La vergüenza

EN casa de un labrador

vivían Blas y Lorenza;

se profesaban amor,

pero él tenía vergüenza

y ella tenía rubor.

A la aurora en el corral

se encontraron en camisa.

El encuentro fue casual;

cubriose ella a toda prisa

la cosa con el pañal.

Turbado Blas desde luego

se remanga el camisón,

y de vergüenza hecho un fuego

tápase con el faldón

y como ella queda ciego.

Al huir tropieza Blas

con la cuitada Lorenza,

y… ¡válgate Barrabás!

Yo también tengo vergüenza;

o me atrevo a contar más.

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