NOTAS

[1] Llevé a cabo un trabajo similar en el terreno histórico al publicar El Egipto de los grandes faraones. Librarie Academique Perrin, 1982 y France Loisirs, 1983 (versión castellana de Amparo Hurtado,El Egipto de los grandes faraones. Ediciones Martínez Roca. 1988). <<

[2] Las fechas son aproximadas. <<

[3] Papiro de Leningrado, 1116 A. recto, pp. 116-118. <<

[4] Véase en los anexos una lista de las principales divinidades con sus características y sus atribuciones. <<

[5] Para completarlo, hay que citar también el demótico, una nueva forma de lengua y escritura, más estilizada aún que la hierática. El demótico aparece en la XXVI dinastía y se emplea hasta el siglo III d. J. C. El copto es la última forma de egipcio; comprende numerosos dialectos y nace a comienzos de nuestra era, utilizando el alfabeto griego y algunas raíces del egipcio antiguo. El copto sirve, todavía hoy, de lengua litúrgica. <<

[6] Existen lo que se denomina técnicamente las semiconsonantes, como (caña) que se transcribe con una I; en realidad, no se trata de nuestra i-vocal, sino de una iod cuya pronunciación se desconoce. <<

[7] Digamos algunas palabras sobre la más antigua ciudad santa de Egipto. Heliópolis, la ciudad del Sol, cuyo nombre egipcio significa «la del Pilar». Se hallaba al nordeste de El Cairo, cerca de Matarich. Allí se levantaba el más venerable de los templos de Egipto, el de Ra, del que nada subsiste. En Heliópolis se concibió, sin duda, la religión egipcia. El sumo sacerdote de Heliópolis era el «mayor de los Videntes», el que se dirigía a la divinidad de luz en su aspecto mis elevado y abstracto. Heliópolis nunca tuvo importancia económica; era el corazón sagrado de Egipto, adonde todos los faraones debían dirigirse para recibir una enseñanza referente, en particular, a la creación del mundo. El filósofo griego Platón permaneció mucho tiempo allí, recogiendo de los sabios muchas informaciones que utilizó en sus obras. <<

[8] Con la excepción de que hemos hablado de la pirámide de Unas, que es posterior a las pirámides de Gizeh. <<

[9] Cifras hipotéticas. Probablemente las medidas no son del todo exactas. Serian necesarios nuevos cálculos, que se están realizando en la actualidad. <<

[10] En algunos casos, el pozo se ha excavado oblicuamente y su acceso está situado delante de la mastaba. <<

[11] Un molesto problema: la tumba no es siempre accesible a los visitantes. <<

[12] Esta mastaba suele citar cerrada. <<

[13] Su vasta superficie es, en ocasiones, un problema, pues a veces algunas salas de esta mastaba se utilizan como almacén, por lo que quedan cerradas al público. <<

[14] El faraón seguía un itinerario preciso: por la mañana, abandonaba su palacio para dirigirse al templo donde era purificado. Acudía a una sala (cerca del obelisco de Hatsepsut) donde recibía las dos coronas. Venía luego el rito del «ascenso real», es decir la iniciación del faraón en los grandes misterios. Pasaba la puerta del quinto pilón, se dirigía a la derecha, entraba en un naos que contenía una estatua de Amón cuyo pedestal subsiste. El dios investía al rey con su poder. Luego, el faraón era reconocido como tal mediante aclamaciones. <<

[15] Se admite que el plano de base del gran templo de Amón iba del cuarto pilón, que servía de entrada, hasta el patio del Imperio Medio, situado ante la sala de festejos de Tutmosis III. Luego, el templo se desarrolló en varias direcciones. <<

[16] Se dedicará una mirada particular al museo al aire libre instalado al norte del gran patio, cerca del primer pilón al que, por desgracia, no se puede acceder sin autorización.

