AGRADECIMIENTOS

Aunque escribir es el esfuerzo más solitario, el proceso de terminar un libro y prepararlo para su publicación es una tarea colectiva. Hace falta un pueblo para publicar un libro. No hay tiempo ni espacio suficientes para dar las gracias a todas las personas que han aportado su generosa inspiración, apoyo y estímulo durante este difícil período de terminar el libro. Espero que los que me han acompañado en este camino sepan cuánto les quiero y valoro, aunque el espacio no me permita citar los nombres de todos.

El tiempo vuelve, de eso estoy segura, y las siguientes personas me lo han demostrado con su presencia mágica y poderosa en mi vida y mi trabajo. Creo que todos son miembros de mi «familia espiritual», y espero que me vean a la misma luz. Como dice el Libro del Amor, quienes se recuerdan y reconocen mutuamente gozan de una bendición sin igual. Vaya para ellos mi eterna gratitud, pues ya me han bendecido de esta manera.

Mi vida personal está centrada en la familia, y es la mía la que hace posible este trabajo en todos los niveles. Mi pasión y agradecimiento para mi marido Peter, que siempre será el primero: mi primer amor, mi primer lector y crítico (un trabajo con frecuencia ingrato) y mi primera línea de apoyo. Nuestros tres hermosos muchachos son la prueba viviente del poder del amor. Dios puede estar orgulloso de ellos. A mis padres, que me apoyan todos los días de mi vida y me dan todo, les ofrezco todo mi amor y gratitud, que también extiendo a mis hermanos, Kelly y Kevin, y a sus familias, a las que quiero como si fueran la mía.

No habría podido hacer esto sin:

Larry Kirshbaum, quien me apoya con tal paciencia y gracia incondicionales que no estoy segura de lo que he hecho para que Dios me ame hasta el punto de enviarme un ángel, pero no tengo palabras para agradecer cada día su presencia en mi vida.

Trish Todd, una editora tan paciente como dotada, por vigilar que siempre ponga las mejores palabras y concederme un lugar seguro para ser quien debo en la página.

Patrick Ruffino, por recordar, creer y vivir la verdad sin el menor miedo, y por aportar material gráfico mágico en un tiempo récord, introduciendo su espíritu de esta manera en el libro, y por no darse nunca por vencido. Más amor para su esposa, Julia, quien le comparte conmigo generosamente.

Nunca podré agradecer suficientemente a:

Stacey Kishi, por cada minuto de los incontables años que hemos seguido este camino juntas, pero vaya aquí una mención especial por haber descubierto la pequeña Virgen de Orval, y por aguantarme mientras lloraba después de recorrer todos los laberintos disponibles de Francia. Y gracias a sus hombres, Michael y Elliott, por compartir a Stacey conmigo.

Ampy Dawn, quien me enseñó con su lealtad y generosidad que Dios no me concedió hermanas biológicas porque quería que yo eligiera una, y la he elegido a ella.

Olivia Peyton, porque mientras el tiempo vuelve, doy gracias al Señor y a su hermosa esposa por el hecho de que haya accedido a acompañarme en cada paso del camino. Su genio está más allá de mi comprensión.

Mi Issy particular, Isobel Denham, quien me enseñó tanto en tan poco tiempo, en especial esa hermosa canción en francés sobre el amor, y lo que significa en realidad «perfecta hereje», mediante su amor y el ejemplo del trabajo que hace con mujeres y niños en Bosnia.

Larry Weinberg, por su cariño y sabiduría.

A la encantadora Laurence Rabe, por ayudarme con el francés.

Gary Lucchesi, quien se convirtió en mi musa más inesperada (y reticente), al darme un ejemplo viviente del noble legado de Lucca.

Mi hermana pequeña más reciente, Mary Ann Parent, por sumarse al viaje y aportar su personalidad única a mi obra y mi vida.

Una mención especial para Sarah Symons, la fundadora de Emancipation Network, por su diaria dedicación a la causa de poner fin al tráfico de seres humanos en este desdichado mundo. El compromiso de Sarah con la humanidad es una de las grandes inspiraciones de mi vida. Sólo puedo esperar imitar su devoción a la causa, y en un intento de conseguirlo donaré un porcentaje de los derechos de autor de este libro para su obra y los proyectos que apoyen esta digna causa. Para más información sobre cómo Sarah y yo combinamos nuestros esfuerzos para proteger a mujeres y niños, visiten www.MadeBySurvivors.com, o www.KathleenMcGowan.com, mi sitio web.

Danke a Tobi y Gerda (¡mi hermana de equinoccio!), por todos los maravillosos ratos en RLC y más, pero sobre todo porque encarnan las enseñanzas del Libro del Amor en su forma de vivir cada día.

