Quiero expresar mi agradecimiento a Chantal Brevier, Philippe Ferrand, Fierre Fichant y Jacques Branthomme por haber aceptado de tan buena gana la ingrata tarea de leer mi manuscrito.
Mis más expresivas gracias a todo el personal de la biblioteca Méjanes, que me ha evitado cometer graves errores históricos. Si queda alguno, es de mi entera responsabilidad.
Por último, debo agradecimiento a los que me proporcionan información valiosa sobre los lugares y la historia de Provenza. En cuanto a mi esposa, mi madre y mi hija pequeña, mis primeras lectoras, son los más severos jueces de las primeras versiones de mis obras.