24
—Si esto funciona como yo creo —dijo Faith—, intentará conectar en cuanto me sienta, y eso debería darle a Judd la oportunidad que necesita.
—Puedo oler a Judd. Dile que se asegure de esconderse bien. Su aspecto no encaja en este campus.
—¿Y el tuyo sí? —Faith transmitió el mensaje al psi.
—Yo soy el típico tipo duro del que se enamoran las chicas buenas —dijo haciendo gala de una rara vena humorística—. Ese psi parece que esté aquí solo para cargarse a alguien.
Faith meneó la cabeza y realizó el primer barrido psíquico.
—Nada.
Vaughn eligió en silencio un punto más próximo al edificio en el que se alojaba la futura víctima y ella repitió la exploración.
—Nada.
Llevó a cabo dos intentos más que acabaron con el mismo resultado frustrante. No cabía duda de que las emociones tenían sus inconvenientes; un psi carente de emociones habría continuado escaneando el área con precisión mecánica hasta dar con lo que buscaba.
—¡Nada, nada, nada!
—No quiero que te acerques a la presa. Si tú conoces su aspecto, puede que él también te haya visto a ti.
—No lo había pensado, pero si es un psi-c, es una posibilidad.
—Sea lo que sea, también es un cobarde —espetó Vaughn—. Y los cobardes siempre son peligrosos cuando se sienten acorralados.
Faith estaba de acuerdo. Ciertas habilidades telepáticas podían causar un daño masivo cuando se utilizaban de forma ofensiva. Judd era el ejemplo perfecto.
—Deja que lo intente una vez más. Sé que está aquí.
Respirando hondo, desplegó sus sentidos. «Va por ti, Marine.»
Y ahí estaba él.
La oscuridad también la reconoció. Dirigiéndose hacia ella con escalofriante rapidez, pugnó por entrar en la mente de Faith. El instinto acudió en su auxilio; replegó su ser psíquico formando un diminuto ovillo y ocultándolo profundamente dentro del vínculo que la unía con Vaughn. Rodeada por la ferocidad propia de los cambiantes, las garras de la oscuridad huyeron al no encontrar nada a lo que agarrarse.
Todo había durado unos meros milisegundos, pero cuando abrió los ojos, Faith se sentía como si hubiera corrido una maratón. El cuerpo de Vaughn estaba tan tenso junto al suyo que supo que él había sentido el peligro.
—Es un telépata con capacidades ofensivas. La clarividencia podría ser un don secundario.
Ahora podía verle. Estaba parado a unos pocos metros de ella, un hombre alto con la disciplina del Silencio estampada en su apuesto semblante. Ataviado con traje negro y camisa blanca, no era más que otro psi anónimo mientras barría la zona en un esfuerzo por encontrarla.
—¿Por qué no parece un monstruo?
—Nunca lo parecen. —Las garras de Vaughn le rozaron la piel a través de la ropa.
Con el pánico formándole un nudo en la garganta, puso la mano sobre la de él.
—No puedes ir a por él. A la policía le encantaría ponerte las manos encima.
—Eres mi compañera.
Sabía que a Vaughn le estaba matando no ser él quien le diera la venganza que buscaba.
—Te necesito vivo y a mi lado. Vaughn, por favor. Por favor.
—Avisa al maldito psi —le ordenó gruñendo.
Faith lo hizo y pasó como un rayo junto a la mente del asesino en un movimiento calculado para romper su concentración. Funcionó… Judd le localizó. Hundiendo la cabeza en las manos de repente, el asesino comenzó a gimotear. Pero todavía no estaba incapacitado. Había mucha inteligencia en aquellos ojos negros mientras rastreaba la zona en busca del origen del ataque. Faith se preguntó por qué Judd se estaba conteniendo.
Entonces el psi-tp se materializó a su lado.
—Has de estar segura —dijo—. Esto es irreversible.
A punto de darle una respuesta motivada por la furia, se obligó a pensar, a considerar el hecho de que se trataba de una vida humana. Retrocediendo hasta el último contacto, lo comparó con los anteriores… y se percató de algo sobrecogedor.
—Algo no anda bien.
—¿Me retiro?
Sin juicios, sin preocupación; Judd Lauren era tan frío que a Faith le entraron ganas de ponerse a temblar.
—Es él, pero… Vaughn, ¿recuerdas que dijiste que veías una oscuridad a mi alrededor?
