[1] Los pasajes del Génesis, y todos los demás textos bíblicos, se citan a partir de la versión castellana de la Biblia de Jerusalén, Editorial Española Desclée de Brouwer. Bilbao, 1975. (N. de la t.) <<
[2] C. Geertz, citado en D. Tracy, The Anagogical Imagination: Christian Theology and the Culture of Pluralism, Nueva York, 1981, 7, n.18. <<
[3] Véase, por ejemplo, R.M. Grant, Early Christianity and Society, San Francisco, 1977; G.E.M. de Ste. Croix, The Class Struggle in the Ancient Greek World from the Archaic Age to the Arab Conquests, Nueva York, 1981 (hay trad. cast.: La lucha de clases en el mundo griego antiguo, Crítica, Barcelona, 1988); R. MacMullen, Christianizing the Roman Empire (A. D. 100-400), New Haven, 1984; W. Meeks, The First Urban Christians: The Social World of the Apostle Paul, New Haven, 1983; P. Veyne, artículos citados en el capítulo 1, también «The Román Empire», en A History of Prívate Life I: From Pagan Rome to Byzantium, ed. P. Veyne, Cambridge, Mass.- Londres, 1987, 9-233. <<
[4] Tertuliano, Apología contra los gentiles 39 (hay trad. cast. en Espasa-Calpe, Buenos Aires, 1947). <<
[5] P. Gorday, Principles of Patristic Exegesis: Romans 9-11 in Origen, John Chrysostom and Augustine, Nueva York-Toronto, 1983. <<
[6] Para un tratamiento más especializado y erudito sobre esta materia, véase E. Pagels, «Adam and Eve, Christ and the Church: A Survey of Second-Century Controversies Concerning Marriage», en The New Testament and Gnosis: Essays in Honor of R. McL. Wilson, ed. A.H.B. Logan y A.J.M. Wedderbum, Edimburgo, 1983, 146-175. <<
[7] Para una excelente exposición sobre el período helenístico, véase V. Tcherikover, Hellenistic Civilization and the Jews, Filadelfia, 1961; sobre la época de Jesús, véase S. Safrai y M. Stem, The Jewish People in the First Century, Filadelfia, 1974, vol. 1, y vol. 2, 1976; M. Smith, «The Zealots and the Sicarii» Harvard Theological Review, 64 (1971), 1-19; J. Gager, Kingdom and the Comunity: The Social World of Early Christianism, Nueva Jersey, 1975; A. Segal, «The Society in the Time of Jesus», cap. 2 de Rebecca’s Children: Judaism and Christianity in the Roman World, Cambridge, Mass., 1986. <<
[8] Kosher: conjunto de leyes judaicas sobre los alimentos. (N. de la t) <<
[9] Flavio Josefo, historiador judío nacido en el año 37 de la era cristiana, escribió una detallada y polémica historia de los herodianos y la guerra judía, en la que participó personalmente, véase La guerra judía (trad. ing.: The Jewish War, de G.A. Williamson, en la Penguin Series, Middlesex, Inglaterra, 1959, reimpr. en 1972). <<
[10] Flavio Josefo, La guerra judía, 2, 5, 2; Antigüedades judaicas, 17, 10; M. Hengel, Crucifixión in the Ancient World and the Folly of the Message of the Cross, trad. ing. de J. Bowden, Filadelfia, 1977, en especial capítulos 4 y 7. Agradezco a mi colega el profesor Thomas Boslooper el indicarme esta referencia. <<
[11] A. Segal, Rebecca’s Children, 39. <<
[12] Harmagedón: batalla del fin del mundo entre los ejércitos y las naciones del mundo (Apocalipsis 19:11-12). (N. de la t.) <<
[13] Flavio Josefo, Antigüedades, 18, 136. Según la costumbre judía, el matrimonio de Herodes con su cuñada era de una legitimidad cuestionable. <<
[14] Veánse relatos en Marcos 1:4-7 y Lucas 3:1-20. <<
[15] Gehenna: infierno. (N. de la t.) <<
[16] Flavio Josefo, Antigüedades 20, 107-112; cf. también La guerra judía 2, 224. Las cifras de Flavio Josefo, como las de otros historiadores de la Antigüedad, no son necesariamente precisas. <<
[17] Cf. A. Segal, «Jesús, the Jewish Revolutionary», cap. 3 en Rebecca’s Children, 68-95. <<
[18] J. Neusner, From Politics to Piety: The Emergence of Pharisaic Judaism, Englewood Cliffs, N. J., 1973; véase también E. Rivkin, A Hidden Revolution: The Pharisees’ Search for the Kingdom Within, Nashville, Tenn., 1978; M. Smith, «Palestinian Judaism in the First Century» en M. Davis, ed., Israel: Its Role in Civilization, Nueva York, 1986; A. Segal, Rebecca’s Children, cap. 5: «Origins of the Rabbinic Movement», 117-141. <<
[19] M. Smith, «Palestinian Judaism in the First Century», en M. Davis, ed., Israel: Its Role in Civilization; J. Neusner, From Politics to Piety: The Emergence of Pharisaic Judaism; A. Segal, «Origins of the Rabbinic Movement», en Rebecca’s Children, 117-141. <<
[20] Como asombrosamente declara Peter Brown en su libro The Body and the Society: Men, Women, and Sexual Renunciation in Early Christianity, Nueva York, Columbia University Press, 1983. <<
[21] P. Veyne, «La Famille et l’amour sous le Haut-Empire romain», en Afínales, 33, I (1978), 33-63 (hay trad. cast. en Amor, familia y sexualidad, Argot, Barcelona, 1984, 15-57); «L’homosexualité à Rome», en Communications, 35 (1982), 26, resumido en «The Román Empire», en P. Veyne, ed., A History of Prívate Life I: From Pagan Rome to Byzantium, Cambridge, Mass.-Londres, 1987, 949 (sección sobre el matrimonio), y 51-69 (sobre la esclavitud). <<
[22] P. Veyne, «The Román Empire», 217, en A history of Prívate Life. <<
[23] Atenágoras, Legado pro Christianis II. <<
[24] San Justino, 1 Apología 14-16 (hay trad. cast.: Apologías, Aspas, Madrid, 1943); 27-29; 2 Apología; Tertuliano, Apología contra los gentiles 3 (hay trad. cast. en Espasa-Calpe, Buenos Aires, 1947). <<
[25] Véase R. MacMullen, Christianizing the Román Empire. New Haven, 1984, para un juicio diferente de la conversión, en especial en época de Constantino. <<
[26] L. M. Epstein, Marriage Laws in the Bible and the Talmud, Cambridge, Mass., 1942. <<
[27] Flavio Josefo, Vida 75; 426-428. El texto no deja claro si Flavio Josefo era en realidad bígamo. <<
[28] Flavio Josefo, Antigüedades judaicas 17, 1, 2; 15. <<
[29] Mishna Yebamot 6,6 (hay trad. cast.: La Misna, ed. Carlos del Valle, Editora Nacional, Madrid, 1981). <<
[30] El Libro de los Jubileos 3, 8-14. <<
[31] Ibid., 3,26-31. <<
[32] Mishna Gittin 9, 10. <<
[33] Como podemos ver, el autor del evangelio de Mateo modificó expresamente este punto de vista; para discusión, véanse pp. 51-52. <<
[34] Este pasaje ha engendrado mucha polémica: véase, por ejemplo, los comentarios de 1 Corintios de H. Conzelmann, Der erste Briefen die Korinther, Göttingen, 1969; R. Scroggs, «Paul and the Eschatological Woman», en Journal of the American Academy of Religión, 40 (1972), 283-303, y la réplica de E. Pagels, «Paul and Women: A Response to Recent Discussion», en Journal of the American Academy of Religión, 42 (1974), 538-549. <<
[35] G.B. Shaw, «The Monstrous Imposition upon Jesús», reeditado en W. Meeks, ed., The Writtings of Saint Paul, Nueva York, 1972, 296-302. <<
[36] Como Clemente de Alejandría afirma; Stromata 3, 74. <<
[37] Hechos de Pablo y Tecla 7. <<
[38] Ibid., 6. <<
[39] Ibid., 8-9. <<
[40] Ibid., 20. <<
[41] R. Söder, Die apokriphen Apostelgeschichten und die romanhafte Literatur der Antike, Stuttgart, 1932; L. Radermacher, Hippolytus und Thecla: Studien zur Geschichte von Legende und Kultus, Viena, 1916: J.D. Kaestli, «Les Principales orientations de la recherche sur les Actes apocryphes», en Les Actes apocryphes des apôtres, ed. F. Boron, Ginebra, 1981. <<
[42] Sobre el tema, véase D. MacDonald, The Legend and the Apostle: The Battle for Paul in Story and Canon, Filadelfia, 1983, 21, 90-96. <<
[43] «Mothers of the Church: Ascetic Women in the Late Patristic Age», en R. R. Ruether y E. McLaughlin, eds., Women of Spirit, Nueva York, 1979, p. 74; véase también su exposición «Virginal Feminism in the Fathers of the Church», en R. R. Ruether, ed., Religión and Sexism, Nueva York, 1974, 150-183; y también la provocadora monografía de S. Davies, The Revolt of the Widows, Carbondale, 111., 1980. <<
