AGRADECIMIENTO

La redacción del presente libro comenzó hace varios años al investigar la relación existente entre la política y la religión en los orígenes del cristianismo. Los cuatro primeros capítulos ya han sido publicados, de forma más técnica, en diversas revistas académicas (las referencias concretas preceden a las notas a pie de página correspondientes a cada capítulo).

Al preparar este volumen he utilizado generalmente las traducciones que se ofrecen en The Nag Hammadi Library, editada por James M. Robinson, toda vez que están al alcance de todos los lectores. En algunos casos, sin embargo, he cambiado la traducción en aras de la claridad, la consistencia o la interpretación (por ejemplo, la transcripción copta del término griego τελειωσις no la he traducido por «perfección» sino por «realización», palabra que me parece más exacta; en otros casos, allí donde el término copto πϱωμε parece ser la traducción del griego ανθρωπος, no lo he traducido por «hombre», sino por «humanidad»). En el caso de dos textos he utilizado traducciones distintas (véase más abajo).

Estoy especialmente agradecida a aquellos colegas y amigos que han leído y criticado la totalidad del manuscrito: Peter Berger, John Gager, Dennis Groh, Howard Kee, George MacRae, Wayne Meeks y Morton Smith. Por otros consejos y críticas, sobre todo referentes a aspectos de la introducción, estoy en deuda con Marilyn Harran, Marvin Meyer, Birger Pearson, Gilíes Quispel, Richard Ogust y James M. Robinson. También doy las gracias a Bentley Layton por permitirme utilizar su traducción del Tratado de la resurrección, y a James Brashler por permitir que utilizara su traducción del Apocalipsis de Pedro.

Debo también expresar mi gratitud especial a las Fundaciones Rockefeller, Lita A. Hazen y Guggenheim por su apoyo, que me permitió dedicar tiempo a la preparación del libro; y a la presidente Jacqueline Mattfeld y al vicepresidente Charles Olton por dar su aprobación a que abandonase durante un año mis responsabilidades en el Barnard College. Deseo agradecer de manera especial a Lydia Bronte y Uta A. Hazen el aliento que me dieron durante todo el proyecto.

La presente versión del libro no habría podido producirse sin la magnífica labor editorial de Jason Epstein, vicepresidente y director editorial de Random House; los excelentes consejos de John Brockman; y el concienzudo trabajo de Connie Budelis y Barbara Wilson, encargadas de mecanografiar el texto y de prepararlo respectivamente.

Finalmente, deseo agradecer a mi esposo el cariño y el aliento que me dio durante todo el proceso.