«Redundará en ventaja de toda la Iglesia y de vuestro Imperio el que en todo el orbe no prevalezca más que un solo Dios, una sola fe, un único misterio para la salvación del hombre y una sola confesión».
Carta del papa LEÓN I (440-461)
al emperador LEÓN I.
«Hay dos principales poderes para regir el mundo: la sagrada autoridad de los pontífices y el poder imperial. De los dos, el de los sacerdotes es tanto más importante cuanto que tiene que rendir cuenta al Señor, ante el juicio divino, de los mismos reyes».
PAPA GELASIO I (492-496).
«Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados los mansos, porque ellos poseerán la tierra. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados…»
JESÚS DE NAZARET (Mt 5,3-5).
«Cristo predicó el reino de Dios, pero vino la Iglesia».
ALFRED LOISY,
especialista en estudios bíblicos
e historiador de las religiones (1902).