[44] Hechos de Tomás 9, 83-87. <<
[45] Ibid., 9, 88. <<
[46] Véase, por ejemplo, Hechos de Andrés, 5-7, y su tratamiento en E. Pagels, «Adam and Eve, Christ and the Church», 151-158; también G. Theissen, The Sociology of Early Palestinian Christianity, trad. ing. de J. Bowden, Filadelfia, 1978. <<
[47] Epístola a Diogneto 5, 6. <<
[48] Epístola a Barnabás 10, 1-12; 19, 4. <<
[49] Clemente de Alejandría, Stromata 3, 49. <<
[50] El cristiano africano Tertuliano (c. 200) declara que los cristianos no son «brahamanes indús o gimnosofistas que viven en los bosques y se exilan de la vida humana ordinaria». Apología 42. <<
[51] Sobre este tema, véase H. Koester, History and Literature of Early Christianity, Berlín-Nueva York, 1980, vol. 2, 97-146, 261-307; M. Dibelius y H. Conzelmann, The Pastoral Epistles, Filadelfia, 1972; D. MacDonald, The Legend and the Apostle. <<
[52] Cf. W. Meeks, «Paul: The Domesticated Apostle», en The Writtings of Saint Paul, Nueva York, 1972. <<
[53] Para una excelente y detallada exposición, véase D. MacDonald, «The Pastoral Epistles Against “Old Wives’Tales”» cap. 3 en The Legend and the Apostle, 54-77. <<
[54] Recientemente, Elizabeth Fiorenza y otros estudiosos han demostrado cómo la introducción de semejantes actitudes patriarcales influyó profundamente en la situación de las mujeres cristianas, desde las épocas antiguas hasta el presente. Véase, por ejemplo, In Memory of Her: A Feminist Theological Reconstruction <<
[55] Para un examen más detallado de la exégesis de Clemente de Alejandría, véase E. Pagels, «Adam and Eve, Christ and the Church», 153-155. Para las propias palabras de Clemente de Alejandría, véase Stromata, vol. 3, publicada en una excelente traducción de J. Oulton y H. Chadwick, en Alexandrian Christianity, vol. 2, 40-92, en The Library of Christian Classics, Filadelfia, 1954. <<
[56] Clemente de Alejandría, Stromata 3, 49. <<
[57] Ibid., 3, 49-50. <<
[58] Ibid., 3, 53. <<
[59] Ibid., 3, 51, 85. <<
[60] Ibid., 3, 84. <<
[61] Ibid., 3, 81-82; Ireneo de Lyon, Libris quinque adversus Haereses 3, 28, 8. Citado a partir de ahora por AH. <<
[62] Clemente de Alejandría, Stromata 3, 102. <<
[63] Ibid. <<
[64] Clemente de Alejandría, Paidagogos 2, 83. <<
[65] Ireneo de Lyon, AH 3, 22, 4. <<
[66] Clemente de Alejandría, Stromata 3, 94; 103. <<
[67] Ireneo de Lyon, AH 3, 23, 5. <<
[68] Estas opiniones no son exclusivas de Clemente de Alejandría; ciertos filósofos estoicos habían expresado pareceres semejantes, que Clemente de Alejandría viste aquí de ropajes cristianos. Véase P. Veyne, «La Famille et l’amour sous le Haut-Empire romain»; R.L. Fox, «Living Like Angels», en Pagans and Christians, Nueva York, 1987, 336-374. <<
[69] Clemente de Alejandría, Stromata 3, 57-58. <<
[70] Clemente de Alejandría, Paidagogos 2, 95. <<
[71] Ibid., 2, 97 s. <<
[72] Clemente de Alejandría, Stromata 6, 100. <<
[73] Ibid., 7, 12. <<
[74] Ibid., 7, 64. <<
[75] Sobre la ambivalencia de Pablo, véase E. Pagels, «Paul and Women: A Response to Recent Discussion», citado arriba, en la nota 34. <<
[76] Para un tratamiento más especializado y erudito del contenido de este capítulo, véase E. Pagels «Christian Apologists and the “Fall of the Angels”: An Attack on Román Imperial Power?», en Harvard Theological Review, 78, 3-4 (1985), 301-325. <<
[77] Tertuliano, Apología 1 (hay trad. cast. en Espasa-Calpe, Buenos Aires, 1947). <<
[78] Ibid., 2. <<
[79] Como se quejó Celso, un censor inclinado a la filosofía; Orígenes, Contra Celso 3, 44 (hay trad. cast. en BAC, Madrid, 1967). <<
[80] Como varios distinguidos eruditos han señalado recientemente: véase R.M. Grant, Early Christianity and Society, San Francisco, 1977; R. MacMullen, Christianizing the Roman Empire, New Haven-Londres, 1984; W. Meeks, The Moral World of the First Christians, Filadelfia, 1986. Para un estudio fascinante de la adaptación cristiana, véase D. Balch, Let Wives Be Submissive: The Domestic Code in I Peter, California, 1981. <<
[81] Para opiniones paganas sobre los cristianos, véase el estudio clásico de P. de Labriolle, La Réaction païene. Étude sur la polémique antichrétienne du 1er au IVe siècle, París, 19482; R. MacMullen, Paganism in the Roman Empire, New Haven, 1981; R.L. Wilken, The Christians as the Romans Saw Them, New Haven, 1984. Recientemente el distinguido estudioso R. M. Grant ha reunido pruebas de lo que denomina «Christian Dévotion to the Monarchy», en Early Christianity and Society, 13-43. <<
[82] Passio sanctarum Perpetuae et Felicitas 3, trad. ing. de H. Musurillo en The Acts of the Christian Martyrs, Oxford, 1972, 106-131. Citado de ahora en adelante por Passio Perpetuae. <<
[83] Sobre el tema, véase W. Meeks. The Moral World of the First Christians, 22. <<
[84] Passio Perpetuae 3. <<
[85] Ibid., 5. <<
[86] Ibid., 6. <<
[87] Ibid., 10. <<
[88] Ibid., 15. <<
[89] Ibid., 16. <<
[90] Ibid., 18. <<
[91] Ibid., 20. <<
[92] Ibid., 21. <<
[93] The Martyrs of Lyons, en The Acts of the Christian Martyrs, 81. <<
[94] San Justino, 2 Apología 12 (trad. cast. en Aspas, Madrid, 1943). <<
[95] San Justino, 1 Apología 25. Cursiva de la autora. <<
[96] San Justino, Diálogo con Trifón 2. <<
[97] Ibid. <<
[98] Véase G. E. M. de Ste. Croix, «Why Were the Early Christians Persecuted?», en Past and Present, 26 (1963), 6 s.; «Aspects of the “Great” Persecution», en Harvard Theological Review, 47, 2 (1954), 75-114. <<
[99] San Justino, 2 Apologia 3. <<
[100] R. M. Grant, Early Christianity and Society, «Christian Devotion to the Monarchy», 13-43. El profesor Grant advierte en la introducción de su libro (como hago yo en la introducción de éste) que no trata de escribir una historia extensa de la Iglesia de los primeros tiempos, sino más bien «una opinión audaz sobre la reconstrucción de la utilidad práctica del cristianismo de los primeros tiempos» (IX), que nos ha proporcionado admirablemente de muchas maneras. <<
[101] San Justino, 2 Apología 2. <<
[102] Clemente de Alejandría, Protreptikos lagos 10, 92. <<
[103] Ibid., 11,114. <<
[104] Véase el estudio clásico de L. R. Taylor, The Divinity of the Román Emperor, Nueva York, 1975. <<
[105] Luciano, Vida de los peregrinos 13. <<
[106] Marco Aurelio, Meditaciones 2, 3-5. <<
[107] Para unas excelentes discusiones sobre el significado político del culto imperial, véanse J. Beaujeu, La Religion romaine à l’apogée de l’Empire, Paris, 1955, y S.R.F. Price, Rituals and Power, Cambridge, 1984. <<
[108] Beaujeu, La Religion romaine, 327. <<
[109] S. R. F. Price, Rituals and Power. <<
[110] Para una exposición de las opiniones paganas sobre el culto imperial, véanse los citados anteriormente; también G. W. Bowersock, «Greek Intellectuals and the Imperial Cult in the Second Century A. D.» y F. Miller, «The Imperial Cult and the Persecutions», ambos en W. den Boer, ed., Le Cuite des souverains dans l’empire romain, Ginebra, 1973, 179-211; 145-175. <<
[111] San Justino, 2 Apología 5. <<
[112] San Justino, 1 Apología 5. <<
[113] Ibid., 10. <<
[114] Ibid., 5. <<
[115] P. Brown, The Making of Late Antiquity, Cambridge, Mass., 1978, 75. <<
[116] Taciano, Oratione ad Graecis 22. <<
[117] Atenágoras, Legatio pro Christianis 34. <<
[118] Clemente de Alejandría, Protreptikos logos 4, 60. <<
[119] Suetonio, Los Césares, «Tiberio», 44 (hay trad. cat.: Vides deis dotze cesars, Fundació Bemat Metge, Barcelona, 1966). <<
[120] Clemente de Alejandría, Protreptikos logos 2, 37. <<
[121] Clemente de Alejandría, Protreptikos logos 4, 47. <<