Para mis amigos y compañeros que son autores y artistas en las trincheras, gracias por su camaradería y conversación, que los escritores necesitamos como oxígeno. He aprendido mucho de todos vosotros, en la letra impresa y en persona: Jeffrey Butz, Ani Williams, Nancy Safford, Shannon Andersen, Flo Aveia Magdalena, Angelina Heart, Phil Gruber, Victoria Mary Clarke, Henry Lincoln. Cuando estaba terminando este libro, Jean-Luc Robin, guardián del alma de Rennes-le-Château y autor del libro clave sobre ese pueblo místico y hereje, pasó de este mundo al otro. Rezo para que Jean-Luc sostenga ahora la llave de todos esos misterios en el lugar que ocupe en el cielo.

Amor y gratitud a raudales por el milagro que fue y es Destino, porque «destino» y «destinación» proceden de la misma raíz. Y, por supuesto, para Easa y Magdalena, y para su legado de amor que cambió el mundo y lo volverá a hacer.

Sobre todo, para vosotros, mis lectores, hermanos y hermanas en el camino (pasado, presente y futuro), para los miles que me habéis escrito desde todo el mundo apoyando mi obra e investigaciones. Leo todas las cartas, y la mayoría me hacen llorar de gratitud por el hecho de que exista gente como vosotros. Es mi esperanza ferviente que lo que leáis os ayude a recordar, pues ése es uno de los mayores objetivos de nuestra búsqueda, juntos y por separado. No hay emoción comparable a la que se desprende de volver a descubrir nuestra necesidad de buscar, el ansia dolorosa de buscar algo misterioso y divino, y vivir en ese prodigio mientras lo hacemos. Tal vez el Santo Grial que aún no se ha descubierto tenga un aspecto diferente para cada alma individual, pero para mí el tesoro máximo es la verdad de nuestro magnífico legado e historia como seres humanos. Es el gran juego que Dios nos ha deparado, y se produce una inmensa dicha cuando decides jugarlo con todo el corazón y el espíritu. Easa dijo: El que busca ha de continuar buscando hasta que encuentre. La búsqueda es la destinación, el encuentro es el destino.

Y por fin, en homenaje a Ariadna, he intentado trenzar una «pista» para que entréis y salgáis del laberinto. Por tanto, he escrito este libro utilizando la antigua y misteriosa técnica de enseñanza del «aprendizaje estratificado». Cuanto más leáis, más velos caerán y más verdades serán reveladas. ¡Ánimo! Ya podéis volver a leerlo de nuevo…

En cuanto a mí, una verdad perdura después de todo lo dicho y hecho, y es ésta:

Te he amado antes, te amo hoy y volveré a amarte. El tiempo vuelve.

Para los que tengan oídos para oír,

Kathleen McGowan

En el capítulo 2 del Libro del Amor, Maggie Cusack canta un himno tradicional dedicado a Jesús en irlandés. Mi marido, Peter McGowan, procede de un pueblo de Irlanda donde la leyenda afirma que san Patricio predicó este mismo mensaje: seas cien mil veces bienvenido, Jesús.

Tal como indiqué en las páginas anteriores, creo que san Patricio era descendiente de Jesús y María Magdalena, y que predicaba las enseñanzas del Libro del Amor. Para celebrarlo, Peter y yo compusimos una canción, utilizando las palabras del patrón de Irlanda. Éste era un Príncipe Poeta por derecho propio, y creemos que sus palabras son una bella ilustración de las primitivas enseñanzas.

El estribillo del himno es antiguo, así como la letra del santo y la melodía. La canción puede escucharse en su integridad visitando mi web, www.KathleenMcGowan.com.

Céad Mile Fáilte Romhat, a Iosa

Me levanto hoy gracias a la energía de la dicha celestial,

al cálido rayo del sol,

al esplendor del fuego, a la velocidad del rayo;

gracias a la celeridad del viento corro.

En este día suplico

que la mano de Dios os sostenga

para poder propagar la verdad innegable.

Gracias a una fuerza poderosa, invocación de la Trinidad,

me levanto; me levanto hoy

gracias a la fe en la Trinidad,

a la confesión de la Unidad, al Creador de toda Creación.

Creo, creo

en las predicciones de profetas y la enseñanza del Camino,

en la fuerza que me dirige, en el poder que me sostiene,

en la sabiduría que me guía, en el sendero abierto ante mis ojos.

En este día suplico

que la mano de Dios os sostenga

para que propaguemos la verdad innegable.

Que la mano de Dios me proteja,

que la sabiduría de Dios me guíe,

que el oído de Dios me oiga,

que el ojo de Dios me preceda,

que el poder de Dios me proteja,

que la palabra de Dios hable por mi mediación,

que el amor de Dios me sostenga,

que el escudo de Dios me proteja.

Céad mile fáilte romhat, a Iosa.

Copyright 2008 McGowan & McGowan

(con una ayudita de san Patricio)