—No es algo que pueda llegar a olvidar. —Su voz rayaba en la cólera.
Faith se apretó contra él, temerosa de que el gato asumiera el control y desautorizara su decisión de no hacer pedazos al hombre a la vista de todo el mundo.
—Pues bien, esa oscuridad también solía envolverlo a él. En las visiones en las que yo era él, la oscuridad nos envolvía a ambos. —Esa era la razón de que instintivamente al asesino le hubiera denominado como oscuridad—. Pero ya no está. No puedo ver dentro de su mente, pero sé que se ha esfumado.
—¿Actuamos, Faith? —preguntó Judd—. Solo tengo una oportunidad… y él está empezando a recuperarse y a contraatacar.
Miró de nuevo al asesino, a aquel hombre que se había convertido en parte de su vida, pero que era un extraño para ella. Una vez más, lo que le provocaba escalofríos era su aspecto completamente normal. Era demasiado arriesgado tratar de entrar en su mente, de modo que no tenía ni la más remota idea de qué era lo que le impulsaba a matar. Incluso era posible que hubiera sido el peón de un ser más malvado y que ahora estuviera limpio, que fuera libre como lo era ella. Decretar su muerte podría suponer matar a un inocente.
Se quedó petrificada y, en aquel instante, vio la sangre que se derramaría si él no moría. Era posible que la oscuridad se hubiese marchado, pero él seguía siendo un monstruo.
—Sí. Adelante.
Y así de rápido, la venganza fue suya.
* * *
Tres horas más tarde, estaba sentada dentro de la casa colgada de la pareja alfa de los DarkRiver, rodeada por Sascha y varios cambiantes: Vaughn, Clay, Lucas y un centinela rubio que le habían presentado como Dorian. Los ojos azules de Dorian estaban teñidos de cierta furia cuando la miraban a ella, una rabia gélida que no acertaba a comprender, no cuando él no había participado en la cacería. Una palabra típica de los cambiantes. Un castigo típico de los cambiantes… infligido por la mente de un psi. Ese psi había desaparecido después y Faith se alegraba de ello. Estaba en deuda con él por lo que había hecho, pero Judd tenía el don de poner furioso a Vaughn.
Todos los demás la consideraban a salvo, pero ella estaba pensando en los sucesos de esa mañana. Había ordenado la destrucción de una mente, una decisión que debería haberla sumido en un mar de remordimientos. Pero aunque sentía pena, también sentía que se había hecho lo correcto. Ahora Marine podría descansar en paz, a salvo, sabiendo que ninguna otra mujer moriría a manos de aquella oscuridad.
Vaughn, que hasta entonces había estado hablando con Clay, se acercó a ella.
—Levanta.
—¿Qué?
Frunciendo el ceño, se limitó a levantarla del amplio cojín en el que estaba sentada y se acomodó con ella en su regazo. Faith se acurrucó contra su cuerpo tibio, consciente de la presencia de los demás, pero sin importarle lo más mínimo. Los gatos se regían por reglas diferentes, y ella se estaba adaptando.
—A veces —dijo Vaughn— es necesario el derramamiento de sangre.
Faith aún podía escuchar la intensa ira en la voz de su compañero, y eso le preocupaba.
—Pero yo no soporto pensar en ello. Eso me convertiría también en un monstruo.
Vaughn la abrazó mientras ella se reconciliaba con lo que había hecho. Al cabo de un rato, estaba a punto de incorporarse a la conversación que tenía lugar a su alrededor, cuando sintió una llamada en su mente. En vez de reaccionar lanzando un ataque defensivo, su don se impuso y abrió un canal telepático.
Cientos de imágenes de flores se sucedieron como una catarata a través de aquel estrecho canal.
—Oh. —Faith apretó el brazo de Vaughn.
Su jaguar se puso inmediatamente alerta.
—¿Qué sucede?
—Chist. —Cerró los ojos e intentó dar con un modo de enviarle una respuesta sin que afectara a los demás, pero le fue imposible—. Todos los que podáis recibir pensamientos telepáticos ignorad esto. —Entonces le lanzó una única flor, envuelta en un velo de alegría y emoción.
Su respuesta fue un complejo conjunto de imágenes.
Descifrando el mensaje, procuró sintonizar su mente en la frecuencia adecuada, una frecuencia tan poco usual que sabía que no había otro ser vivo que la usara.