[122] San Justino, 1 Apología 13; cf. R. MacMullen, «The Román Concept of the Robber-Pretender», en Revue Internationale des Droits de l’Antiquité 3 (1983), 221-226. <<
[123] San Justino, 1 Apología 14. <<
[124] San Justino, 2 Apología 4. <<
[125] San Justino, 1 Apología 17. <<
[126] Ibid., 12. <<
[127] San Justino, 2 Apología 4. <<
[128] San Justino, 1 Apología 17. <<
[129] Ibid., 12. <<
[130] Ireneo de Lyon, AH 5, 24, 2. <<
[131] Atenágoras, Legatio pro Christianis 32. <<
[132] Ibid., 25. <<
[133] San Justino, 1 Apología 5. <<
[134] Ibid., 9. <<
[135] A. Birley, Marcus Aurelius, Boston, 1960, 122. <<
[136] Acts of the Martyr Justin and His Companions B, 2 en Acts of the Christian Martyrs, 49. <<
[137] Ibid., 5,53. <<
[138] San Justino, 1 Apología 12. Como se indica anteriormente (nota 80) véase el argumento de R. M. Grant sobre el patriotismo cristiano. <<
[139] Tácito, Historias 5, 4 (hay trad. cast. en Aguilar, Madrid, 1945). <<
[140] Ibid., 5, 5. <<
[141] Tácito, Anales 15, 44, 3-88 (hay trad. cast. en Espasa-Calpe, Madrid, 1964). <<
[142] Tertuliano, Apología 50. <<
[143] Ibid., 39. <<
[144] Ibid. <<
[145] Clemente de Alejandría, Protreptikos logos 10, 98. <<
[146] Clemente de Alejandría, Stromata 4, 8. Véase la excelente exposición de Walter Burghardt, S. J., The Image of God in Man According ro Cyril of Alexandria, Washington, D. C., 1957, en especial el cap. 4, «Freedom» y el cap. 5, «Dominion», 40-64. <<
[147] Clemente de Alejandría, Paidagogos 3,3. <<
[148] San Justino, 1 Apología 27. <<
[149] Minucio Félix, El Octavio 30 (hay trad cast. en Aspas, Madrid, 1944). <<
[150] Ibid., 16. <<
[151] Clemente de Alejandría, Stromata 4, 8. <<
[152] Minucio Felix. El Octavio 38. <<
[153] E. Gibbon, The History of the Decline and Fall of the Roman Empire 3, Nueva York, 1984, 70 (hay trad. cast.: La decadencia y ruina del Imperio Romano, Barcelona, 1842-1847). Cursiva de la autora. <<
[154] M. Hammond, The Antonine Monarchy, Roma, 1959, 211. <<
[155] N. Lewis. Life in Egypt Under Román Rule, Oxford, 1983, 207. <<
[156] Ibid. <<
[157] G. E. M. de Ste. Croix, The Class Struggle in the Ancient Greek World, Ithaca, Nueva York, 1981, p. 435 (hay trad. cast.: La lucha de clases en el mundo griego antiguo, Crítica, Barcelona, 1988). <<
[158] Ibid. <<
[159] Véase, por ejemplo, Tertuliano, Apología 10; Minucio Félix, El Octavio.
29. <<
[160] Tertuliano, Apología 25. <<
[161] Ibid. <<
[162] Minucio Felix, El Octavio 25. <<
[163] Véase el excelente estudio de R. MacMullen. Enemies of the Roman Order: Treason, Unrest, and Alienation in the Empire, Cambridge. Mass., 1966; G.E.M. de Ste. Croix, The Class Struggle in the Greek Ancient World, p. 368. <<
[164] Minucio Félix, El Octavio 37. Cursiva de la autora. <<
[165] Véase W. H. C. Frend, Martyrdom and Persecution in the Early Church, Oxford, 1 965. <<
[166] Tertuliano, Apología 28, 1. Cursiva de la autora. <<
[167] Para un tratamiento más erudito y especializado sobre el contenido de este capítulo véase E. Pagels, «Exegesis and Exposition of the Genesis Creation Accounts in Selected Texts from Nag Hammadi» en Nag Hammadi, Gnosticism, and Early Christianity, ed. C. Hedrick y R. Hodgson, Peabody, Mass., 1986, 257-286.
En E. Pagels, The Gnostic Gospels, Nueva York, 1979, (hay trad, cast.: Los evangelios gnósticos, Crítica. Barcelona, 1982), se ofrece una visión general de las fuentes gnósticas. Para la comodidad de los no especialistas, he enumerado los textos de Nag Hammadi tal y como aparecen en la traducción inglesa de un volumen, ed. J.M. Robinson, The Nag Hammadi Library in English, Nueva York, 1977, citado abreviadamente. NHL. Los estudiantes y los eruditos probablemente desearán consultar las ediciones técnicas de los textos, publicados por Brill Press en Leiden en las series de Nag Hammadi. <<
[168] Sobre el término, véase M. Smith, «The History of the term ‘Gnostikos’», en The Rediscovery of Gnosticism (Proceedings of the International Conference on Gnosticism at Yale), ed. B. Layton, Leiden, 1981, vol. 2, 796-807. <<
[169] Ignacio de Antioquía, Carta a los romanos 5, 1. <<
[170] Ignacio de Antioquía, Carta a los de Magnesia 6,1; Carta a los de Tralles 3,1; Carta a los de Éfeso 5, 3. Sobre este aspecto, véase E. Pagels, «The Demiurge and His Archons: A Gnostic View of the Bishop and Presbyters?», en Harvard Theological Review, 69, 3-4 (1976), 301-324. <<
[171] Véase, por ejemplo, H. von Campenhausen, Ecclesiastical Authority and Spiritual Power, trad. ing. de J.A. Baker, Stanford, 1969, 96-106. <<
[172] Cf. G. Theissen, The Sociology of Early Palestinian Christianity, trad. ing. de J. Bowden, Filadelfia, 1978. <<
[173] Véase en especial W. Meeks, The First Urban Christians, New Haven, 1983. <<
[174] Galen, De Platonis rei publicete summariis, ed. Kraus-Walzer, fragmento I. Para una exposición de las diversas actitudes paganas hacia los cristianos, véase R.L. Wilken, The Christians as the Romans Saw Them, New Haven-Londres, 1984. <<
[175] San Justino, 1 Apología 14. <<
[176] Teodoto, citado en Clemente de Alejandría, Excepta ex Theodoto 78, 2. <<
[177] El mundo griego lo traduce por ‘maduro’ (τέλειος) con el que los cristianos gnósticos con frecuencia solían describir a sus seguidores, también puede significar ‘pleno’ o incluso ‘iniciado’. <<
[178] Véase E. Pagels, The Gnostic Gospels, XVIII-XIX. <<
[179] Cf. Ireneo de Lyon, AH 4, 33, 7. Aquí Ireneo de Lyon confirma que su propósito es purificar y reformar las iglesias, pero se hace cargo de que en el intento están dividiendo y perjudicando a la Iglesia. <<
[180] Ireneo de Lyon, AH, Praefatio (hay trad. cast. en Los gnósticos, ed. José Montserrat Torrents, Gredos, Madrid, 1983, en la que sólo se recoge el primer libro de Adversus haereses). <<
[181] Sobre este tema, véase Morton Smith, «The History of the Term ‘Gnostikos’», citado en nota 168. <<
[182] Tertuliano, Adversas Valentinianos, 4. <<
[183] Clemente de Alejandría, Stromata 7, 7. Para una reconstrucción de las enseñanzas valentinianas, véase G. Quispel, «The Original Doctrine of Valentine», en Vigiliae Christianiae, I (1947), 43-73. <<
[184] Para una discusión véase E. Pagels, The Gnostic Gospels, introducción y passim. <<
[185] Cf. E. Pagels, ibid., XIX-XX, 119-141. <<
[186] San Justino, 1 Apología 61. <<
[187] Sobre la visión valentiniana del bautismo, véase, por ejemplo, el Evangelio de Felipe 64, 23-40; 74, 12-20; E. Pagels, «Valentinian Interpretation of Baptism and Eucharist —and Its Critique of “Orthodox” Sacramental Theology and Practice», en Harvard Theological Review, 65 (1972), 153-170. <<
[188] Hipólito, Refutatio omnium haeresium 6, 42 (hay trad, cast.: Refutación de todas las herejías en Los gnósticos, vol. II). <<
[189] Para una explicación de la exégesis gnóstica, véase E. Pagels, The Johannine Gospel in Gnostic Exegesis, Nashville, Tenn., 1973, y The Gnostic Paul: Gnostic Exegesis of the Pauline Letters, Filadelfia, 1975; véase también el excelente trabajo de K. Koschorke, Die Polemik der Gnostiker gegen das kirchliche Christentum, Leiden, 1978, y uno de sus artículos más recientes, «Paulus in den Nag-Hammadi-Texten» en Zeitschrift für Theologie und Kirche, 78 (1981), 177-185. <<
[190] E. Pagels, The Johannine Gospel in Gnostic Exegesis, y The Gnostic Paul: Gnostic Exegesis of the Pauline Letters. <<
[191] Tertuliano, De cultu feminarum 1, 12. Cursiva de la autora. <<
[192] Tertuliano, De jejuniis 3. <<
[193] Tertuliano, De exhortatione castitatis 5. <<
[194] Para referencias y explicaciones sobre este tipo de exégesis, véase E. Pagels, «Exegesis and Exposition of the Genesis Creation Accounts». <<
