «los señores borgundos se enfrentaron a la hueste de Budli», y mataron al hermano de Budli (15).

El recopilador del Codex Regius escribió un texto en prosa titulado Dráþ Niflunga, «la muerte de Los niflungos», evidentemente con la intención de servir como introducción al poema que sigue en el manuscrito, que es «Guðrúnarkviða en forna», La antigua balada de Gudrún. El texto comienza así:

Gunnar y Högni se apoderaron de todo el oro, el patrimonio de Fáfnir. En esa época hubo una pelea entre los hijos de Gjúki y Atli: éste los acusó de la muerte de Brynhild. Así se reconciliaron: le ofrecieron a Gudrún en matrimonio, y a ella le dieron a beber una pócima de olvido, antes de que consintiera en desposarse con Atli.

Aquí, como en La antigua balada de Gudrún, Brynhild es hija de Budli, y hermana de Atli. Como en la versión de mi padre, Brynhild no estaba relacionada con Atli, este elemento queda ausente de su Balada de Gudrún. Escribió: «No hay ningún rastro en Atlakviða de Brynhild y toda esa complicación, y, en cuanto al motivo, es aparente (aunque no explícito) que es la codicia de Atli y el tesoro maldito lo que subyace al fondo del problema.» Sobre la pócima de olvido, ver la nota a 17-28.

10-16Atlakviða y Atlamál no inician la historia hasta la llegada del mensajero de Atli ante los hunos. La fuente primaria de la historia de Gudrún tras la muerte de Sigurd es Guðrúnarkviða en forna (que cuenta que Sigurd no fue asesinado en su lecho, sino al aire libre, ver la nota a IX. 51-64 en La balada de las völsungos). En este poema Gudrún recuerda, lamentándose, y cuenta cómo fue y se sentó toda la noche junto al cadáver de Sigurd donde yacía en el bosque; a partir de ahí deambuló y llegó por fin a Dinamarca. Fue allí, con la hija de Thora Hákon, donde se tejió [476] el tapiz, y donde fueron a buscarla Gunnar y Högni, junto con Grímhild.

En La balada (estrofa 2) se dice que Gudrún «sin voluntad deambulaba / por los bosques sola», y cuando Grímhild y sus hijos la encontraron aún vivía sola, y tejía su tapiz en una «casa del bosque» (10).

En el breve texto (iii) referido a este poema en la p. 52 mi padre escribió: «Gudrún no se suicidó, pero durante un tiempo perdió la razón a causa de la pena. No quiso tratos con sus hermanos ni con su madre, y vivió apartada en una casa en el bosque. Allí, al cabo del tiempo, empezó a tejer un tapiz con la historia del tesoro del dragón y de Sigurd.» Así, la introducción del tapiz en el poema eddaico se convirtió en un subterfugio, con un contexto completamente diferente, para relacionar Guðrúnarkviða en nýja con Völsungakviða en nýja.

17-28Un elemento importante en Guðrúnarkviða en nýja que está ausente de La balada de Gudrún es la pócima de olvido que Grímhild ofrece a Gudrún con la intención de hacerla olvidar sus males y consentir el matrimonio con Atli. En el poema, seguido por la Saga, se dedican varias estrofas a la poción de Grímhild, y sus curiosos ingredientes se describen con profusión. Pero extrañamente, la poción no tiene ningún efecto sobre la mente de Gudrún: en los versos que siguen, ella resiste tenazmente las persuasiones de Grímhild; y se ha supuesto por regla general que las estrofas están desordenadas, ya que las que se refieren a la poción aparecen demasiado pronto.

Mi padre no aceptó esta explicación. Consideraba que la primera pócima de olvido, administrada por Grímhild a Sigurd, fue inventada «para explicar las dificultades surgidas por el compromiso previo de Sigurd y Brynhild» (ver p. 351). «Aquí tenemos de nuevo el mismo mecanismo, usado de forma deplorable; la mera repetición carece de gusto, las pócimas de Grímhild son demasiado poderosas o demasiado inanes: ¿por qué no dar también una a Atli, y hacerle olvidar el tesoro?» [477]

Le parecía muy probable que las estrofas relacionadas con la pócima de olvido de Grímhild fueran una interpolación de una mano posterior. En su Balada de Gudrún desaparece, y Gudrún (como se ve en la estrofa 28) se somete sin brujería a la fuerza de voluntad de su formidable madre. En la Saga sus últimas palabras a Grímhild fueron: «Entonces así debe ser, pero es contra mi voluntad; y no vendrá de ello ninguna alegría, sino más bien pesar.»

