LA GAVIOTA
También yo conozco vuestro Bidasoa. Tengo mi nido en el acantilado de Jaizquibel, promontorio escarpado que las olas baten con furor. Visito las playas de Ondarraitz y la de Fuenterrabía, buscando comida en los arenales y en los fangos de la baja marea; pero mi elemento es el mar abierto, allí donde no hay líneas y todo es gris e impreciso. Soy hija del caos; en las tempestades, entre las nieblas, respiro las brisas salinas y densas, y lanzo, como un clamor de guerra, mi grito áspero y ronco. En el abismo del glauco Océano me balanceo sobre las olas, y sé evitar los hervideros de espuma. Entre los lamentos y quejidos de la galerna vuelo con una seguridad matemática y juego y me recreo sobre el torbellino…; pero conozco vuestro Bidasoa, lo visito buscando alimento en los canales fangosos de la baja marea y en las playas de Irún y de Ondarraitz.