PROYECTOS
JAUN
La verdad es que estoy haciendo disparates, indignos de mi edad. Esa Pamposha se ha marchado tan serena, tan tranquila. ¡Qué confianza en el destino! Yo también me marcho. He tomado una decisión, y ya es algo. Por el consejo de Chiqui he decidido estudiar. Es una vergüenza que ignore tantas cosas.
He comprado varios pergaminos a un buhonero; uno es de Pronósticos y está en romance; el otro, en latín, se llama Secretum secretorum natura, y dicen que es de un fraile inglés, el doctor Mirabilis, que construyó una cabeza de acero que hablaba. No entiendo este Secretum más que muy poco, pero me ha dejado un deseo de saber extraño.
Nada, nada, hay que aprender; hay que asomarse un poco a la Ciencia. Esto me alejará de los disparates. Veremos qué cantidad de verdad hay en las ideas de los cultores. Me humilla que nos desprecien así. Chiqui ha hablado a Macrosophos, y éste va a venir a Alzate. Macrosophos es un gran pedagogo y podré profundizar con él las ciencias más abstrusas, la magia, la alquimia, la astrología y la matemática. ¡Qué horizontes se abren ante mí! En Alzate tengo tiempo de sobra. Compraré sabios tratados en castellano y en latín, traeré esferas y astrolabios, me sumergiré en las profundidades de la Ciencia, y, como las abejas, libaré los conocimientos en todas las flores del saber humano, para hacer para mi uso exclusivo una miel dulce y sabrosa.