El avaro y su mujer

UN avariento casado

a su mujer le decía:

—Tú me cuestas cada día

un doblón, ¡caro bocado!

Cada mes te he visitado

dos veces: en conclusión,

cada vez a la razón

de tres onzas.

—¡Lindo chiste!,

dice ella. ¿Y en qué consiste

que yo te salga a doblón?

Índice alfabético >>