—Sascha, ¿puedes verlo? —Envió una imagen de prueba.
—No.
Pero la MentalNet lo había visto y le envió otra flor. Sonriendo por haber descubierto cómo comunicarse sin revelar a nadie sus pensamientos, consideró el mejor modo de formularle su siguiente pregunta.
Una imagen de la PsiNet con un puente conectado a ella.
La imagen le fue devuelta sin el puente.
Frunciendo el ceño, Faith le envió su confusión.
La MentalNet le mandó varias instantáneas: la PsiNet; ella; un resplandor nocturno pasando de una imagen a otra.
—Pues claro. No necesitas un puente —susurró— porque naciste para hacer esto.
Confiando en su instinto y arriesgando algo más que su propia vida, le mostró una instantánea de la Red Estelar.
Lo que le llegó le hizo jadear en voz alta.
Faith lo entendió y así se lo dijo. La MentalNet le devolvió un sol. Felicidad. Pero luego siguió con lluvia. Pena. Imágenes de la PsiNet con ríos de continua oscuridad atravesándola, lugares a los que no podía ir. En la oscuridad, Faith no vio nada vivo. Imperaba la muerte.
Le transmitió una sola lágrima para alejar la oscuridad.
En respuesta, esta le remitió imágenes carentes de sentido… hasta que se dio cuenta de que se trataba de los recuerdos de una niña, solo que era más antigua de lo que podía imaginar… instantáneas de la PsiNet tal y como fue en otros tiempos, un arco iris rebosante de vida. Luego, le mostró algo más, algo que la dejó muda de asombro.
Apenas capaz de pensar, respondió al sol de despedida con una flor, y abrió los ojos. Vaughn la tenía abrazada, pero estaba relajado.
—Sentí que algo te tocaba —dijo con expresión torva—. No era malo, del mismo modo que un cachorro no es malo. Sino diferente.
—La MentalNet.
Su respuesta suscitó una cacofonía de preguntas por parte de los demás.
—¿Cómo…?
—¿… una filtración?
—¿… el Consejo?
—¿Es…?
—¡Silencio! —Vaughn lo cortó de raíz con un rugido—. Adelante, pelirroja.
Ella rió y, para sorpresa de todos, le besó en los labios.
—Te quiero.
El gruñido de Vaughn reverberó en todas sus terminaciones nerviosas, como la más íntima de las caricias.
—Menudo momento para decírmelo.
Todos se relajaron menos su jaguar; Faith sintió su persistente ira a través de la conexión directa del vínculo de pareja. Deseaba tranquilizarle, acariciarle, pero para eso necesitaba intimidad y, en esos momentos, los demás estaban esperando a que ella hablara.
—Imagino que todos los aquí presentes sabéis lo que es la MentalNet.
—Intenté explicárselo —dijo Sascha—, pero creo que tú eres la experta. ¿Hablas en imágenes con ella?
—Sí. Parece que hemos logrado encontrar un número de imágenes que siempre se traducen del mismo modo: un sol como símbolo de la alegría, la lluvia para la tristeza.
—¿Puede sentir? —susurró Sascha.
—Sí. —Y eso era un inestimable rayo de esperanza.
—¿Cómo puede contactar contigo si no estás en la red? —inquirió Lucas sentado sobre el alféizar de la ventana.
—Es un ser sensible que encuentra natural vivir en una red formada por mentes —respondió ansiosa por compartir lo que había averiguado—. Si existe una red, puede viajar hasta ese lugar.
—La Red Estelar. —Sascha se acercó a su compañero para que él la rodeara con sus brazos desde atrás—. Nunca he sentido su presencia aquí.
—No me estoy explicando bien. —Faith trató de poner en orden sus pensamientos—. No entrará en una red diferente, puede que no a menos que se la invite… creo que yo lo hice al pensar en ella después de desconectarme de la PsiNet… porque cada red tiene su propia MentalNet.
Todo el mundo guardó silencio.
—Parece ser que cada vez que se forma una red, se plantan las semillas para la creación de un nuevo ente racional. La MentalNet de la Red Estelar es un bebé, un mero pensamiento. ¿Tenéis conocimiento de alguna otra red?
Lucas entornó los ojos.
—Primero háblanos de lo que has visto.
Capaz de percibir hasta cierto punto la agresividad característica de los cambiantes, sabía que no se trataba de una muestra de desconfianza, sino de renuencia a influir en su percepción. Su mente psi lo agradecía.