[195] San Jerónimo, Carta 22, 18 (hay trad. cast.: Cartas de San Jerónimo 1, BAC, Madrid, 1962). <<
[196] Ireneo de Lyon, AH 1, 18, 1. <<
[197] Ireneo de Lyon, AH 3, 11, 9. <<
[198] Filón de Alejandría, Opificio mundi 66; Legum allegoricum 1, 31; I, 90; 3, 161. <<
[199] Filón de Alejandría, Legum allegoricum 3, 161; 2, 2; 2,6. <<
[200] Philo’s Use of the Categories Male and Female, Leiden, 1970, passim. <<
[201] R.B. Blakney, ed. y trad., Meister Eckhart, Nueva York, 1941, 135. <<
[202] Ibid., 14. <<
[203] Debo esta formulación a mi amigo y colega el profesor Theodor H. Gaster, quien tenía en mente, por supuesto, esta autodefinición ortodoxa. No había duda, y sin embargo son gentes de inclinaciones espirituales desde todas estas tradiciones quienes estarían de acuerdo con Eckhart sobre la base de su propia experiencia y convicción. <<
[204] Evangelio de Felipe 71, 35-72, 3. <<
[205] Ibid. <<
[206] The Exegesis on the Soul (or Interpretation of the Soul), 133, 6-9, en The Nag Hammadi Library, ed. J.M. Robinson, Nueva York, 1977, 184. <<
[207] Para mayor información, véase el artículo citado en la nota 194. <<
[208] Hipóstasis de los arcontes (The Hypostasis of the Archons, 89, 13-17 ), publicada en The Nag Hammadi Library in English, 152-160). El mismo traductor inglés, B. Layton, ha publicado el texto junto con las notas en dos artículos: «The Hypostasis of the Archons, or the Reality of the Rulers», en Harvard Theological Review 67,4 (1974), 351-426; y «Hypostasis of the Archons, Part II», en Harvard Theological Review 69, 1-2 (1976), 31-102. <<
[208b] Hipóstasis de los arcontes 89, 31-90, 12. <<
[209] Truena, mente perfecta (The Thunder: Perfect Mind) 13, 16, 16, 14, en NHL, 271-277. Para una discusión de este notable texto, véase G. MacRae, «The Thunder: Perfect Mind», en The Center for Hermeneutical Studies, Fifth Colloquy, Berkeley, Calif., 1975, 18, seguida de la discusión de B. Pearson y T. Conley; véase también el excelente y perspicaz estudio de B. Layton, «The Riddle of the Thunder (NHC VI, 2): The Function of paradox in a Gnostic Text from Nag Hammadi», en Nag Hammadi Gnosticism, and Early Christianity, 37-54. <<
[210] Apocryphon of John 31, 1-6, en NHL, 98-116 (hay trad. cast.: El libro secreto de Juan en Marvin W. Meyer, ed., Las enseñanzas secretas de Jesús, Crítica, Barcelona, 1986, 16, 10-15). <<
[211] Véase en especial textos como la Hipóstasis de los arcontes, Truena, mente perfecta, y las fuentes secundarias de ambos, aquí citadas. Cf. E. Pagels, The Gnostic Gospels, cap. 3, y los artículos citados en las notas 22, 27 y 43. Para unos estudios más recientes, véase J. Jacobson-Buckley, Female Fault and Fulfillment in Gnosticism, Chapel Hill-Londres, 1986, y el volumen de próxima aparición de la conferencia de 1985 en Claremont, Calif., sobre «Images of the Feminine in Gnosticism», ed. K. King, Filadelfia, 1988. <<
[212] Evangelio de Felipe 70, 10. <<
[213] Ibid., 68, 25. <<
[214] Ireneo de Lyon, AH 2, 27, 2. <<
[215] Testimonio de la verdad 45, 30-47, 10, en NHL, 406-416. <<
[216] Ibid., 47, 15-48, 4. <<
[217] Ibid., 33, 25. <<
[218] Ibid., 33, 21. <<
[219] Ireneo de Lyon, AH, 1, 6, 2. <<
[220] Ibid. <<
[221] Clemente de Alejandría, Stromata 3, 1. <<
[222] Véanse pasajes del Evangelio de Felipe como 69, 1-70, 22. Sobre este tema, véase R. M. Grant, «The Mystery of Marriage in Gospel of Philip», en Vigiliae Christiniae. 15 (1961), 129-150; D.H. Tripp, «The “Sacramental System” of the Gospel of Philip», en Studia Patrística, vol XVII, ed. E.A. Livingstone, Oxford, 1982, 251-260. <<
[223] G. Quispel, «Birth of the Child», en Eranos Lectures 3, Jewish and Gnostic Man, Princeton, 1966,22-26. <<
[224] M.A. Williams, «“Gnosis” and “Askesis”», en Aufstieg und Niedergang der Römischen Welt: Geschichte und Kultur Roms im Spiegel der Neueren Forschung, 2, 22. <<
[225] Evangelio de Felipe 53, 14-19. <<
[226] Ibid., 53, 24; véase K. Koschorke, «Die “Namen” im Philippusevangelium», en Zeilschrift für die neutestamentliche Wissenschaft, 64 (1973), 307-322. <<
[227] Evangelio de Felipe 74, 5-12. <<
[228] Ibid., 80, 23-81, 7. <<
[229] Ibid., 77, 20-25. <<
[230] Ibid., 77, 25-29. <<
[231] Ibid., 83, 18-29. Cursiva de la autora. <<
[232] Ibid., 83, 29-84, 13. <<
[233] Ireneo de Lyon, AH 3, 2, 2; 3, 15, 2; 1, 13, 6. <<
[234] Metodio, Symposium, passim para referencias y discusión, véase cap. 4. <<
[235] Gregorio de Nisa, De hominis opificio 4, 1. <<
[236] Ireneo de Lyon, AH 4, 37, 1. <<
[237] Esto es lo que sugieren los Hechos de Tomás (82-83) y afirma claramente san Juan Crisóstomo (De genesi 4, 1 ; Homiliae in epistolam ad Ephesios 22, 2) y san Agustín (Civitas Dei 19, 5). <<
[238] Véase la Epístola a Filemón en el Nuevo Testamento; 1 Corintios 7:20-24. R. L. Fox, Pagans and Christians, Nueva York, 1987, 295-299, y R. M. Grant, Early Christianity and Society, Nueva York, 1977, 89-95, ambos afirman categóricamente que Pablo se opuso a la movilidad social y específicamente a cualquier intento de liberar a los esclavos sobre las bases de las enseñanzas cristianas. <<
[239] Una traducción literal de αυτος y εξονσια. <<
[240] Para una visión del maestro valentiniano sobre las diferentes vías de salvación y redención, véase E. Pagels, The Johannine Gospel in Gnostic Exegesis, 83-97. <<
[241] Eón: cada una de las entidades divinas de uno u otro sexo emanadas de la divinidad suprema. <<
[242] Ireneo de Lyon, AH 1, 1, 1. <<
[243] Ibid., 1, 2, 2. <<
[244] Ibid., 1, 4-5; para una reconstrucción de sus enseñanzas, véase G. Quispel, «Original Doctrine of Valentine», en Vigiliae Christianiae. <<
[245] Ireneo de Lyon, AH 1, 1, 1. <<
[246] Evangelio de la verdad 18, 30-35. <<
[247] Ireneo de Lyon, AH 3, 4, 1-3. <<
[248] Véase E. Pagels, The Gnostic Gospels, 48-69. <<
[249] Algunas secciones de este capítulo aparecen en una forma más especializada, en el artículo «“Freedom from Necessity”: Philosophical and Psycological Dimensions of Christian Conversion», en Intrigue in the Garden: Genesis 1-3, A History of Exegesis, ed. G. Robbins, Lewiston-Nueva York, 1988. <<
[250] Marco Aurelio, Meditaciones, 8, 23; 9, 23. <<
[251] Ibid., 8, 12. <<
[252] Como dijo Gregorio de Nisa en De virginitate 4. Thomas Merton, el escritor del siglo XX que «renunció al mundo» para hacerse monje cisterciense, describe su decisión en términos semejantes; véase su introducción a The Wisdom of the Desert, Nueva York, 1960, 3-23. <<
[253] La frase es de san Jerónimo (Epístola 22-18). A finales del siglo IV, un monje romano polemizó contra esta opinión y utilizó las Escrituras, empezando por Génesis 1, para defender que el matrimonio era algo tan santo como la virginidad; pero sus teorías fueron denunciadas por san Ambrosio, san Jerónimo y san Agustín y condenadas por herejía por el papa Cirilo; véase infra, pp. 135-141, y el estudio clásico de D. Chitty, The Desert a City, Nueva York, 1966, passim, también P. Rousseau, Ascetics, Authority, and the Church in the Age of Jerome and Cassian, Oxford, 1978. <<
[254] Gregorio de Nisa, De virginitate 12. <<
[255] P. Brown, The Body and the Society: Men, Women, and Sexual Renunciation in Early Christianity, Columbia University Press, Nueva York, 1983. <<
[256] Mateo 16:26; también Marcos 8:36. <<
[257] Como P. Brown ha demostrado en The Body and the Society. <<
[258] Mateo 19:21. <<
[259] San Atanasio, Vida de san Antonio (Life of Saint Anthony) 2, publicada y traducida al inglés en Early Christian Biographies, ed. R.J. Deferrari, en Fathers of the Church 115, Washington D.C., 1952, 133-224. <<
[260] Ibid., 3. <<
