Viernes, día 5
SEMANA 48
MÚSICA
Inspirado por Arnold Schoenberg, los ritmos de baile, los idiomas de la música rusa y la sabiduría de los compositores clásicos, Igor Stravinski (1882-1971) se convertiría en el último símbolo del movimiento modernista. Era un artista inteligente, serio, agudo y meticuloso que se tomaba su oficio a pecho, lo que hizo que nunca dejara de ser revolucionario.
Nació en San Petersburgo, donde conoció al compositor nacionalista Nikolai Rimski-Korsakov, con quien estudió. En 1909 conoció a Sergei Diaghilev, uno de los principales empresarios del ballet de Rusia y director de la compañía de danza con sede en París conocida como Ballets Russes. Ambos colaborarían en la producción de tres de las piezas de ballet más revolucionarias de todos los tiempos. La primera fue El pájaro de fuego (1910), una historia de cuento de hadas con el cromatismo del romanticismo tardío. La siguiente fue Petrushka (1911), una historia rítmica original y encantadora sobre una marioneta basada en temas folclóricos y burlescos. La más sorprendente de las tres piezas fue La consagración de la primavera (1913), basada en una idea que se le ocurrió a Stravinski una tarde mientras estaba componiendo El pájaro de fuego. Se imaginó a una joven obligada a sacrificarse bailando hasta la muerte en honor a un dios de la fertilidad y frente a un grupo de ancianos.
La pieza se inicia con un solo de fagot misterioso y visceral; la melodía se basa en una canción popular del este de Europa, que rápidamente se convierte en un ejercicio disonante pero de extrema precisión que inspira, si no la escena que Stravinski había imaginado, sí una caótica y mórbida. Los motivos melódicos repetidos y los ritmos insistentes de este trabajo supusieron el inicio de una nueva era. Stravinski trabajaría más adelante con estilos neoclásicos o dodecafónicos sin parar de desarrollar su arte por nuevos caminos. En 1939, cansado del estilo de vida europeo, se trasladó a Estados Unidos y se asentó en Hollywood; allí recibió un encargo que desembocaría en la composición de la Sinfonía de los Salmos. Entre sus últimas obras se encuentran la ópera El progreso del libertino y el ballet Agon.
OTROS DATOS DE INTERÉS
1. En el estreno de La consagración de la primavera la audiencia empezó a silbar y abuchear durante el primer minuto para montar en cólera poco después, hasta que algunos comenzaron a pelearse y a gritar tan fuerte que los bailarines no podían escuchar la música y tuvieron que parar.
2. En ese estreno también estaban presentes los compositores Claude Debussy y Maurice Ravel. Mientras que Debussy intentaba calmar al público, Ravel gritaba: «¡Genio! ¡Genio!», en señal de admiración.
3. El libreto de la última ópera, El progreso del libertino, lo escribió W. H. Auden.