EL CONTRABANDISTA
Soy Ramuncho, soy Ichúa, soy cualquiera de los personajes avezados a la vida aventurera que ha sacado a relucir la prosa, llena de encantos artificiosos, de esa vieja sirena francesa llamada Pierre Loti. Tengo mis rincones en Hendaya y en Fuenterrabía, en Behobia y en Biriatu, en Vera y en Urruña, en Ascain y en Sara. Mis enemigos son los carabineros y los aduaneros.
Loti, el antiguo comandante del Javelo —pequeño barco de guerra francés inválido del Bidasoa—, quiere hacer creer, como buen galo, que nuestro enemigo único es el cetrino carabinero español; pero lo es tanto, casi siempre lo es más, el tripudo aduanero francés, con sus bigotes amarillos y su nariz colorada,