22El sueño de Gudrún se repite de La balada de los völsungos, VII. 2-4; los versos 5-8 de la presente estrofa, referida a Atli, se repiten de VII. 4, con cambios de «un lobo me dieron» a «un lobo me disteis».

23«Boot»: remedio.

24«Dreed»: sometido (como en La balada de los völsungos, VIII. 4).

29«Of gold he dreamed him»: «con oro soñaba»; parece ser una forma antigua de una forma impersonal del verbo «dormir». Estos versos reaparecen en la estrofa 33.

32-34En Atlamál la vida de Atli y Gudrún ha sido un horror de odio y disensión; las estrofas 32 y 34 de La balada sugieren más bien la historia entrevista en Atlakviða, donde, cuando Gudrún apuñala a Atli en su cama, se dice: «A menudo fueron mejores los caminos de amor, cuando ambos solían abrazarse ante su noble corte.» En La balada de Gudrún, Atli se presenta explícitamente como dividido entre su amor por Gudrún y su deseo del tesoro niflungo.

35En Atlamál (seguido por la Saga), Gudrún oyó lo que Atli y sus hombres decían en secreto; en La balada esto se sustituye por lo que oye a Atli murmurar en sueños.

36«Kith»: amigos, vecinos, iguales; de nuevo en estrofa 40. [478]

37-48Los elementos narrativos del mensajero huno y el anillo y las runas enviadas por Gudrún derivan de Atlakviða y Atlamál. El nombre Vingi es de Atlamál, pero «Frío sonó su grito» (38) procede de Atlakviða, donde el mensajero de Atli, allí llamado Knefröðr, kallaði kaldri röddu, «exclamó con voz fría», que como advirtió mi padre tiene un claro sentido «de mal presagio, odioso».

De Atlakviða proceden también los grandes regalos ofrecidos por Atli, y las palabras de Gunnar y Högni referidas a la invitación de Atli. En Atlakviða la advertencia de Gudrún toma esta forma, en palabras de Högni:

Hár fann ek heiðingja
riðit í hring rauðum.
Ylfskr er vegr okkar
at riða órindi.

(Encontré un pelo del que ronda los montes / envuelto en el anillo rojo. / Traicionero como un lobo es el camino para ti y para mí / si cabalgamos a esta misión.) Pero en Atlamál el pelo de lobo se elimina, y Gudrún envía un mensaje en runas, que Vingi altera antes de entregarlo.

En La balada de Gudrún ambos motivos se combinan (estrofas 44-45), y en esto mi padre seguía la Saga y la nota Dráþ Niflunga del Codex Regius. Este añade posteriormente que el anillo era Andvaranaut (que Sigurd le quitó a Brynhild y le dio a Gudrún: pero no es así en La balada de los völsungos, ver la nota a IX. 9-10).

40«Dight»: adornar, preparar.

42-58Presento aquí con más detalle la mezcla de fuentes, ya que muestra muy claramente el método narrativo de mi padre en este poema.

En Atlakviða, Gunnar le pregunta a su hermano por qué debe tentarlos la invitación de Atli si ellos mismos poseen grandes riquezas y armas (ver La balada estrofas 42-43), y Högni, sin replicar [479] directamente, habla del pelo del lobo entrelazado en el anillo de Gudrún. Sin más indicaciones directas de los pensamientos de Gunnar, éste toma de inmediato la decisión de ir, exclamando Úlfr mun ráða arfi Niflunga, «el lobo poseerá la herencia de los niflungos», si no regresa. En Atlamál, por otro lado, ni Gunnar ni Högni muestran ninguna vacilación. El mensaje rúnico que sustituye al pelo de lobo de Atlakviða no les causa ninguna inquietud. Sólo más tarde la esposa de Högni, Kostbera, examina las runas y percibe que han sido escritas encima de las talladas anteriormente; pero Högni no hace caso a su advertencia, igual que ignora sus sueños. Glaumvör, la esposa de Gunnar, tiene igualmente sueños opresivos, pero también Gunnar los ignora; y los hermanos parten a la mañana siguiente. Kostbera y Glaumvör aparecen sólo en Atlamál y no intervienen en La balada de Gudrún.