[261] Ibid. <<
[262] Ibid., 5. <<
[263] Ibid., 4. Como P. Rousseau dice de los monjes egipcios de Tabennesis del siglo IV, «alistarse en la economía resurgida de Tabennesis… no era abandonar la sociedad, sino transferir la propia lealtad… de una comunidad rural a otra». Pachomius: The Making of a Community in Fourth-Century Egypt, Berkeley-Los Angeles-Londres, 1985, 13. <<
[264] R. MacMullen, Christianizing the Roman Empire (A. D. 100-400), New Haven-Londres, 1984, 86. <<
[265] G. Dix y muchos otros describen el movimiento monástico como una reacción contra la mundanalidad creciente de las iglesias; The Sape of the Liturgy, Glasgow, Escocia, 1945. <<
[266] Gregorio de Nisa, De virginitate 4. <<
[267] Ibid., 3. <<
[268] Ibid. <<
[269] Ibid., 4. <<
[270] Ibid.; sobre el reestablecimiento de la «imagen de Dios» como objetivo de la vida contemplativa, véase Gregorio de Nisa, De hominis opificio 4-9. <<
[271] Gregorio de Nisa, De virginitate 8. <<
[272] Para una explicación del significado y la dinámica de la historia de Clemente de Alejandría en las Homilías clementinas, en especial Homilías 4-6, véase E. Pagels, «“Freedom from Necessity” Philosophical and Psycological Dimensions of Christian Conversión». <<
[273] Metodio, Symposium 1, 1-4. <<
[274] Ibid., 2, 1. <<
[275] Ibid., 4, 1. <<
[276] Ibid., 7, 9. <<
[277] Ibid., 8, 13. <<
[278] Ibid., 12, 2. <<
[279] Ibid. <<
[280] R. Ruether, «Mothers of the Church: Ascetic Women in the Late Patristic Age», en R. Ruether y E. McLaughlin, eds., Women of Spirit: Female Leaders in the Jewish and Christian Tradicions, Nueva York, 1979, 71-98; véase también el excelente estudio de E. Clark en Ascetic Piety and Women’s Faith: Essays on Late Ancient Christianity, Lewiston-Queenston, 1986. Especialmente valioso en este momento es su ensayo «Ascetic Renunciation and Feminine Advancement: A Paradox of Late Ancient Christianity», 175-208. Véase también R. Kraemer, «The Conversion of Women to Ascetic Forms of Christianity», en Signs, 6 (1980-1981), 298-307; A. Rousselle, Porneia: De la Maitrise du corps à la privation sensorielle, IIe-IVe siècles de l’ère chrétienne, París, 1983. Para un punto de vista muy diferente, véase el fascinante ensayo de E. Castelli «Virginity and Its Meaning for Women’s Sexuality in Early Christianity», en Journal of Feminist Studies in Religion 2,1 (1982), 61-88. <<
[281] Vita Melaniae Junioris I, introducción y traducción de E. Clark, en The Life of Melania the Younger, Lewiston, N.Y., 1984, I, 27-28. <<
[282] Ibid. <<
[283] Ibid., 6. <<
[284] Ibid., 10-12. <<
[285] Ibid., 14. <<
[286] [Réplica a Juliano 6, 27.] E. Clark, «Ascetic Renunciation and Feminine Advancement», así como sus restantes ensayos citados en la nota 280. <<
[287] San Jerónimo, Carta 22, A Eustaquio, 7 (hay trad. cast. en Cartas de San Jerónimo, I, BAC. Madrid. 1962).
Ibid., 25. <<
[288] Ibid., 25. <<
[289] Ibid., 16. <<
[290] San Jerónimo, A Paula. <<
[291] San Jerónimo, Adversas Jovinianum 1, 41; para un estudio sobre Joviniano, véase W. Haller, Iovinianum: Die Fragmente seiner Schriften, die Quellen zu seiner Geschichte, sein Leben und seine Lehre, Texte und Untersuchungen 17, 2, Leipzig, 1897. Puesto que los escritos de Joviniano, condenados por el papa, fueron destruidos, sólo se conservan fragmentos de sus tratados en las polémicas de san Jerónimo contra él. <<
[292] San Jerónimo, Adversas Jovinianum 1, 1. <<
[293] Ibid., I, 5. <<
[294] Ibid., 1, 3. Agradezco a Robert Wilkin por remitirme al artículo de David Hunter en Theological Studies, 48 (1987), «Resistance to the Virginal Ideal in Late-Fourth-Century Rome: The Case of Jovinian», 45-64. Resulta seductor el argumento de Hunter de que Joviniano polemiza contra los maniqueos, no contra el celibato en general. <<
[295] San Jerónimo, Adversus. Jovinianum. <<
[296] Ibid., 1, 12. <<
[297] Ibid., 1, 5. <<
[298] Ibid., 1, 4. <<
[298b] Ibid., 1, 34. <<
[299] Ibid. <<
[300] Ibid., 1, 16. Para un excelente estudio de la exégesis de San Jerónimo, véase E. Clark «Heresy, Asceticism, Adam, and Eve: Interpretations of Genesis 1-3 in the Later Latin Fathers», en Ascetic Piety and Women’s Faith, 353-385. <<
[301] San Jerónimo, Adversas Jovinianum 1, 10; 20. <<
[302] Tras unirse al montanismo, las ideas de Tertuliano sobre el matrimonio se hicieron más rigurosas y negativas. Véase, por ejemplo, la excelente biografía de D. Barnes, Tertullian: A Historical and Literary Study, Oxford, 1971. <<
[303] San Jerónimo, Adversus Jovinianum 1, 6. <<
[304] Ibid., 1, 7. <<
[305] Ibid., 1, 40. <<
[306] Ibid., 2, 36. <<
[307] San Jerónimo, Epístola 48, A Pammaquio 2. <<
[308] Sin embargo, el padre William Meninger, monje cisterciense del monasterio de San Benito en Snowmass, Colorado, me ha recordado que muchos monjes creen, como él, que incluso la vida más enclaustrada de oración contemplativa contribuye, de hecho, al bienestar de la humanidad. <<
[309] T. Merton, The Wisdom of the Desert, Nueva York, 1970, 5-6. <<
[310] Vita Adae et Evae 22. 1-2; Jubileos 2:14; véase Jacob Jervell, Imago Dei: Gen. 1, 26f. im Spatjudentum, in der Gnosis, und in den paulinischen Briefen, Gottingen, 1960, 40-41. <<
[311] Gregorio de Nisa, De hominis opificio 2, 1. <<
[312] Ibid., 4, 1. Sin embargo, el tema contrario —el del emperador como único representante de la soberanía de Dios en la tierra, un tema sostenido a menudo con referencia a Romanos, 13:1— surge especialmente entre los teólogos de la época bizantina, como señala G.E.M. de Ste. Croix, The Class Struggle in the Ancient Greek World from the Arabic Age to the Arab Conquests, Ithaca, N.Y., 1981, 397-400. (Hay trad, cast.: La lucha de clases en el mundo griego antiguo, Crítica, Barcelona, 1988). <<
[313] Gregorio de Nisa, De hominis opificio 4, 1. <<
[314] Ibid., 16, 11. <<
[315] Ciertamente, ambos temas aparecen en las obras de los teólogos patrísticos; para una visión general véase Lewis Spitz «Man of This Isthmus», en Carl Meyer, ed., Luther for an Ecumenical Age: Essays in Commemoration of the 450th Aniversary of the Reformation, St. Louis, Mo., 1967, 23-66. <<
[316] Para citas y estudios véase infra. <<
[317] Cf. C. Baur, John Chrysostom and His Time, trad. ing. del francés original (1907) de M. Gonzaga, Londres, 1960. J. Quasten en Patrology, Utrecht-Amberes, I960, vol. 3, 424, sugiere una fecha entre el 344 y el 354. <<
[318] San Juan Crisóstomo, Homiliae de statuis ad populum antiochenum 7, 3. Citado de ahora en adelante por Hom. ad pop. ant. <<
[319] Gregorio de Nisa, 16, De hominis opificio, 16, 17. Cursiva de la autora. <<
[320] San Juan Crisóstomo, Hom. ad pop. ant. 7, 3. <<
[321] Ibid., 6,1-2. <<
[322] San Juan Crisóstomo, Homiliae in epistolam secundam ad Corinthios 17, 3. <<
[323] San Juan Crisóstomo, Homiliae in epistolam primam ad Corinthios 12, 9. Citada de ahora en adelante por Hom. in I Cor. <<
[324] Ibid., 12, 10. <<
[325] San Juan Crisóstomo, Homiliae in epistolam primam ad Thessalonicos 5, 7. <<
[326] San Juan Crisóstomo, Hom. in I Cor 12, 10. <<
[327] San Juan Crisóstomo, Hom. ad pop. ant. 6, 2. <<
[328] Dídimo el Ciego describe de modo elocuente cómo el bautismo nos devuelve al estado original de nuestra creación: «A través del soplo divino [cf. Génesis 2:7] hemos recibido la imagen y la semejanza divina, de la que hablan las Escrituras, y a través del pecado la hemos perdido, pero ahora nos encontramos una vez más tal como éramos cuando fuimos creados por primera vez: libres de pecado y dueños de nosotros mismos» (De trinitate 2, 12). <<
[329] Cf., por ejemplo, Tertuliano, Apología 4, 39; san Justino, 1 Apología 12, 42.
