Inamoviblemente fijos, el fiero sol y las estrellas, que no parpadeaban, contemplaban a la Star Queen, que en la grandiosa escala de los asuntos cósmicos se encontraba tan inmóvil como ellos.
Para un observador ingenuo no había modo de saber que la minúscula molécula modelo que era la nave espacial había alcanzado su velocidad máxima con respecto a la Tierra, y que estaba a punto de desencadenar un gran empuje masivo para frenarse a sí misma dentro de una órbita de estacionamiento cercana a Port Hesperus. Desde luego, no había ninguna razón para que un observador en la escala cósmica sospechase que la Star Queen tuviese nada que ver con decisiones inteligentes o con la vida…
… hasta que la compuerta principal situada en lo alto del módulo de mando se abrió y las luces del interior resplandecieron con cierto color amarillo en la fría oscuridad. Durante un momento el redondo círculo de luz flotó extrañamente dentro de la sombra negra de la nave descendente; luego se eclipsó bruscamente al tiempo que dos figuras humanas salían flotando de la nave.
Una de las dos voluminosas figuras se mostraba activa, la otra pasiva. Algo no fácil de percibir ocurrió en las sombras; luego la figura pasiva comenzó a moverse, poco a poco al principio, pero aumentando la velocidad rápidamente. Salió despedida de la sombra de la nave y se adentró de lleno en el resplandor del sol. Y ahora el observador cósmico, de habérsele proporcionado un telescopio potente, habría podido notar la botella de nitrógeno amarrada a la espalda, cuya válvula evidentemente había sido dejada abierta… Un cohete rudimentario, pero efectivo.
Dando vueltas lentamente, el cadáver —pues eso es lo que era— fue menguando al contraluz de las estrellas para finalmente desaparecer por completo en menos de un minuto. La otra figura permaneció inmóvil ante la compuerta abierta, mirando cómo desaparecía. Luego la escotilla exterior se cerró, el círculo de brillo se desvaneció y únicamente la luz del sol reflejada en el planeta Venus continuó brillando en la ensombrecida pared de la nave.
En las inmediaciones de la Star Queen, nada significativo sucedió durante los siguientes siete días.