En la Saga se añade un nuevo elemento: Vingi, al ver que los hermanos se han emborrachado, les cuenta que Atli, ahora viejo, desea que sean los gobernantes de su reino mientras sus hijos son jóvenes (ver estrofas 51-52 de La balada). Por eso Gunnar decide ir, y Högni accede reacio, antes de que tengan lugar el examen atento de las runas y el relato de los sueños.

En La balada mi padre toma elementos de ambas baladas eddaicas y de la Saga, pero reestructuradas en el contexto, de modo que las implicaciones quedan un tanto alteradas. El desprecio de Gunnar al ofrecimiento de Atli y la advertencia de Högni sobre el pelo del lobo se conservan, pero Gunnar es ahora persuadido para aceptar la invitación por el significado ostensible del mensaje rúnico de Gunnar (45). Es Grímhild, no Kostbera, quien advierte que las runas han sido alteradas, y que el significado subyacente era otro, y esto lleva a Gunnar a decirle a Vingi que ahora no irá (49). Ésta es la ocasión para la seducción final de Vingi (51-52); y aunque Högni sigue sin convencerse del todo (53-54), Gunnar, que «mucho había bebido», grita repitiendo las palabras de Atlakviða, «¡Qué los lobos entonces tengan / la riqueza de los niflungos!».

La escena termina con un regreso a las runas: Högni observando [480] que, cuando deberían atender el consejo de Grímhild, la ignoran, y Vingi jurando, repitiendo sus palabras en Atlamál, que las runas no mienten. El carácter de Gunnar se mantiene: ver p. 52 (ii).

50«Rune-conner»: persona que estudia o examina las runas de manera minuciosa.

54«Fey seith my thought»: tomo, aunque de modo dudoso, la palabra «fey» con el sentido de «con presagio de muerte».

59«Pocos con ellos fueron»: en Atlakviða no hay ninguna mención a ningún acompañante de Gunnar y Högni; en Atlamál tenían tres, Snævar (mencionado en las estrofas 87-88 de La balada) y Solar, hijos de Högni, y su cuñado Orkning.

59-63En su viaje a la tierra de los hunos, como escribió mi padre acerca del texto de Atlakviða (ver p. 474), «los niflungos cabalgan por pantanos, bosques y llanos para llegar hasta Atli». La estrofa 62 deriva de Atlamál, donde se describe el furioso bogar de Gunnar y Högni y sus compañeros; pero en La balada no se pretende la localización escandinava de la escena de Atlamál, están cruzando el Danubio.

60«Fey»: destinado a morir.

62Versos 7-8: también esto deriva de Atlamál. Mi padre observó en una conferencia que el abandono del bote por parte de los niflungos, ya que no esperaban regresar, parece ser un detalle que pertenece a la forma más antigua de la leyenda cuando llegó al norte, ya que también se encuentra en el alemán Nibelungenlied.

65-67Aunque la gran corte de Atli tienen obviamente una concepción distinta a las granjas de Atlamál, que Högni golpee las puertas deriva de allí, igual que la muerte de Vingi, aunque en Atlamál lo abaten con hachas. [481]

68-92En Atlakviða no hay ninguna lucha cuando Gunnar y Högni llegan a las estancias de Atli. Gudrún recibe a sus hermanos cuando entran y les dice que han sido traicionados. Gunnar es apresado y encadenado de inmediato (y es aquí donde se le llama vin Borgunda, «señor de los burgundios», el único detalle superviviente en la literatura nórdica antigua de los orígenes burgundios de los gjúkings: ver p. 338, nota sobre VII. 15). Högni mató a ocho hombres antes de ser capturado.

