Si bien este relato ha sido ambientado a mediados del siglo XVII, los galeones y carabelas en los cuales aparecen mis personajes se asocian más usualmente con el siglo XVI. Los barcos del siglo XVII tienen a menudo un gran parecido con los del XVI, pero como sus denominaciones pueden resultar poco familiares para el lector corriente, usé los términos más conocidos, aunque anacrónicos, para conferir un aspecto más accesible a su presencia. También, para obtener más claridad, he simplificado la terminología referente a las armas de fuego y, si existe tal cosa en el lenguaje común, usé ocasionalmente la palabra "cañón" como genérica.