Viernes, día 5

SEMANA 33

MÚSICA



Virtuosos del romanticismo:
Franz Liszt y Niccolò Paganini

Las carreras de dos de los primeros virtuosos románticos, Niccolò Paganini (1782-1840) y Franz Liszt (1811-1886), son dos claros ejemplos del gusto romántico por los excesos, la decadencia y el culto al genio.

Paganini, un cadavérico maestro italiano del violín, era tan bueno tocando ese instrumento, especialmente interpretando pasajes extensos y de gran complejidad técnica, que a menudo lo acusaban de haber hecho un pacto con el diablo a cambio de sus maravillosas aptitudes. Su fama empezó a fraguarse en un recital que tuvo lugar en París en 1828, en el que encandiló a las mujeres y consiguió el reconocimiento de los críticos. A pesar de todo, murió en Niza sin haber dejado un repertorio de grandes composiciones ya que, al igual que otros virtuosos, la mayor parte de sus obras estaban pensadas para mostrar sus habilidades con secciones de solos a una velocidad de ritmo insostenible y acompañamientos mínimos, si es que los había. Escribió seis conciertos para violín de los que solamente dos se interpretan con regularidad.

Cuando Franz Liszt, un pianista húngaro de talento sorprendente, llegó a París en 1824 quedó tan impresionado al oír tocar a Paganini que juró que se convertiría en «el Paganini del piano» y se encerró durante dos años para practicar. Cuando finalmente logró su objetivo y empezó a realizar conciertos públicos, dejó claro que era un hombre que había nacido para el espectáculo. A menudo fingía crisis de histeria al final de sus representaciones para transmitir la idea de que estaba completamente sumido en una experiencia musical trascendental. Las técnicas de Liszt funcionaban entre las mujeres; tuvo numerosas amantes de la impresionable alta alcurnia parisina, entre ellas la condesa Marie d’Agoult y la princesa rusa Caroline de Sayn-Wittgenstein, con quien acabaría casándose y quien terminaría convirtiéndolo a una tranquila piedad católica.

Por encima de todo, estos dos compositores y solistas hicieron que la música romántica se centrara más en las representaciones que en la composición y, al hacerlo, la alejaron más que nunca de la estética clásica.

OTROS DATOS DE INTERÉS

1. Uno de los trucos más conocidos de Paganini era tocar el violín con tal furia que acababa rompiendo tres de las cuerdas para continuar su interpretación usando la restante.

2. Cuando no era más que un niño, se mutiló la mano para incrementar el alcance de sus dedos.

3. En los últimos años de su vida, Liszt confesó sus pecados de don juán al mismísimo papa, quien cortó al compositor a mitad de confesión y le dijo: «Ya es suficiente, Liszt. Dile tus pecados a tu piano».