San Juan Crisóstomo, De sacerdotis 2, 3. <<
[330] San Juan Crisóstomo, De sacerdotis 2, 3. <<
[331] Ibid. Cursiva de la autora. <<
[332] San Juan Crisóstomo, Homiliae in epistolam ad Ephesios 11, 15-16. Citado a partir de ahora por Hom. in Eph. Cursiva de la autora. <<
[333] Ibid., 6, 7. <<
[334] San Juan Crisóstomo, De sacerdotis 3, 15. <<
[335] San Juan Crisóstomo, Hom. in Eph. 11, 15-16. <<
[336] Cf. el reciente libro de R.L. Wilken, John Chrysostom and the Jews: Rhetoric and Reality in the Late Fourth Century, Berkeley, 1983, 29-33. <<
[337] San Agustín, Confesiones 2, 2 (hay trad. cast, en Aguilar, Madrid, 1964). <<
[338] Ibid., 2, 3. <<
[339] Ibid., 6, 12. <<
[340] Ibid. <<
[341] Ibid., 6, 11. Para un estudio de las relaciones entre la teología agustiniana y san Juan Crisóstomo, véase Pier Franco Beatrice, Tradux peccati: Alle forili della dottrina agostiniana del peccato originale, Studia Patritica Mediolanensia 8, Milán, 1978, cap. 5, «Crisóstomo, Agostino e i pelagiani». Sobre el cambio de mentalidad en san Agustín véase Paula Fredricksen Landes. Augustine on Romans. California, 1982. IX-XII. <<
[342] San Agustín, Confesiones 2, 7. <<
[343] Ibid., 2, 6. <<
[344] Véase P. Gorday, Principles of Patristic Exegesis: Romans 9-11 in Origen, John Chrysostom, and Augustine, Nueva York-Toronto, 1983. <<
[345] San Agustín, Confesiones 7, 3. <<
[346] Ibid. Cursiva de la autora. <<
[347] Ibid., 8, 5. <<
[348] Ibid., 8, 10. <<
[349] Ibid. Cursiva de la autora. <<
[350] F. Edward Cranz, «The Development of Augustine’s Ideas on Society before the Donatist Controversy», en Harvard Theological Review, 47 (1954), 254-316. <<
[351] San Agustín, La ciudad de Dios 14, 15 (hay trad. cast, en Obras de san Agustín, BAC, Madrid, 19642). <<
[352] Ibid., 13, 21. «Lignum scientae boni et mali proprium voluntatis arbitrium». Según el análisis de M. Harl («Adam et le deux arbres du Paradis [Gen. II-III] chez Philon d’Alexandrie», en Recherches de Science Religieuse, 50, 1962, 321-387), también Filón de Alejandría vio la autonomía humana que ejerce la elección entre el bien y el mal como la alternativa —y contraria— a la verdadera piedad. De ser así, Filón debió de estar de acuerdo con san Agustín en que el resultado de la caída es el «control personal sobre la propia voluntad». Sin embargo, al contrario que san Agustín, Filón contempla la vida cotidiana de una persona inclinada a la filosofía como una lucha constante entre la decisión ética y la acción (374), y cree que la humanidad tiene capacidad para elegir el bien (377). <<
[353] San Agustín, La ciudad de Dios 13, 13. Cursiva de la autora. <<
[354] Ibid., 14, 15. <<
[355] Ibid., 14, 12. <<
[356] Ibid., 14, 13. <<
[357] Ibid., 14, 15. <<
[358] San Agustín, Confesiones 7, 3. <<
[359] San Juan Crisóstomo, Hom. in I Cor. 17,4. <<
[360] San Agustín, La ciudad de Dios 13, 3. Cursiva de la autora. <<
[361] Ibid., 13,14. Sobre el tema de la traducción, véase el capítulo 6, nota 478. <<
[362] Ibid. <<
[363] Ibid. <<
[364] Lo cual san Agustín no inventa del todo; véase por ejemplo Dídimo el Ciego, Contra Manichaeos 8. <<
[365] Cf. Wilhelm Kamlah, Christentum und Geschichtlichkeit: Untersuchungen zur Entslehung des Christentums und zu Augustins «Bürgerschaft Gottes», Stuttgart, 19512, 322: «Wo Augustin über die politische Herrschaft spricht, verweist er immer sogleich auf diese ursprüngliche Herrschafts und Schopfungsordnung und auf die Scheinherrschaft derer, die in der Knechschaft der libido dominandi leben». <<
[366] San Agustín, La ciudad de Dios 2. <<
[367] Ibid., 14, 15. <<
[368] Ibid., 14, 3. <<
[369] Ibid., 14, 15. <<
[370] Ibid., 13, 13. <<
[371] Ibid., 13, 24. <<
[372] San Agustín, De peccatorum meritis remissione 2, 2; cf. san Agustín, La ciudad de Dios 14, 17. <<
[373] San Agustín, La ciudad de Dios 14, 19-20. <<
[374] Ibid., 14, 16. <<
[375] San Agustín, De peccatorum meritis et remissione 2, 22. <<
[376] San Agustín, La ciudad de Dios 14, 26. <<
[377] Ibid., 14, 17. <<
[378] San Agustín, Confesiones 8, 5. <<
[379] San Agustín, La ciudad de Dios 14, 20. También Orígenes asociaba las relaciones sexuales con la impureza, aunque, como indica Henri Crouzel, «la impureza inherente al ejercicio de la sexualidad no es más que una intensificación de una suciedad más profunda, la de la condición corpórea» («Marriage and Virginity: Has Christianity Devalued Marriage?», en ídem, Marriage et divorce, célibat et caractère sacerdotaux dans l’église ancienne: Études diverses, Turin, 1982, 57). <<
[380] San Agustín, La ciudad de Dios 14, 19. <<
[381] Ibid., 14, 9. Para este tema, véase Margaret Ruth Miles, Augustine on the Body, American Academy of Religion Dissertation Series, 31, Missoula, Mont., 1979, en especial 1-98. <<
[382] San Agustín, La ciudad de Dios 15, 16; 19, 13. <<
[383] Ibid., 14, 11. <<
[384] Véase el excelente estudio de Kari Elizabeth Borrensen, Subordination and Equivalence: The Nature and Role of Women in Augustine und Thomas Aquinas, trad. ing. de Charles H. Talbot, Washington, D. C., 1481, 15-34. <<
[385] San Agustín, La ciudad de Dios 19, 15. <<
[386] Ibid. <<
[387] Ibid. 15, 1. <<
[388] Ibid., 19, 15. Cursiva de la autora. <<
[389] Ibid., 19, 12. <<
[390] Henrik Berkhof, Kirche und Kaiser: Eine Untersuchürig der Entslehung der byzantinischen und der theokratischen Stattsauffassung im vierten Jahrhundert, trad. Gottfried W. Locher, Zurich, 1974; Wilhelm Kamlah, Christentum und Geschichtlichkeit. <<
[391] San Agustín, La ciudad de Dios 19,12; R.A. Markus, Saeculum: History and Society in the Theology of St. Augustine, Cambridge, 1970, 22-153. <<
[392] San Agustín, La ciudad de Dios 19, 12. <<
[393] Para un estudio sobre la imagen y su historia véase R. MacMullen, «The Román Concept Robber-Pretender», en Revue Internationale des Droits de l’Antiquité, serie 3, 10 (1965), 221-225. <<
[394] San Justino, 1 Apología 12. <<
[395] San Agustín, La ciudad de Dios 4, 4. <<
[396] Como correctamente señala R.A. Markus; véase su estudio en Saeculum, 8486. <<
[397] Ireneo de Lyon, AH 5, 24, 2. <<
[398] San Justino, Apología 65. <<
[399] San Agustín, La ciudad de Dios 19, 16. <<
[400] Véase P.R.L. Brown, «Saint Augustine’s Attitude to Religious Coercion», en Journal of Román Studies, 54 (1964), 107-116. Para un fascinante informe sobre la incorporación de esta imagen en la liturgia romana, véase G.M. Lukken, Original Sin in the Roman Liturgy: Research into the Theology of Original Sin in the Roman Sacramentaria and the Early Baptismal Liturgy, Leiden, 1973. <<
[401] Baste con recordar cómo en Confesiones 8, 12 san Agustín describe el instrumento de su salvación primero como la voz del niño que, según cree, le impulsa a «tomar y leer» [«Toge, lege»] las Escrituras (una versión cristiana del bath kol) y, después, el pasaje de Romanos (13:13), por el cual se abrió el Libro de los Apóstoles cuando obedeció la orden de Dios a través de dicha voz. <<
