XVI

CONTRADICCIONES

Ninguno de los Evangelios parece de la misma época de Jesucristo.

Aunque no todos los autores están conformes, la mayoría supone que el primero es el de San Mateo, escrito hacia el año 60. Otros piensan que el de San Marcos es anterior, aunque la idea más general es que el actualmente conocido se escribió del 60 al 70; el de Lucas, hacia el 80, y el de San Juan, después del 100.

Los tres primeros se llaman sinópticos por su paralelismo y su concordancia en la mayoría de los datos.

De los tres, el que quizá tiene un carácter más realista es el de San Lucas. Aquí el autor parece que quiere caracterizar psicológicamente a Jesús como hombre; pero no lo consigue del todo, porque de caracterizarlo demasiado le quitaría su carácter divino.

Entre los Evangelios, aun en los sinópticos, hay contradicciones.

Los tres sinópticos cuentan una visita de la madre y de los hermanos de Jesús, quien, al anuncio de la visita, muestra a sus discípulos y asegura que aquéllos son su madre y sus hermanos:

«46. Y estando él aún hablando a las gentes, he aquí su madre y sus hermanos que estaban fuera, que le querían hablar.

47. Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos; fuera están que te quieren hablar.

48. Y respondiendo al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?

49. Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos.— San Mateo, cap. XII

«31. Vienen después sus hermanos y su madre, y estando fuera, enviaron a él llamándole.

32. Y la gente estaba sentada alrededor de él, y le dijeron: He aquí tu madre y tus hermanos; te buscan fuera.

33. Y él respondió: ¿Quién es mi madre y mis hermanos?

34. Y mirando a los que estaban sentados alrededor de él, dijo: He ahí mi madre y mis hermanos. —San Marcos, cap. III

«19. Y vinieron a él su madre y hermanos, y no podían llegar a él por causa de la multitud.

20. Le fue dado aviso, diciendo: Tu madre y tus hermanos están fuera, que quieren verte.

21. Él, entonces, respondiendo, les dijo: Mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios, y la ejecutan. —San Lucas, cap. VIII

Algunos quieren decir que esta palabra de hermano en boca de Jesús quiere decir «hermanos en el Señor», pero no es cierto, porque en el Evangelio a los hermanos carnales se les llama hermanos, y en cambio, a los miembros de la comunidad es a los que se les llama «hermanos en el Señor».

San Jerónimo da la explicación de que los hermanos de Jesús eran primos y primas; San Epifanio, que eran de un primer matrimonio de José, y Hevídices, que eran hijos de José y de María, nacidos después de Jesús.

San Juan no se ocupa de los posibles hermanos de Jesús y resuelve la cuestión llamando a Cristo Hijo unigénito.

En uno de los Evangelios sinópticos, en el de San Lucas, se dice hablando de María:

«Y parió a su hijo primogénito y le envolvió en pañales y acostóle en un pesebre, porque no había lugar para ello en el mesón. —San Lucas, capítulo II-7.»

Esto está en contradicción flagrante con el unigénito de San Juan, quien lo afirma rotundamente:

«Y aquel verbo fue hecho carne y habitó entre nosotros. Y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre lleno de gracia y de bondad.— San Juan, cap. I, 14.»

Un detalle no muy simpático de la vida de Jesucristo es su dureza con su madre:

«3. Y faltando el vino, la madre de Jesús le dijo: Vino no tienen.

4. Y dícele Jesús: ¿Qué tengo yo contigo, mujer? Aún no ha venido mi hora. —San Juan, capítulo II

Aparente sequedad dice que tuvo Cristo con su madre el padre Scio, tomándolo de San Juan Crisóstomo.

Si se trata de llamar aparente a lo que no se quiere admitir, se puede decir lo mismo que tuvo una aparente vida y una aparente crucifixión.

Respecto a la edad de Jesús, hay también oscuridades.

Dijéronle entonces los judíos: «¿Aún no tienes cincuenta años y has visto a Abraham? —San Juan, cap. VIII-57.»

Ireneo supone que Jesucristo debió de llegar hasta los cincuenta años, basándose en la frase del Evangelio de San Juan. Otros han creído que llegó hasta los cincuenta y tres.