Domingo, día 7

SEMANA 33

RELIGIÓN



Chiíes y suníes

La mayor escisión que se ha producido en el islam, que dio lugar a la rama chií y a la suní, tuvo lugar tras la muerte de Mahoma. Cuando el profeta falleció a la edad de 63 años, en el 632 d. C., no dejó un sucesor definido, lo que provocó una disputa sobre quién, Alí o Abu Bakr, debía ocupar su lugar. Eso provocó la escisión.

Según la tradición chií, Mahoma dio un discurso en Gadir Jum durante el cual alabó y se refirió en numerosas ocasiones a Alí, su primo y yerno, lo que interpretaron como una llamada del profeta a que Alí fuera el encargado de guiar los pasos del islam. Por lo tanto, los chiíes creen que Alí fue el primer imán del islam, del mismo modo que creen ser los únicos que se han mantenido fieles a las primeras enseñanzas de Mahoma, mientras que los suníes se han desviado. Igualmente, los chiíes defienden que todos los futuros imanes deben ser descendientes de Mahoma, a través de su hijo Alí y la mujer de éste, Fátima.

En cambio, los suníes aseguran que aunque sí es cierto que Mahoma habló de Alí y lo alabó en Gadir Jum, esto no significaba que Alí hubiera de convertirse en el siguiente líder del islam. En su lugar, y tras algunas luchas internas, decidieron que fuera Abu Bakr el que se erigiera como primer califa. Abu Bakr era suegro y confidente de Mahoma. Cuando este huyo de La Meca y se dirigió a Medina por primera vez, Abu Bakr fue su único acompañante. Además, cuando él no estaba era Abu Bakr quien dirigía las oraciones, lo que reforzó la idea de los suníes de que era el elegido Para suceder a Mahoma.

A medida que ambas sectas se fueron distanciando a lo largo del tiempo, las diferencias entre ellas también fueron creciendo. A pesar de que la división se inició por motivos políticos entre dos grupos con el mismo sistema religioso, esto ya no es así. Al haber estado separados durante tanto tiempo, sus creencias, leyes y prácticas religiosas también han ido cambiando de diferente forma. Una de las principales fuentes de estas diferencias es el hadit, las tradiciones orales que recogen y transmiten las enseñanzas del profeta y sus compañeros. Los chiíes sólo aceptan el hadit como auténtico cuando se le puede seguir el rastro hasta Mahoma y Alí, y rechazan aquellos que surgen de otras fuentes. Así, no aceptan muchas de las tradiciones que los suníes atesoran como sagradas.

OTROS DATOS DE INTERÉS

1. A pesar de que los suníes no consideran que Alí fuera el primer califa, sí creen que fue el cuarto de los cuatro califas bien guiados, tras Abu Bakr, Omar y Otman.

2. En la actualidad, la rama suní es la más numerosa del islam e incluye al 90% de los musulmanes, seguida por el 9% de los chiíes. Sin embargo, hay que contemplar estas estadísticas con precaución porque los chiíes son minorías oprimidas en no pocas regiones, por lo que la cifra podría ser diferente.

3. El hayy o peregrinaje sagrado a La Meca es uno de los pocos acontecimientos que consigue que unas poblaciones por lo general separadas se reúnan en un mismo lugar. Durante el hayy, sin embargo, todos los fieles van vestidos con el ropaje sencillo del peregrino, por lo que no se pueden apreciar las diferencias sociales o étnicas.