—He visto varias redes pequeñas, pero me ha mostrado una en particular compuesta por cinco mentes psi. Y si nuestra MentalNet es un bebé, la suya ni siquiera ha nacido.
—Joder. Es la de los Lauren. —La declaración de Lucas la sorprendió… no sabía que Judd formara parte de un grupo. De una familia. Y sin embargo se había arriesgado a ayudarla—. ¿Nos hace esto vulnerables a los psi?
—No. La MentalNet ya no está vinculada al Consejo, aunque éste no lo sepa.
—¿Qué? ¿Cómo? —Sascha tiró de su trenza que Lucas sujetaba en la mano. Él se limitó a tomarla de nuevo y a besarla en el cuello.
Faith contempló cómo Sascha se derretía y comprendió: aquellos depredadores eran irresistibles cuando se portaban bien.
—Según nuestros parámetros, ahora es una adolescente —respondió—. Es capaz de pensar más allá de imposiciones, de comprender de forma global. —Se sintió invadida por la tristeza. El beso de Vaughn fue una grata explosión de sensaciones, de esperanza—. Me mostró el mal que hay en la red, una maldad que lo está infectando todo. Si no se pone fin a esa maldad, acabará con la propia red.
—Se está degradando. —La voz de Sascha estaba cargada de un pesar que caló en todas las personas de la estancia.
El centinela llamado Dorian se acercó para estrecharla en sus brazos. Lucas permitió el abrazo, aunque Faith había esperado que reaccionara con posesiva violencia. Otra faceta de su nueva familia a la que tardaría tiempo en acostumbrarse. Una demostración de afecto tan manifiesta resultaba desconcertante para una mente recién liberada del yugo del Silencio.
—¿Algo más? —preguntó Clay.
Ella asintió.
—Creo que el asesino estaba poseído. —Todos la miraron con absoluta incredulidad—. Puede que deba pensar un poco más en ello.
Vaughn la besó en la frente.
—¿Poseído, pelirroja?
—¿Crees que la degradación mental ha echado raíces? —Fue un intento de bromear sobre su mayor temor. Podía haberse liberado de la red, pero seguía siendo una psi-c; su mente era más frágil que las demás.
—Creo que eres muy guapa para ser una loca. —El beso de Vaughn despertó la tormenta dentro de ella, pero cuando le pusieron fin, la expresión de los demás no había cambiado.
—La MentalNet me mostró algo la primera vez que hablamos. —Les explicó las imágenes—. Creo que la mujer hecha de estrellas representa al bien y la que está vacía, al mal.
—¿Y la Red Estelar? —preguntó Sascha que seguía abrazada por Dorian.
Faith se meneó para adoptar una posición más erguida.
—Es una entidad independiente. Lo mismo ocurre con la LaurenNet.
Vaughn le rodeó el cuello con los brazos y la atrajo contra su pecho. Sentir aquel muro de fuego fue una dulce bendición.
—¿Y qué hace que la MentalNet psi sea diferente?
—Las emociones. —Los ojos de Sascha se habían vuelto completamente negros.
Lucas alargó el brazo para tirar a su compañera de la trenza y Dorian la soltó.
—Explícamelo, Sascha. —Su compañero le acarició la mejilla con el dedo.
—Los psi han desterrado todas las emociones, han tratado de suprimirlas para que dejaran de existir. Así que, si las MentalNet se crean cuando una red se origina, el material básico lo proporciona la red en cuestión.
Faith entendió adónde quería ir a parar Sascha.
—La Red Estelar se alimenta de todo: del amor, del odio, del miedo, de la alegría.
—También la de los Lauren, probablemente gracias a los niños. —Sascha entrelazó los dedos con los de Lucas—. Sin embargo, la PsiNet se alimenta principalmente del Silencio carente de emociones.
—Pero la MentalNet es buena. Siente felicidad. —Faith estaba convencida de ello.
—Sí, pero el propósito del Silencio era erradicar la violencia. El fundamento del condicionamiento establece que cualquier tipo de oscuridad es mala. Debe ser contenida, encerrada, mantenerse separada de todo lo demás.
—Y eso se magnifica en las MentalNet gemelas. —Faith comprendió de pronto lo que la empática había entendido al instante—. Una MentalDark para todo lo negativo en tanto que la MentalNet es el bien puro. Es muy vulnerable.