En Atlamál, por otro lado, como en la alemana Nibelungenlied, hay un feroz combate a la llegada de Gunnar y Högni, y en este poema Gudrún sale del salón y recibe fuera a sus hermanos, toma parte en la lucha y mata a dos hombres ella misma. La lucha dura toda la mañana y dieciocho de los hombres de Atli mueren antes de que Gunnar y Högni sean capturados. Entonces Atli habla y lamenta su matrimonio y la pérdida de sus hombres.

En La balada esta parte de la narración se extiende más allá de lo que se cuenta en las baladas eddaicas o en la Völsunga Saga. La Saga introduce la idea de una pausa en la lucha, que no se encuentra en Atlamál, cuando Atli habla de su pérdida y su maldad, antes de que la batalla continúe y los hermanos se abran paso hasta el salón (cf. estrofas 71 en adelante en La balada). Pero tras la feroz lucha, Gunnar y Högni son hechos prisioneros, mientras que en La balada el resultado del ataque es que tienen a Atli a su merced, y Gudrún los persuade para que lo muestren.

La balada se aleja de Atlamál en el retrato de Gudrún, quien naturalmente no se presenta como una feroz mujer-guerrero; y se introduce un elemento completamente nuevo con la presencia de guerreros godos en la corte de Atli (83), a los que Gudrún llama pidiendo ayuda y que se alzan contra sus amos hunos (81-6); ver la nota a 86.

68Budlungos: hombres de Budli (padre de Atli).

80«Un lobo me dieron»: ver la nota a la estrofa 22.

«En mala hora»: ver la nota a La balada de los völsungos, IX. 29. [482]

86La introducción en La balada de los godos de la corte de Atli como nuevos aliados de los burgundios lleva a estas referencias a antiguos nombres godos recordados en las baladas antiguas. Esta estrofa es una innovación de mi padre.

Iormunrek (Jörmunrekkr) era la forma nórdica del nombre de Ermanarico, rey de los ostrogodos, la rama oriental del pueblo godo, que habitaban en las llanuras del sur de Rusia en el siglo IV. El vasto dominio de Ermanarico se extendía sobre muchas tribus y pueblos desde el mar Negro hasta el Báltico al norte; pero hacia el año 375, en su vejez, se quitó la vida ante el primer abrumador ataque de los nómadas de las estepas asiáticas, los hunos, que causaban terror con su salvajismo y su aspecto. La canción de Gunnar se remonta a esa época lejana, igual que sus dotes como cantor en el festín celebrado en honor de Sigurd en los salones de Gjúki (La balada de los völsungos, VII. 14); el verso «rey de tierra sombría» de esta estrofa sin duda se refiere a la enormidad del imperio de Ermanarico.

En los siglos que siguieron, Ermanarico se convirtió en una poderosa figura en las leyendas de los pueblos germano-parlantes, su nombre oscurecido por las malignas acciones que acompañan su fama. En las pocas huellas de la leyenda heroica en inglés antiguo que sobreviven se le recuerda como wrað wærloga, «cruel y sin fe», y en el poemita titulado Deor aparece en estos versos:

We geascodon Eormanrices
wylfenne geþoht:ahte wide folc
Gotena rices:þaet wæs grim cyning.

(Hemos oído de la mente lobuna de Ermanarico: dominó ampliamente el reino del pueblo de los godos: fue un rey cruel.)

Los nombres de los versos 5-8 derivan de La batalla de los godos y los hunos, un poema nórdico muy antiguo e incompleto que aparece en Heiðreks Saga (también llamada Hervarar Saga), que es considerado como el transmisor de los recuerdos de los primeros ataques hunos a los godos, con los nombres antiguos conservados en una poesía tradicional. [483]

De estos nombres, Angantýr es un rey godo; y Dúnheiðr, escena de una gran batalla, probablemente contiene el nórdico Dúna, el Danubio. «Orillas del Danpar», en la canción anterior de Gunnar (La balada de los völsungos, VII. 14), y «murallas de Danpar» en esta estrofa derivan del nórdico Danparstaðir, un superviviente del nombre godo del río Dnieper. Sobre su aparición en Atlakviða mi padre advirtió en su conferencia que era «una reminiscencia, probablemente, del poder godo y su esplendor en los días anteriores a la caída de Ermanarico».