[402] Para un estudio detallado, véase Markus, Saeculum. Según la reconstrucción de Markus, san Agustín a partir del año 390, durante diez o quince arios, «parece unirse al coro de sus contemporáneos en su triunfante celebración de la victoria de la cristiandad» (31). «Durante una década o más, este motivo dominó su pensamiento histórico» (32). Sin embargo, a partir del año 410, san Agustín se tomó «mucho menos propenso a hablar del imperio cristiano… se hizo mucho más reservado» (36). <<
[403] Markus ve la teoría Agustiniana como algo admirablemente equilibrado: «El imperio no debe ser entendido ni en términos de la imagen mesiánica de la tradición eusebiana, ni de imagen apocalíptica, como el anticristo de la tradición hipolitana. El imperio no es otra cosa que una sociedad histórica, empírica, con una trayectoria llena de altibajos… Es teológicamente neutro» (ibid., 559). Creo que Markus exagera su tesis cuando va más allá y declara que San Agustín también ve la Iglesia como «teológicamente neutra». <<
[404] Véase, por ejemplo, el estudio de Hans Joachim Diesner sobre Ambrosio, en «Kirche und Staat im ausgehenden vierten Jahrhundert: Ambrosius von Mailand», en Kirche und Staat Spätromischen Reich: Aufsütze zur Spätantike und zur Geschichte der Alten Kirche, Berlín, 1963, en especial 28-34. <<
[405] Sin embargo, como observa el historiador británico G. E. M. de Ste. Croix, «a finales de la República había un tipo totalmente distinto de libertas; y para los que lo sostenían, la versión optimate de libertas, es decir la de Cicerón y compañía, era servitus (’esclavitud’, sometimiento político), mientras que su libertas se veía estigmatizada por Cicerón como simple licentia (’licencia’, ilegalidad), palabra que utiliza también el retórico romano Cornificio como equivalente de la típica palabra griega que designa la libertad de palabra, la parrhesia» G. E. M. de Ste. Croix, The Class Struggle in the Ancient Greek World, 368. <<
[406] Minucio Félix, El Octavio 37, 1. Cursiva de la autora. <<
[407] Ibid., 38, 1. <<
[408] Tertuliano, Apología 28. <<
[409] Otra consigna cristiana predilecta, el libre albedrío, implica connotaciones similares. Muchos de los coetáneos de san Agustín, al oír que los cristianos defendían el libre albedrío (libero arbitrio), debieron asociarlos con los que defendían la revolución o, al menos, con la resistencia frente a la dominación romana. Véase J.N.L. Myres, «Pelagius and the End of Roman Rule in Britain», Journal of Roman Studies, 50 (1960), 21-36. <<
[410] San Agustín, La ciudad de Dios 13, 21. <<
[411] Ibid., 14, 15. <<
[412] Claudio, Estilicon 3, 113-115. Para un estudio informativo e incisivo sobre las ideas de Claudio, véase Alan Cameron, Claudian: Poetry and Propaganda of the Court of Honorius, Oxford, 1970, <<
[413] Agradezco a Peter Brown esta indicación y que me remitiera al estudio de libertas en Gerd Tellenbach, Church, State and Christian Society at the Time of the Investiture Contest, trad. ing. de R.F. Bennet. Studies in Medieval History, 3 Oxford (1959), 14-18. <<
[414] Sobre la datación, véase la nota 317 de este capítulo. <<
[415] San Juan Crisóstomo, Hom. ad pop. Ant. 3, 6. <<
[416] Ibid., 6, 6. <<
[417] Para un detallado y útil análisis, véase Florent van Ommeslaeghe, «Jean Chrysostome et le peuple de Constantinople», AnBoll, 99 (1981), 329-349: «Il est certain qu’une des raisons de rattachement du peuple de Constantinople à son chef spirituel fut sa bonté, son amour des pauvres, de nos jours on dirait: son sens social» (348) («Es cierto que una de las razones del predicamento que el pueblo de Constantinopla dispensaba a su jefe espiritual fue su bondad, su amor a los pobres; en nuestros días diríamos: su sentido social»). Véase también J.H.W.G. Liebeschutz, «Friends and Enemies of John Chrysostom», en Ann Moffatt, éd., Maistor: Classical, Byzantine and Renaissance Studies for Robert Browning, Byzantina Australiensia, 5 (1984), 85-111. <<
[418] Otto Seeck, Geschichte des Untergang der antiken Welt, 6 vols, en 8º; Berlin, 1897-1920, 5, 336-337. <<
[419] («Como un idealista carente de sutileza diplomática, un entusiasta sin tacto o un fanático incapaz de matizar y víctima de su arrebato»). Florent Van Ommeslaeghe, «Jean Chrysostome en conflit avec l’impératrice Eudoxie: Le dossier et les origines d’une légende», AnBoll 97(1979), 131-159. <<
[420] San Juan Crisóstomo, Epístola 94. <<
[421] San Agustín, Sermón 355, 2, (trad, cast, en Obras de San Agustín, Sermones VI, BAC, Madrid, 1985), citado en Peter Brown, Augustine of Hippo, Berkeley, 1969, 138 (hay trad, cast.: Biografía de Agustín de Hipona, Revista de Occidente, Madrid, 1970). <<
[422] Ibid., 225. <<
[423] San Agustín, De moribus ecclessiae catholicae et De moribus manichaeorum 1, 30, 63. <<
[424] Véase, por ejemplo, el relato en F. Cayre, Manual of Patrology and History of Theology, Roma, 1935, vol. 1, 625-629. Para un reciente y extenso estudio histórico, véase W. H. C. Frend, The Donatist Church: A Movement of Protest in Roman North Africa, Oxford, 1952. <<
[425] P. Brown, Augustine, 235. <<
[426] San Agustín, De Baptismo 1, 15, 23-24. <<
[427] P. Brown, Angustine. 358. Cursiva de la autora. <<
[428] H. C. Van Eijk, «Marriage and Virginity, Death and Inmorality» en Mélanges Jean Danielou, París, 1972, 209-235. <<
[429] Para una perspectiva diferente de san Juan Crisóstomo y san Agustín en la polémica pelagiana, véase F. J. Thonnard, «Saint Jean Chrysostome et Saint Augustin dans la Controverse Pélagienne», en Mélanges Venance Grume!, París, 1967, 189-218. Thonnard llega a la conclusión de que el punto de vista de san Agustín sobre el pecado original «ne manque ni de valeur scientifique ni de vraisemblance historique» (217). <<
[430] Para un estudio detallado, véase G. de Plinval, Pélage: ses écrits, sa vie et sa reforme, Lausana, 1943; también el más reciente estudio de O. Wermelinger, Rom und Pelagius, Stuttgart, 1975. <<
[431] Cf. N. Q. King, The Emperor Theodosius and the Establishment of Christianity, Filadelfia, 1960. El propio Constantino, primer emperador cristiano, había delegado al clero ser sus superiores espirituales; unos sesenta años más tarde, el venerado maestro de san Agustín, san Ambrosio, el poderoso obispo de Milán, puso literalmente al emperador de rodillas. San Ambrosio había denunciado a Teodosio el Grande por ordenar una masacre de gente en Tesalónica y no permitió que el emperador comulgara hasta que se arrepintió públicamente. <<
[432] Véase P. Brown, «Pelagius and His Supporters: Aims and Environment», en Journal of Theological Studies, Nueva Serie, 19, 1 (1968), 93-114; y «The Patrons of Pelagius: The Román Aristocracy Between East and West», en Journal of Theological Studies, Nueva Serie, 21, 1 (1970), 56-72. <<
