EL AUTOR

Yo no sé quién me ha metido a mí a escribir una fantasía convencional que apenas puede tener comprobación en la vida. Cierto es que no siento un gran entusiasmo por la literatura realista, pero lo siento aún menor por la retórica.

Tomar los tipos y los detalles de la realidad, para organizados y ordenarlos conforme al sentir individual, me gusta; ahora, tomarlos de la literatura hecha, me parece una obligación desagradable. Sin embargo, para lo que yo me propongo, no hay otro remedio. En esta necesidad daré suelta a los viejos mitos que se relacionan con el lugar de mi historia, aunque reservándome el derecho de vestirlos a mi manera.