87Snævar en Atlamál es como se llama a uno de los hijos de Högni (nota a 59).

91«Ruth»: pena, arrepentimiento.

93-112Esta parte de La balada es completamente independiente de las fuentes nórdicas. Atli, tras ser liberado, pide refuerzos (93), mientras los niflungos contienen las puertas del salón (95), y aquí aparece la tradición germana de la leyenda, pero fuertemente influenciada por el fragmento poético en inglés antiguo conocido como The Fight at Finnsburg (que en sí mismo no está conectado para nada con la leyenda niflunga). Sobre las estrofas 96-99 puede verse el inicio de The Fight at Finnsburg (traducida al inglés por Alan Bliss, citada en Finn and Hengest, de J. R. R. Tolkien, ed. Bliss, 1982, p. 147):

«… tejados están ardiendo»

Habló Hnæf, el joven rey guerrero: «Ni es el amanecer del este, ni hay un dragón aquí volando, ni están los tejados ardiendo; no, mortales enemigos se acercan con armadura dispuesta. Los pájaros cantan, los lobos aúllan, chocan las lanzas, los escudos responden a las flechas. Ahora que esta luna brilla, deambulando tras las nubes, hechos terribles comienzan, que traerán amargo fin a esta bien conocida enemistad en el pueblo. ¡Despertad ahora, mis guerreros! ¡Coged vuestras cotas de malla, pensad en hechos valerosos, comportaos con orgullo, sed decididos!» [484]

En La balada se dice que la lucha duró cinco días (102). Lo mismo se dice en The Fight at Finnsburg.

Es interesante ver que en las notas de conferencias sobre el Nibelungenlied mi padre escribió «comparar Finnsburg» con su referencia a la escena en que Hagen (Högni) y su poderoso compañero Volker el Trovador guardaban de noche las puertas del salón donde los burgundios se acuartelaban, y veían en la oscuridad el brillo de los cascos. Así, también escribió lo siguiente acerca del poema en inglés antiguo en Finn and Hengest (edición mencionada antes, p. 27): «El fragmento comienza con el “joven rey” contemplando el ocaso, como brillan los cascos cuando el salón donde duermen es atacado en el Nibelungenlied

La tradición germana está de nuevo presente en la quema del salón donde son asediados los niflungos. Pero en el Nibelungenlied, y en la Thiðrekssaga noruega del siglo XIII basada en antiguos relatos y canciones germanos del norte, la motivación es completamente diferente, pues fue Kriemhild (Gudrún en la leyenda nórdica) quien inspiró la invitación a Hunland, para vengarse de Günther y Hagen (Gunnar y Högni) por el asesinato de Siegfried (Sigurd). Fue Kriemhild quien dio la orden de prender fuego al salón donde dormían los nibelungos; mientras que en La balada de Gudrún es un tal Beiti, consejero de Atli, quien instiga el incendio (105). Pero el detalle de los guerreros atrapados bebiendo sangre de los cadáveres (109) deriva de Nibelungenlied.

En Atlakviða Gudrún incendia el salón al final del poema, tras el asesinato de Atli y sus hijos, y esto aparece al final de La balada de Gudrún (153).

105 El nombre Beiti deriva de Atlamál, donde es el criado de Atli (ver nota a 118-131).

112 En inglés, «the Need of the Niflungs». «Need» se escribe con mayúsculas porque la frase repite las últimas palabras de Nibelungenlied: «Aquí termina la historia; esto fue der Nibelunge not». La palabra not, que es en origen la misma que el inglés need, se refiere al terrible final de los nibelungos. [485]

113-116El tratamiento de Atli hacia Gunnar encadenado ante los ojos de Gudrún, mientras se burla de ella por la venganza de Sigurd ahora conseguida, no se encuentra ni en los poemas eddaicos ni en la Völsunga Saga, pero es el origen del «odio implacable» de Gudrún (133) y de su acción desquiciada y salvaje tras la muerte de sus hermanos: hace su demanda por las vidas de sus hermanos (116) en la forma de «por Erp y Eitill / nuestros propios hijos» (y en 120 «¡por aquellos nacidos de nosotros!»).