[433] Para un estudio de las circunstancias sociales e históricas de la condena de Pelagio, véanse las fuentes citadas anteriormente, en especial los estudios de Plinval, Wermelinger y Brown. <<
[434] Véanse los excelentes estudios de G. I. Bonner, «Libido and Concupiscentia in St. Augustine», en Studia Patrística, 6, Berlín (1962), 303-314, y P. Brown, «Sexuality and Society in the Fifth Century A. D.: Augustine and Julián of Eclanum», en Tria Corda: Scritti in Onore de Arnaldo Momigliano, Como, 1983, 49-70; también E. Clark, «Vitiated Seeds and Holy Vessels: Augustine’s Manichaean Past», en idem, Ascetic Piety and Women’s Faith: Essays on late Ancient Christianitv, Nueva York, 1986, 291-352. <<
[435] Dídimo el Ciego, De trinitate 2, 12. <<
[436] De Plinval, Pélage, 344. <<
[437] Sobre Juliano de Eclano, véase A. Bruckner, Julian von Eclanum: Sein Leben und Seine Lehre. Ein Beitrag zur Geschichte de Pelagianusmus, Texte und Untersuchungen, 15, 3, Leipzig, 1897. <<
[438] San Agustín, Opus imperfectum contra Julianum, 4, 91 [Trad. cast.: Réplica a Juliano (obra inacabada), en Obras de San Agustín, Escritos antipelagianos, BAC, Madrid, 1985], Citado a partir de ahora por Réplica a Juliano. <<
[439] Ibid., 4, 92-93: «Quidquid enim naturale est, voluntarium non esse manifestum est… Istae duae definitiones tam contrariae sibi sunt, quam contrarium est nécessitas et voluntas, quarum confirmatio ex mutua negotatione generatur. Nam sicut nihil est aliud voluntarium, quam non coactum; ita nihil est aliud coactum, quam non voluntarium». Al contrario que Bonner, quien está de acuerdo con De Plinval (Pélage, 360) en que Juliano se interesa básicamente en la libido, estoy de acuerdo con F. Refoulé, cuyo excelente artículo «Julien d’Eclane: théologien et philosophe» (en Recherches de Science Religieuse, 52, Paris, 1964, 42-47) demuestra que Juliano estaba interesado sobre todo en la cuestión de naturaleza y voluntad. Refoulé expresa clara y precisamente que: «C’est… par sa notion de nature que Julien d’Eclane sépare fondamentalement d’Augustin. Toute sa polémique contre l’interprétation d’Augustin du péché originel se fonde sur une distinction rigoureuse entre nature et volunté, étrangère à Augustin» (67) («por su noción de naturaleza Juliano de Eclano se separa fundamentalmente de san Agustín. Toda su polémica contra la interpretación de san Agustín del pecado original se basa en una distinción rigurosa entre naturaleza y voluntad, extraña a san Agustín»). <<
[440] San Agustín, Replica a Juliano 4, 40. <<
[441] Ibid., 6, 30: «Non est enim tanti unius meritum, ut universa quae naturaliter sunt instituta perturbet». Cursiva de la autora. <<
[442] Ibid., 6, 26. <<
[443] Ibid., 4, 114. <<
[444] Ibid., 6, 25. Cursiva de la autora. <<
[445] Ibid., 6, 26. <<
[446] San Agustín vuelve a menudo sobre este tema, como P. Brown observa en Augustine of Hippo: A Biography, Berkeley, 1969, 397; para algunas referencias, véase Contra Julianum 3, 3-6; 9; Réplica a Juliano 3, 159; 198. <<
[447] San Agustín, Réplica a Juliano 6, 27. La traducción castellana (en éste y en otros pasajes de la obra) difiere sustancialmente del texto que da la autora: «La naturaleza humana sufrió deterioro por el pecado del primer hombre». (N. de la t.) <<
[448] Ibid. <<
[449] Ibid. <<
[450] Ibid., 6, 30: «… potestas vivendis, nec nulla moriendi necessitas». <<
[451] Ibid., 6, 27. <<
[452] San Agustín, Contra Julianum 3, 3-5. <<
[453] Ibid., 3, 6. <<
[454] San Agustín, Réplica a Juliano 6, 23, 5. <<
[455] San Agustín, Réplica a Juliano 3, 109. Para un excelente estudio de las ideas de san Agustín sobre la justicia divina en relación al pecado original, véase Y. de Montcheuil, «La Polémique de Saint Augustin contre Julien d’Éclane d’après l’Opus imperfectum», en Recherches de Science Religieuse, 44, 2, París (1956), 193-218. <<
[456] San Agustín, Réplica a Juliano 5, 22. <<
[457] Ibid., 1, 1-2. <<
[458] Ibid., 1, 14. <<
[459] Ibid., 6, 26. <<
[460] Ibid. <<
[461] Ibid., 6, 29. <<
[462] Ibid., 6, 26; para la réplica de Juliano 6, 26-29. <<
[463] Para un estudio excelente y lleno de matices sobre la postura de san Juan Crisóstomo, véase E. Clark, «The Virginal Politeia and Plato’s Republic. John Chrysostom on Women and the Sexual Relation», en idem, Jerome, Chrysostom, and Friends, Nueva York, 1971, 1-22. <<
[464] San Agustín, Réplica a Juliano 6, 27. <<
[465] Ibid. <<
[466] Ibid. <<
[467] Ibid., 6, 40. <<
[468] Ibid., 3, 82. <<
[469] Ibid., 3, 154. <<
[470] Ibid., 2, 33. <<
[471] San Agustín, Contra Julianum 3, 14. <<
[472] Ibid., 3, 13. Cursiva de la autora. <<
[473] Ibid. Cursiva de la autora. <<
[474] Ibid., 3, 14. Cursiva de la autora. <<
[475] San Agustín, Réplica a Juliano 3, 109. <<
[476] Ibid., 4, 92. Cursiva de la autora. <<
[477] Ibid., 5, 45. <<
[478] Para un estudio de las cuestiones exegéticas, véase G. Bonner, «Augustine on Romans 5,12», en Studia Evangelica, 2, Berlín (1968). 242-247; S. Lyonnet, «Le Péché originel et l’exégèse de Rom. 5, 12-14», en Recherches de Science Religieuse 44, 1, Paris (1956), 63-84; también de Lyonnet, «Le Sens de ἔφᾧ εν Rom. 5,12 et l’exégèse des Pères Grecs», en Biblica, 36, Roma (1955), 427-456: A. d’Alès, «Julien d’Éclane, exégète», en Recherches de Science Religieuse, 6, Paris (1916), 311-324; H. Wolfson, «Philosophical Implications of the Pelagian Controversy», en Proceedings of the American Philosophical Society, 103, Filadelfia (1959), 554-562; A. Bruckner, Julian von Eclanum, 114-123. <<
[479] P. Gorday, Principles of Patristic Exegesis, 1-135. <<
[480] A. Bruckner, Julian van Eclanum, 100. <<
[481] Ibid., 123-127. Cursiva de la autora. <<
[482] J. Ferguson, Pelagius: A Historical and Theological Study, Cambridge, 1966. <<
[483] San Agustín, Réplica a Juliano 6, 35. Cursiva de la autora. <<
[484] Ibid., 6, 30. «El hombre tuvo en su poder no morir, si no hubiera pecado». <<
[485] Ibid., 6, 35. Cursiva de la autora. <<
[486] Midrash Rabbah, números 9, 4-10. <<
[487] Sun Chief: The Autobiography of a Hopi Indian, ed. Leo W. Simmons, Yale University Press, New Haven, 1942, cap. 1. <<
[488] E. E. Evans-Pritchard, «The Notion of Witchcraft Explains Unfortunate Events», en Witchcraft, Oracles, and Magic Among the Azande, Oxford, 1976, 18-32. <<
[489] Lucas 13:4-5. <<
[490] Midrash Rabbah, Génesis 12, 6; 21, 3; 24, 2, passim; L. Ginzberg, Legends of the Jews, Filadelfia, 1925, I, 49-101; V, 63-142. <<
[491] Agradezco al doctor Zephirah Gitay el hecho de compartir conmigo su investigación sobre las descripciones de Durero de la historia del paraíso. <<
[492] San Agustín, Réplica a Juliano 5, 49; cf. 3, 103. <<
[493] Ibid., 3, 109. Para mayores referencias y estudios, véase Refoulé, «Julien d’Éclane», 66-72. <<
[494] San Agustín, Réplica a Juliano 6, 40. <<