Hay allí numerosísimos bloques hallados en el paraje y, sobre todo, dos monumentos excepcionales: la capilla blanca y la capilla roja. Fueron cuidadosamente desmontadas para ser colocadas en los fundamentos de un pilón. No era una destrucción sino una especie de enterramiento de los monumentos, destinados a servir de base a los futuros edificios.

Así, volviendo a montar y reconstruyendo el quiosco de Sesostris I, la «capilla blanca», piadosamente hundida en el tercer pilón, el arquitecto Henri Chevrier restituyó una pura obra maestra del Imperio Medio. El pequeño edificio, verdadera sonrisa de piedra, tan encantadora es su elegancia, está colocado sobre un zócalo. Se asciende a él por dos rampas, que servían de correderas para subir y bajar la barca sagrada instalada en un altar, en el centro del paraje. Los jeroglíficos de la capilla blanca están entre los más hermosos que grabaron nunca los egipcios. Sus relieves muestran una lista geográfica que denomina provincias con sus características y admirables escenas de ofrendas al dios Amón-Min, síntesis de Amón, señor de Karnak, y de Min, el señor de la fecundidad al que le estaba consagrada, en especial, la lechuga. Min presenta la particularidad de ser itifálico, como dicen los eruditos: tiene el sexo levantado en una perpetua erección. Por la acción de Min la naturaleza se desarrolla y ofrece a los hombres su alimento. Es el fuego sagrado contenido en los vegetales, la forma particular de Amón envuelto en un sudario, que no es signo de muerte sino de descomposición y renacimiento, como le ocurre al grano de trigo, un guardián vela por la capilla blanca: el león. Gracias a él, el agua de lluvia no daña el edificio pues su cabeza sirve de gárgola. Además, al tener los ojos siempre abiertos el león aleja a los indeseables.

La «capilla roja» es otro milagro. Su descubrimiento, en bloques disociados nos permitió conocer una obra maestra de la reina Hatsepsut. El monumento se construyó en su mayor parte con cuarcita roja, de ahí nombre. Ofrece informaciones de gran importancia sobre las fases de la procesión de la barca y sobre ritos menos conocidos. Esta capilla sirvió de santuario de la barca en el sanctasanctórum de Karnak. Fue desmontada y sustituida por un edificio de granito. <<

[17] Al norte y al sur del gran patio se levantan varias esfinges. Se colocaron allí cuando se construyó el patio. Antes, formaban la continuaban de la avenida de esfinges que precedía el primer pilón y llegaba a la hipóstila. <<

[18] En el plano, n.º 22 = el séptimo pilón; n.º 23 = el octavo pilón, cuyos relieves reproducen el intento de tomar el poder por parte de los sacerdotes de Amón, usurpando el poder real; el noveno pilón = n.º 24 y el décimo= n.º 25 en el plano, son obra de Horemheb. Se construyeron con piedras procedentes de los monumentos de Ajnatón. Los textos explican que Horemheb, de acuerdo con la tradición, restableció el orden en un país arruinado y restauró los templos abandonados. No concedamos demasiada importancia histórica a estas afirmaciones, pues la misma situación simbólica se reproducía a la muerte de cada faraón. <<

[19] Utilizando una escalera moderna. Las antiguas escaleras, al que buena parte de la construcción de adobe, han desaparecido. <<

[20] Detalle «técnico»: cada tumba está teóricamente cerrada con llave. La llave está en poder de un guardián, último eslabón de una larga y compleja jerarquía administrativa. Cuando la tumba está cerrada, no siempre es posible encontrar al guardián y su llave. <<

