Lunes, día 1
SEMANA 35
HISTORIA
En la tarde del 9 de abril de 1865, el hombre al mando del ejército de Estados Unidos, Ulysses S. Grant, cabalgó en su caballo, Cincinnati, desde una pequeña granja de Virginia hasta el Palacio de Justicia de Appomattox. En el interior del edificio lo esperaba su rival Robert E. Lee, el comandante de las fuerzas confederadas. Después de cuatro años de lucha, Lee había llegado a la conclusión de que su ejército estaba acabado. Sometidos en todos los frentes a manos de los del norte, los confederados tenían la espalda contra la pared. Tras un apretón de manos cortés, Lee firmó un acuerdo por el que su ejército rebelde se rendía. La guerra había terminado.
La guerra de Secesión comenzó en 1861 y sigue siendo el conflicto más sangriento de toda la historia de Estados Unidos, con más de 550 000 soldados muertos y cientos de miles de heridos. Lee y Grant, los dos generales al mando de los ejércitos rivales, acabaron Personificando el gran heroísmo y tragedia de ambos bandos.
Grant (1822-1885), hijo de un curtidor, había nacido en Ohio y se había graduado de los últimos de clase en la academia militar norteamericana de West Point. Antes de que la guerra de Secesión lo catapultara a la grandeza, incluso su padre lo miraba decepcionado. Abandonó el ejército tras haber luchado en la guerra de México y fracasó en una serie de negocios antes de regresar para trabajar con su padre en su tienda de pieles en la década de 1850. El inicio de las hostilidades le permitió volver a lo único en lo que realmente destacaba: la guerra. Era alcohólico, pero la firme devoción de Grant por la victoria a cualquier precio hizo que se ganara la confianza de Abraham Lincoln, quien le puso al mando de las fuerzas de la Unión en 1864.
Por el contrario, Lee (1807-1870) procedía de una familia respetada y acomodada de Virginia. Se graduó el segundo de su promoción en West Point, donde se hizo famoso por no haber cometido jamás una falta de disciplina. Lee obedecía el código de honor que muchos hombres del sur profesaban pero pocos seguían a pies juntillas. Tuvo una carrera de éxito en el ejército y sirvió con Grant en la guerra de México. Lee se oponía a la secesión del sur, pero cuando su estado de nacimiento, Virginia, abandonó la Unión, sintió que el honor le obligaba a defender a la nueva Confederación.
Recordando aquella tarde crucial en Appomattox, Grant escribiría más adelante: «No sentí nada parecido a la alegría ante la caída de un enemigo que había luchado tanto tiempo y de forma tan valiente y había sufrido tanto por una causa, aunque esa causa fuera, en mi opinión, una de las peores por las que la gente pueda luchar».
OTROS DATOS DE INTERÉS
1. Convertido en un personaje de tremenda popularidad en el norte, Grant fue elegido presidente de Estados Unidos en 1868, pero los historiadores lo consideran como el peor que jamás haya tenido el país.