—Yo no estoy tan segura de eso —repuso Sascha—. Si ella es consciente de la MentalDark, entonces puede que sea consciente de todo cuanto sabe su otra mitad. Has dicho que ha engañado al Consejo.
—Sí. —Parte de la preocupación de Faith desapareció—. Pero aunque las gemelas funcionen como un equipo, su separación ha de tener consecuencias.
Sascha la miró y Faith vio un gran pesar en sus ojos.
—Hasta que la MentalDark y la MentalNet se fusionen de nuevo, los psi seguirán produciendo los asesinos en serie más crueles del planeta.
—Asesinos sin ninguna piedad. —Faith pensó en lo que había visto—. La MentalDark los está utilizando para hacer que su voz se escuche. Tal vez no sepa hablar como lo hace la MentalNet, porque está bajo el Silencio, pero puede comunicarse mediante actos de violencia.
—Una niña clamando a gritos por su existencia. —Las palabras de Sascha imprimieron los fríos hechos de una gran carga emocional.
La imagen dejó a Faith helada. Tanta muerte, tanta cólera, y todo por la necesidad de aceptación de una niña.
—Hasta que termine el Silencio, lo único que podemos hacer es intentar detener las manifestaciones de la oscuridad.
—Asesinos. —La bestia que moraba en Vaughn hacía que su piel vibrase de energía.
—Sí.
—¿Por qué habla contigo? —preguntó Sascha después de un breve silencio.
—Quizá porque yo le hablo y soy una psi que posee emociones. Creo que necesita ese contacto, que necesita saber que es posible que existan psi como yo.
La tristeza de Sascha se suavizó dando paso a la esperanza.
—¿Crees que yo puedo hablar con ella?
—Ella adora lo que tú eres. —Faith sintió que sus labios se curvaban en una leve sonrisa—. Hasta me parece que podría ponerme celosa.
—¿Por qué?
—¿Cómo crees que evitaste ser detectada en la red cuando eras niña, antes de que tuvieras edad suficiente para ocultar el arco iris que es tu mente?
—Las diferencias no se manifestaron hasta la adolescencia.
—No, Sascha. Siempre estuvieron ahí. Piensa en ello… nuestras habilidades básicas son algo con lo que nacemos. —Faith meneó la cabeza—. Ella me mostró un millar de mentes ocultas iguales a la tuya, protegidas por otra cosa que nada tiene que ver con sus propios escudos.
La expresión en el rostro de Sascha era impagable.
—¿La MentalNet sabe de nosotros?
De ellos, de los psi-e. La designación que Faith apenas había comenzado a comprender porque había sido condenada a la exterminación en la red. Pero Faith comprendía que habían sobrevivido porque tenían que existir. De no ser así, los psi dejarían de ser humanos, dejarían de poseer sensibilidad. Todas las razas sensibles tenían una conciencia. Si se les quitaba eso, lo que quedaba era algo horripilante.
—Sí. Te ha estado protegiendo durante décadas, desde que comenzó a darse cuenta de lo que el Silencio te estaba haciendo. Puede que fuera entonces cuando empezó a pensar por sí misma. Lo ignoro. Lo único que sé es que estamos tratando con una forma de vida que posee un corazón, y que ese corazón está compuesto por un millar de psi-e. La MentalNet jamás será malvada siempre que esas mentes existan. Por el contrario, su gemela será absolutamente malvada.
—Puede que tu MentalNet sea buena, pero no es la única que sabe dónde estás —le recordó Clay.
La conversación se volcó una vez más en la cuestión de cómo protegerla del Consejo. Alguien sacó a colación una grabación que al parecer mostraba la confesión de un asesino psi.
Clay negó con la cabeza.
—Si jugamos esa baza, tenemos que estar preparados para la guerra.
—Ninguna de nuestras razones para no hacerla pública ha cambiado —agregó Lucas—. Guardémosla como último recurso. ¿Vaughn?
El jaguar dio su conformidad con un gruñido.
—No dejarán de perseguirla. —Dorian habló por primera vez, su voz estaba teñida de una furia tan gélida que Faith deseó esconderse de ella—. Matar es lo que mejor se les da.
—Arrancaré las tripas a cualquiera que se atreva a ponerle un dedo encima. —Las palabras de Vaughn expresaban la serena seguridad de una bestia que sabía que era la más peligrosa de los depredadores.