114 «La venganza del budlungo»: la venganza de Atli, hijo de Budli.

118-131En Atlakviða, cuando se le pregunta a Gunnar si compraría su vida con oro, replica que «el corazón de Högni debe yacer en mi mano». Arrancan en cambio el corazón de un tal «Hjalli el cobarde», y se lo presentan a Gunnar, quien sabe que no es el corazón de Högni, porque tiembla; pero de ningún modo se explica por qué hacen esto. Arrancan el corazón de Högni, y Gunnar sabe que es suyo, porque apenas tiembla. En Atlamál es Atli quien ordena arrancarle el corazón a Högni, pero Beiti, el criado de Atli, sugiere que tomen en cambio el corazón de Hjalli el cocinero y porquero, y salven a Högni; se apoderan de Hjalli, que grita, pero Högni intercede por él, diciendo que no puede soportar el ruido, y que prefiere «jugar este juego yo mismo». Entonces Hjalli es liberado, y dan muerte a Högni, y no hay ninguna mención a la historia de los dos corazones.

En la Saga se combinan burdamente ambas cosas: Atli ordena que arranquen el corazón de Högni, un consejero de Atli propone la sustitución de Hjalli, Högni intercede por él; Atli le dice entonces a Gunnar que sólo puede comprar su vida revelando dónde se encuentra el tesoro, Gunnar replica que primero debe ver el corazón de Högni, y así se apoderan de nuevo de Hjalli y le arrancan el corazón, y el resto de la historia es como en Atlakviða.

En La balada de Gudrún las fuentes se mezclan con más habilidad: es Gunnar quien exige ver el corazón de Högni, como en Atlakviða, pero se proporciona una explicación (121) para el ataque [486] anterior a Hjalli el porquero: «hombres sabios le dieron / cauto consejo» (le dijeron a Atli que tuviera cuidado), temiendo la ira de la reina. Högni no intercede por Hjalli, y simplemente expresa disgusto por los gritos; y no se da ninguna oportunidad al porquero.

120 «¡De su temperamento de troll / verdaderas eran las palabras!» Atli se refiere, creo, a las palabras de Gunnar (118), referidas a Högni y el oro: «Hasta su último aliento / no lo soltará.»

122 «Woe worth the wiles»: «malditas las artimañas», maldición sobre las artimañas; cf. «Woe worth the while» («dolor causa el momento») en La balada de los völsungos IX. 29 y nota.

124 «Liever»: más aceptables.

128-130En Atlakviða, cuando le presentan a Gunnar el corazón de Högni, el primero declara: «Siempre tuve una duda, mientras los dos vivimos; pero ahora no tengo ninguna, pues sólo yo vivo. El Rhin poseerá el oro que agita a los hombres a la lucha, la herencia de los niflungos. En las turbias aguas brillarán los fatales anillos, en vez de brillar el oro en las manos de los hijos de los hunos.»

El momento de arrojar el oro al Rhin no se menciona en Atlakviða (sí lo hace La balada, 130, verso 5, «a las profundidades lo arrojamos»), y esto lleva a la conclusión de que Gunnar prefería ver el tesoro ahogado en el Rhin que adornando a los hunos. Mi padre lo rechazaba, por varios motivos: la sintaxis del pasaje; la declaración de Snorri Sturluson en la Edda Prosaica de que «antes de que ellos [Gunnar y Högni] partieran de su tierra ocultaron el oro, la herencia de Fáfnir, en el río Rhin, y desde entonces ese oro no se ha encontrado»; y las referencias en el Nibelungenlied al hundimiento del tesoro en el Rhin. Pensaba que era probable que ya formara parte de la leyenda cuando llegó al norte.