[21] Existe también un templo en Dayr al-Madina, que data de la época tolemaica. Fue construido en el siglo III a. J. C., en honor de la» diosas Hator y Maat, soberanas de la alegría celestial y de la armonía del mundo. Se veneraban también a Imhotep, el Maestro de Obras de Saqqara y Amenhotep, hijo de Hapu, el de Luxor. El templo es un edificio de gres, de modestas dimensiones (15 x 9 m), que estaba rodeado por una cerca y flanqueado por una sala abovedada que servía de almacén. El templo se convirtió en convento a comienzos de la era cristiana, pues los monjes no se sintieron molestos con la vecindad de las diosas y encontraron que los locales les convenían. Un portal, una sala con columnas, un pronaos y tres capillas: la planta es sencilla. Diosa del cielo, de la alegría, soberana de la fiesta y de la danza. Hator está vinculada al Siete, número sagrado de la mujer y del proceso vital. Las siete diosas Hator son unas hadas que determinan el destino del ser en su nacimiento. El simbolismo de los números es, por otra parte, una característica de esta capilla, en cuyo interior figuran los ocho simios sagrados de Hermópolis (la ciudad del Ocho) que rodean a un escarabeo, el símbolo de la perpetua mutación del espíritu. Por lo que al Cuatro se refiere, está encarnado en cuatro toros como numero de la estabilidad. En la interesantísima capilla de la izquierda, descubrimos una escena inesperada en un templo: la del pesaje de las almas, reservada a las tumbas o a la ilustración de papiros. Es decir, que aquí celebraban algunos rituales iniciáticos, cuyos textos se encuentran en el Libro de los muertos. La presentación del sol verde (que el dios Anubis muestra al dios Min, señor de la fecundidad) señala el paso de las tinieblas a la nueva luz. <<

[22] También han desaparecido el embarcadero, el vergel de la diosa, los establos de las vacas sagradas, la Casa de la Vida, las viviendas para los sacerdotes y los talleres. <<

[23] Es el lejano origen de la expresión In vino veritas, «la verdad está en el vino». <<

[24] Lista de las once capillas, de izquierda a derecha mirando al sanctasanctórum: (1) cámara de la renovación de las formas; (2) morada del parto; (3) capilla de Sokaris; (4) cámara del nacimiento de Horas que une las Dos Tierras, halcón y serpiente a la vez; (5) capilla del agua primordial; (6) capilla del sistro; (7) gran capilla; (8) capilla del fuego; (9) trono de Ra, capilla de la luz; (10) capilla del collar-menat (11) capilla de la purificación. <<

[25] Dos criptas superiores, a ambos lados de la escalera que lleva hasta el techo; tres medianeras, a nivel del suelo; siete subterráneas. No todas son visibles. <<

[26] Sus vestigios se hallan delante del templo, a la izquierda. <<

[27] He aquí el detalle de estas capillas con los números necesarios para orientarse en el plano: las cámaras de las telas (n.º 15); el trono de los dioses o sala de la Enéada (n. 16); la «tumba» o cámara de la cripta (n.º 17); el palacio del Sertor (n.º 18) y la capilla de la cripta (n.º 19) forman las tres partes de un templo de Osiris en el interior del templo de Horus; «la capilla de Mesen» (n.º 20) contenía una barca, pero también emblemas sagrados, forjados sin duda por Horus, y constituía la «cuna» de la potencia divina, situada tras el sanctasanctórum; la «capilla de la pierna», dedicada a Khonsu (n.º 21); la capilla de Hator (n.º 22); la capilla de Ra (n.º 23); la capilla del trono (n.º 24) consagrada a distintos aspectos del fuego divino. En total, diez, capillas que corresponden a lo que Pitágoras, iniciado en los misterios egipcios, denominó la teiraktis, conjunto simbólico que explica el funcionamiento del mundo. <<

[28] El dios Horus de Kom Ombo tenía como mujer a la «hermana perfecta» y su hijo era el «señor del doble país». La esposa de Sobek era Hator y su hijo Khonsu. <<

[29] Los textos indican que Kom Ombo es el área del halcón, el pozo del cocodrilo, el cubil del león y el establo del toro. El templo reúne las cuatro potencias que crean el cosmos. <<

[30] El Museo se encuentra en la plaza de la Liberación (El-Tahrir), cerca de los grandes hoteles. Está abierto de 9 a 17 horas todos los días. <<