—Bueno, está eso —dijo Sascha—. Si Faith mantiene la mente bien protegida, tendrán que acercarse para atacarla. Los DarkRiver pueden ocuparse antes de que lleguen hasta ella.
—¿Cuánto tiempo voy a poder vivir así? —Faith sacudió la cabeza, frustrada porque su revelación anterior se hubiera convertido en humo—. Debe de haber un modo de impedir que me castiguen para que sirva de ejemplo a los demás.
Vaughn le asió la nuca de forma posesiva.
—Nunca se acercarán tanto a ti, pelirroja.
Faith le creía.
—Mañana tenemos una presentación en las oficinas de Nikita —dijo Lucas rompiendo el silencio—. Veamos si están abiertos a hacer un trato… Faith es demasiado valiosa para ellos como para cometer alguna estupidez y arriesgarse a que la maten.
La reunión concluyó poco después.
* * *
Vaughn había ido a la reunión en coche hasta donde le fue posible, luego realizó el resto del camino corriendo con Faith a la espalda. Pero cuando sus pies tocaron el suelo después de abandonar la casa colgada, ella le pidió que la bajara.
—Vamos a dar un paseo. —Sus ojos eran más negros que de costumbre.
—Estoy a tus órdenes, pelirroja. —Tomándola de la mano, la condujo entre los árboles hasta que llegaron a un camino casi escondido.
—¿Qué es lo que ves? —le preguntó—. Yo jamás podría haber localizado este sendero.
Vaughn le mostró las marcas, las señales de garras en ciertos árboles, la sutil posición de piedras que parecían arrojadas al azar.
—Es un código, una forma de hablar entre nosotros que no necesita de palabras ni de telepatía. Podemos leer estas señales tanto en forma humana como animal.
Faith siguió con los dedos un par de marcas de zarpas con absoluta delicadeza.
—Un lenguaje que los psi ni siquiera saben que existe.
—Mi psi sí que lo sabe.
Dejó que Vaughn se internara con ella en el bosque.
—Lucas tiene razón; si el Consejo viene a por mí, no me matará.
—Viva vales demasiado. —Se le encogió el estómago.
Ella era mucho más que una máquina de hacer dinero. Era una mujer con un gran espíritu y mucho coraje, con un don que tenía el poder de cambiar el curso del futuro.
—No les he dicho nada a los demás, pero no creo que Nikita esté de acuerdo en hacer un trato. No hay nada con qué negociar. No tenemos pruebas de que el asesinato de Marine fuera un complot.
—Como ha dicho Lucas, es un último recurso, pero tenemos grabada la confesión de Santano Enrique. —Le habló de los crímenes cometidos por el ex consejero y de su castigo. Vaughn había estado presente esa noche, se había vengado en nombre de Lucas porque su alfa estaba ocupado intentando salvarle la vida a su compañera—. Nos lo contó todo. —Antes de que le convirtieran en un montón de pedazos sanguinolentos.
Con la cara pálida, Faith le apretó el brazo con la mano libre.
—Estuviste de acuerdo con los demás en que no podíais utilizar eso.
—No lo haremos. No a menos que no tengamos otra opción.
—¡No, Vaughn! Jamás. Si acorralas al Consejo, vendrán a por vosotros sin reparar en nada. Y primero matarán a los más vulnerables, a los niños.
Su juramento como centinela entró en conflicto con su juramento tácito con ella.
—Eres mi compañera.
Esa lealtad eclipsaba a cualquier otra.
—Por eso te pido que nunca utilices esa grabación por mí. —Se detuvo y le miró a los ojos—. Tengo que saber que no he traído conmigo la muerte a mi nueva familia. Necesito saber que hay algo bueno en mí.
—Todo en ti es bondad. —La estrechó entre sus brazos—. No te preocupes. Tenemos la capacidad para enfrentarnos a ellos… tuvimos que idear un contraataque después de la deserción de Sascha. Los cachorros estarán a salvo. —Exponerlos al peligro nunca había sido una posibilidad.
—Pero ¿cuántos adultos morirían en la lucha?
—Eres del clan. —Y el clan permanecía unido. Vaughn derramaría su sangre por ellos y ellos harían lo mismo por él.
—No puedo tener su sangre sobre mi conciencia. —Le abrazó con fuerza—. Prométeme que nunca utilizarás esa grabación para luchar por mí. Ni siquiera como último recurso.
—¿Y si no lo hago?