También advirtió que la respuesta a la pregunta de qué importaría si Högni vivía o moría, si el tesoro estaba en el Rhin debía ser que Högni era el único conocedor del secreto de dónde estaba en el gran río; así, en la Völsunga Saga, Gunnar dice: «Y ahora [487] sólo yo sé dónde está el oro, y Högni no os lo dirá», y Snorri dice «desde entonces ese oro no se ha encontrado». Mi padre escribió: «Sin duda podría haber sido recuperado, si se supiera dónde buscar.» Creía de todas formas que el episodio era una elaboración posterior (la llamó «dramático-teatral»), que no encajaba perfectamente con el motivo del oro del Rhin: ver la nota a 148-150.

130 versos 5-8: compárense con los versos de cerca del final de Beowulf, 3166-8:

forleton eorla gestreoneorðan healdan,

gold on greote,þaer hit nu gen lifað

ealdum swa unnyt,swa hit æror wæs.

(Dieron la antigua riquezaal cuidado de la tierra,

bajo piedra el oro,donde allí aún habita

tan inútil para los hombrescomo demostró antaño.)

(De una versión aliterativa de mi padre de los versos 3137-82 de Beowulf)

132-140En Atlamál se dice, y lo repite Snorri, que Gunnar, en el pozo de las serpientes, tocó el arpa con los pies, una idea que debe surgir tras la observación de que estaba atado, como se cuenta en Atlakviða (y en La balada, 113). En La balada, siguiendo a Atlakviða, Gunnar usa las manos. Otras características de este episodio de La balada derivan de la Saga: que Gudrún le envió el arpa (135), que la música hizo dormir a las serpientes (136), y que finalmente murió por la mordedura de una enorme víbora (139).

141-147Las grandes piras funerarias no aparecen en los poemas eddaicos, pero la venganza de Gudrún sobre Atli se cuenta en ambos: el mismo horrible motivo que aparece en la leyenda griega de Procne, contada por Ovidio en Las metamorfosis, quien por venganza mató a su propio hijo Itys y dio a comer su carne a su marido, Tereo, rey de Tracia. [488]

142 Los versos 5-8 se repiten casi exactamente como en la primera estrofa del poema, donde se refieren a la pira de Sigurd y Brynhild.

148-50He dicho (p. 474), que mi padre «interpretó el estado de Atlakviða como la reelaboración de un poema anterior, una reelaboración que a su vez ha experimentado “mejoras”, añadidos, pérdidas, y desórdenes». Creía que tanto el «episodio Högni-Hjalli» (ver nota a 118-131) como la venganza de Gudrún sobre Atli a través de sus propios hijos fueron elaboraciones posteriores del «poeta de Atlakviða» sobre el poema más antiguo que estaba rehaciendo.

Esta última parte de Atlakviða, siempre difícil de interpretar en los detalles de su lenguaje, es del todo inteligible en general, lógica o psicológicamente. Según cuenta, Gudrún va a ver a Atli cuando éste regresa de dar muerte a Gunnar en el pozo de las serpientes, y le da la bienvenida al festín con una copa dorada (cf. La balada, estrofa 145), lleva bebida y comida a la asamblea reunida, atiende a Atli… y entonces declara con terrible claridad lo que ha hecho y lo que ellos están haciendo. Un gran grito de horror y ruido de llanto surge de los asientos, pero Gudrún no llora: «ella repartió oro, con anillos rojos enriqueció a los hombres de su casa… Sin sospechar, Atli había bebido divertido; armas no tenía, no era consciente del plan de Gudrún». Luego sigue con el asesinato de Atli en su cama por parte de Gudrún, antes de que ésta prenda fuego al salón.

«¿Por qué el reparto de oro, cuando Gudrún no necesitaba ninguna ayuda ni favor, ni podía esperarse de una asesina confesa de príncipes? ¿Por qué la necedad de que Atli no sospechara de Gudrún?», escribió mi padre.

Su solución tentativa fue suponer que aunque la muerte del hijo, o hijos, de Atli pudo haber sido una {jarte muy antigua de la leyenda, no era originalmente una parte esencial de la venganza de Gudrún. «La forma en que aquí la encontramos enlazada —escribió— es sin duda un desarrollo nórdico, y el final de un largo proceso.» [489] Es probable que no estuviera presente en la «fuente original» de Atlakviða, y que su introducción y mezcla con el tema principal de la venganza fuera obra del poeta de la Atlakviða.

