La gallega

CASÓ Maruxa, gruesa gallegota

de luenga agitanada catadura,

con Domingo Chaveila, tal ventura

se celebró con zambra y con chacota.

Hubo gaita, garrote, danza y bota

que festejó la posesión futura

y ella, caliente, finge una apretura

para irse a la cama sin dar nota.

Despídese la turba lastimada,

y ella, sus atavíos deponiendo,

toda la cama ocupa esparrancada.

Él la dice: —Muller, eu non intiendo

donde acostarme.

—¿Non?, dice agitada,

pues ella propio sellu está diciendo.

Índice alfabético >>