Nuestros hijos Connor y Devon aún creen que es una estafa que les dediquen un libro para adultos en vez de uno de nuestros libros infantiles. Les dije que un día serán adultos como nosotros, pero se niegan a creer que algo tan horrible e injusto pueda ocurrirle a niños tan agradables.

(Será divertido observar cómo se enteran de lo contrario. En realidad, será divertido observarlos, de un modo u otro.) Recordad, bestias maravillosas, os amamos muchísimo, pero no quiero insistir en eso.