Supuso que en una forma anterior la historia habría pasado, tras el festín funerario, al verso que describe el reparto de oro de Gudrún, que en este caso sería interpretado de manera natural como la continuación de su pretensión de alegría, y aceptación, distribuyendo ricos regalos para evitar recelos. Entonces Atli, «sin sospechar» (porque no tenía motivos para hacerlo), se fue a la cama muy borracho (éste es uno de los elementos más antiguos de toda la historia, ver Apéndice A, pp. 501-02). Pero cuando el motivo de los niños asesinados apareció, tuvo que ser necesariamente introducido en el festín funerario. Las estrofas referidas arriba fueron conservadas, pero no encajaron bien con la inserción («¿Por qué el reparto de oro? ¿Por qué la necedad de Atli?»).

En su Balada de Gudrún mi padre ideó un remedio para esto en el desmayo de horror de Atli, que causa que sus criados lo lleven a la cama (148-149).

El autor de Atlamál mira aquí de pronto hacia una tradición que dice que Högni tenía un hijo que se vengó de Atli, y dice (y la Saga lo sigue) que este hijo, que no ha sido mencionado previamente en el poema, ayudó a Gudrún en el asesinato. Como era de esperar, esto no tiene cabida en La balada de Gudrún.

152-154El incendio del salón por parte de Gudrún deriva de Atlakviða: ver nota a 93-112.

156 Los versos 5-8 son casi los mismos que los últimos versos de La balada de los völsungos (IX. 82), y se convierten también en los últimos versos de La balada de Gudrún (estrofa 165) antes de las palabras de despedida del poeta a su público.

157-165 En una nota escrita lápiz en el manuscrito mi padre escribió que toda la conclusión del poema a partir de la estrofa 157 debía omitirse y que sólo debía conservarse la estrofa final 166. [490] Sin embargo, las líneas con que marcó el manuscrito muestran que la omisión se extendía sólo hasta la estrofa 164, de manera que los cuatro últimos versos de 156 son iguales que los cuatro últimos de 165 que le sigue a continuación.

159-165Los versos dedicados a Gudrún sentada junto al mar están inspirados por el poema eddaico tardío Guðrúnarhvöt, pero hay pocas semejanzas. La parte final de esa breve balada es uno de los diversos Lamentos de Gudrún, pero incluye su pena por el elemento final de la leyenda nórdica, que mi padre excluyó para su propósito en estos poemas.

En Guðrúnarhvöt, Gudrún cuenta que intentó ahogarse en el mar, pero las olas la rechazaron (como en La balada de Gudrún, 158), y su historia no termina. Anteriormente, una leyenda de los godos completamente distinta y muy antigua se unió al atractivo tema niflungo. Esta leyenda se refiere a la muerte del rey ostrogodo Ermanarico (ver nota a 86) a manos de dos hermanos, en venganza por el asesinato de su hermana; y la hermana, Swanhild (Svanhildr), se convirtió en la esposa de Ermanarico y en la hija de Sigurd y Gudrún, sus hermanos (Hamðir y Sörli) fueron los hijos de Gudrún en su tercer y último matrimonio con un rey sombrío llamado Iónakr.

Al principio de La balada de Gudrún, cuando Gunnar canta sobre los antiguos hechos godos (86), menciona a Iormunrek (Ermanarico); y esto muestra en sí mismo que mi padre apartaba la leyenda goda de su poema niflungo, y colocaba a Iormunrek en un contexto histórico, pues en la historia Ermanarico murió unos sesenta años antes que Gundahari (Gunnar), rey de los burgundios.

Sólo en Guðrúnarhvöt hay referencia en la literatura nórdica al modo en que muere Gudrún (autoinmolación en una pira funeraria); pero en La balada de Gudrún ella murmura su lamento, y al entregarse de nuevo a las olas, esta vez es aceptada.

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